Michele Curto: "Cuba me ha reconectado con mis utopías"

Michele Curto: "Cuba me ha reconectado con mis utopías"
Fecha de publicación: 
31 Agosto 2022
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Es difícil sentar a Michele Curto para una entrevista. Es un extraordinario conversador, un todavía joven italiano que se comunica perfectamente en español, y domina los giros cubanos, pero las 24 horas del día no le alcanzan para su impresionante ritmo de trabajo, y sus muchos proyectos, todos relacionados con Cuba. Duerme poco. Su tiempo vital lo divide entre Turin, La Habana, Santiago de Cuba, Guantánamo... Preside la Agencia de Intercambio Cultural y Económico con Cuba, y su apuesta incluye acciones tan diversas como la exportación de nuestro café orgánico, la internacionalización de biotecnología cubana  por resquicios abiertos al bloqueo, o el renacimiento de la Avenida Italia de Centro Habana. Líder, creativo, hiperquinético, emprendedor, resolutivo, y sobre todo, profundamente solidario con una isla que, como un amor maduro, él escogió, y que lo ha reconectado con sus utopías. "Uno tiene una sola vida, y la mía se la voy a dedicar a Cuba, este pueblo se lo merece", confiesa, convencido. Y agrega: "aquí tengo razones para luchar". Con él conversamos, por fin, en exclusiva para CubaSí:

P:- ¿De dónde viene la vocación solidaria de Michele Curto? Porque sé que tienes un padre que fue obrero comunista, una madre que sacó una prenda de su ajuar de matrimonio para conformar la tela-cartel que le dio la bienvenida a los médicos cubanos en Italia...

Primero que todo yo vengo de una familia muy ordinaria, muy común, del sur de Italia, una familia grande, muy humilde. Mi papá fue emigrado en Alemania, en el área de Dusseldorf, y despues se mudó a Turín, al Turín de finales de los 50, muy obrera, y empieza a trabajar para la FIAT (Fábrica Italiana de Automóviles), en la acería. Trabajaba de noche, primero porque se pagaba un poquito mejor y él se había endeudado para comprar casa y después porque ya en los años 70 estaba inscrito al Partido Comunista y a los inscritos al Partido los ponían de noche, para que no se relacionaran con los demás obreros. Era un Turín de luchas sindicales sobre el que he leído en los libros de historia, y mi papá me ha contado de una forma muy sencilla, muy auténtica. Por ejemplo, una vez ocurrió un accidente en el acero y hubo varios muertos, recuerdo la fila enorme en el funeral. Todos asistieron con la ropa de trabajo, y yo, que estaba en la edad de los por qué, pregunté, y mi papá me explicó que había explotado el acero y los había quemado. ¿Y qué quedó de ellos?, quise saber, y me dijo: casi nada. ¿Y entonces, qué pusieron en la urna? En la caja hay acero, nosotros somos acero, respondió mi papá. Con estos ejemplos de resistencia crece un muchacho normal, que a los 18 años se convierte en líder estudiantil.

P:- ¿Cómo recuerdas esa etapa? Coincidió con un auge del movimiento que se oponía a la globalización neoliberal en Europa...

Fueron años muy interesantes. Yo nazco como líder prácticamente con las protestas contra la OTAN que estaba bombardeando Yugoslavia, y un poco antes, preparando la manifestación de Porto Alegre en 1998. Eran procesos latinoamericanos muy interesantes que creaban contradicciones a la hora de leer el llamado socialismo de la Tercera Vía en Europa, de la socialdemocracia en su forma más apagada, o sea más rendida. Jovencito fui a Porto Alegre, tenía 19 años, y existía una tormenta de ideas maravillosa, y mirábamos con gran interés a Latinoamérica. Luego organizamos la demostración de Genova, la protesta contra el G8 o sea el grupo de los 8 paises “‘más desarrollados” que para nosotros eran lo que más acaparaban creando una economía mundial globalizada neoliberal de grandes injusticias y desigualdad. A la convocatoria contra esta cumbre asistieron miles y miles de estudiantes y yo fui uno de los cuatro líderes estudiantiles del país. Ahí sufrimos la violencia de la represión, resultado de un acuerdo de intereses entre la socialdemocracia y la derecha que gobernaba Italia (en uno de los primeros mandatos de Silvio Berlusconi). Descubrimos la violencia del Estado, mataron un muchacho y rompieron nuestros sueños completamente, como un espejo. Habíamos reunido una comunidad de jóvenes maravillosa, teníamos una esperanza y mirábamos hacia Latinoamérica, y en esto siempre detrás estaba Cuba. Recuerdo que hablaba con los brasileños, mi ciudad tenía enormes relaciones sindicales con Lula y el PT, y en esas conversaciones siempre se decía: al final todos somos hijos de Cuba y de la Revolución cubana. No tenía otras referencias pero esto me fascinaba muchísimo. Más tarde fundamos una organización juvenil, empezamos nuestras búsquedas de la izquierda en Europa, que fue una búsqueda desesperada y desesperante, hasta que ya más maduro, y en el ejercicio de la política, los viejos de la ciudad, los pensadores y luchadores del tiempo de mi papá, me decían, a ti te toca relacionarte con la cuna de este proceso, que es Cuba, y así empezó mi relación con Cuba...

Además, en los años desde el 2006 hacia el 2011 me incorporé a la Alianza Italiana Contra la Mafia, LIBERA, atendiendo como economista los temas internacionales, y luchando para combatir las Mafia trasnacionales a través de herramientas sociales y económicas como las leyes de confiscación y reutilización social de los bienes mafiosos. Al trabajar en Europa y en particular en Latinoamérica pude apreciar la valentía de Cuba, tratando de construir una sociedad justa e igualitaria, bajo la presión de un Bloqueo criminal, y no sucumbir a soluciones aparentemente fáciles como la de ser parte de tráficos internacionales.

P:- Algunos años después, en el 2013, te opones a la entrega de un premio a una conocida contrarrevolucionaria en tu ciudad...

Fue una propuesta del alcalde de Turín, representante de la vieja política, emblema de la Tercera Vía, el candidato de la secretaría que actuaba en la época de Génova (2001) cuando nos reprimieron y que había dicho que los miembros del partido socialdemócrata no tenían que ir a la protesta. A él me había enfrentado en las elecciones del 2011 porque yo pensaba que era un deber confrontarme con esta persona. Podíamos no ganar, pero representábamos a una juventud que no se había rendido, a pesar de todos los esfuerzos que habían hecho para disipar la cultura de izquierda, el legado no se había perdido. Al revés, una nueva generación iba creciendo. Y cuando llega a ser alcalde de la ciudad, en el 2013, propone la ciudadanía honoraria para Yoani Sánchez, y me opuse, por varias razones. Ya en 2011 yo había estado en Cuba, estaba fascinado con el proceso de aprobación de los Lineamientos. Ese viaje me impactó, porque yo tenía la idea de un proceso histórico, algo estático, me dije voy a visitar un museo que me pertenece, tengo que visitar el museo de mis orígenes, pero de inmediato me encontré una Cuba inesperada, superdinámica. Yo me muero de la risa cuando me dicen que este país no cambia nunca, porque este país cambia todos los días, y yo vengo aquí dos veces al mes. Y los cambios son de arriba a abajo y de abajo hacia arriba. Eso es otro tema, afuera muchas veces se dice que aquí cambian las cosas porque baja de arriba y en verdad el cubano es una dinámica constante de cambio, es levadura pura el cubano: puede no tener harina pero hace el pan. Es una cosa increíble.

Y entonces, yo me opuse a la votación para la ciudadanía honoraria de Yoani Sánchez, me puse colorado como dicen ustedes porque fueron 8 horas argumentando con el apoyo de otras organizaciones como la Asociación Nacional de Amistad Italia Cuba, porque Cuba despierta eso, una profunda solidaridad. Tiene enemigos, pero cuántos amigos tiene este país. Luego de ese incidente viajé nuevamente a Cuba, ya me había quedado enganchado de la vez anterior, pero esa vez gracias a la embajada de Cuba en Italia fui al Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, a la sede del Comité Central del PCC, a la Asociación de Economistas de Cuba, y descubrí el proceso de actualización del modelo económico, y como economista eso me enganchó y me propuse participar. De hecho, una de las cosas que agradezco profundamente a Cuba es que me ha reconectado con mis utopías, aquí hay muchas cosas que arreglar, muchas cosas que no funcionan, pero muchas muchas más que funcionan, por las cuales tengo razones para luchar. Aquí he vivido momentos grandiosos que no puedo olvidar como la aprobación de la nueva Constitución. Tú entrabas en un lugar de trabajo y veías todo desierto y decías: están fumigando, y de pronto abrías una puerta y te encontrabas a todo el mundo en círculo hablando de la constitución. Y luego te dicen que en este país no se escucha ni se dialoga, ¡por favor! O estar en una asamblea de selección de candidatos a delegados, rendición de cuentas, cosas tan interesantes. Antes de criticar a este país, uno tiene que conocerlo...

P:- Aunque han existido en tu vida varios antes y después con relación a Cuba, sin duda la llegada de la Brigada Henry Reeve de médicos cubanos a Turín en el momento más duro de la pandemia, marcó un parteaguas. A dos años de ese hecho, ¿cómo recuerdas lo que significó para ti en lo profesional y en lo personal, porque pusiste todas tus energías y las de tu equipo en función de la brigada?

Fue un parteaguas totalmente. Por varias razones. Primero, porque con poquitos actos que sobrepasan las palabras, la gente normal de mi país, mi papá, mi mamá, personas amables, honestas, de pueblo italiano izquierdista, pudo ver la Cuba linda, la Cuba que tanto amo. Fue un acto limpio de solidaridad internacional de un pequeño país, que es la patria del internacionalismo. Segundo, la posibilidad de hacer la historia, porque nosotros como equipo estamos muy orgullosos de haber formado parte de esa historia; el punto no es solo haber solicitado la brigada, porque esto era un anhelo de muchos. Lo que ha sido verdaderamente importante es mostrar la existencia real de una palabra que se usa mucho, la palabra héroes, muchas veces sobreusada, gastada de retórica: estos médicos la hicieron real, concreta. Y de repente, vuelven realidad tus ideas, y te conectan con el pensamiento del Comandante Fidel Castro.

Y como tú dices, ha habido varios antes y después. Ya un antes lo había marcado la desaparición física del Comandante. De una fase en la cual tú recibes de Cuba, pasamos a un momento en el que uno siente que tiene que ocuparse de Cuba, porque los cubanos además de lo material, tienen una necesidad moral de cercanía. Ustedes han dado tanto, que tenemos que restituirles. Cuando Fidel se va, de pronto el pueblo quedó un poco huérfano, en una búsqueda frente al infinito, y sigue frente al infinito, avanzando, caminando, con más dificultades todavía, con más ataques, sin su guía histórico, entonces uno dice: yo tengo que participar. Descubrir cómo los cubanos lidian con el día a día me convence de que Cuba merece la entrega. Uno tiene una sola vida, y la mía se la voy a dedicar a esto, este pueblo se lo merece. Y como yo no he vivido el tiempo del Comandante, he estado tratando de recuperar el tiempo perdido, y entonces te das cuenta que ahora es que tienes que dar el paso y actuar. Y sin hacerse tantas preguntas. Los médicos cubanos por qué son grandes, porque no se hacen ninguna pregunta: fueron al otro lado del mundo a enfrentar algo que todavía no se conocía muy bien.

P:- Tras los sucesos del 11 de julio y más específicamente, cuando la pandemia nos golpeó duro en Cuba, y el arreciado bloqueo de Estados Unidos nos impidió hasta el oxígeno, ahí estuvo la solidaridad de muchos en el mundo, y entre ellos la de Michele y su equipo de AICEC, de conjunto con otras organizaciones de la emigración cubana y la solidaridad italiana con la isla. ¿Cómo se organizó todo eso?

Previo al 11 de julio, veo esta cosa que crece, porque yo había visto la Cuba de la esperanza, la Cuba de los Rolling Stone en la Ciudad Deportiva, nostros estábamos aquí con la idea de trabajar en la actualización del modelo económico, y palpábamos de cerca este momento: los forum, los negocios. Y hacíamos nuestra pequeña contribución, porque este es un país de miles de héroes y de historias, pero con modestia nosotros en ese proceso adelantamos algunas cosas de las que hoy se hablan: AICEC por ejemplo nace en la Tercera Cumbre Mundial sobre Desarrollo Local, en 2015 en Torino, y cuando yo hablaba en ese entonces aquí de desarrollo local integrado o de economía circular, la gente me miraba con cara de qué es eso. Y uno decía, pero si lo estás haciendo. Y cuando veo que de este periodo de relativa esperanza se pasa al Trumpismo, a los ataques de Trump, y era el 500 de La Habana y hacemos el alumbrado artístico, pero ya empezaban las nuevas medidas, la crisis de la gasolina -la famosa conyuntura-, el presidente MIguel Díaz-Canel dando botella, y después el ataque sistemático a Venezuela, y yo que he tenido una gran escuela en el estudio de la criminalidad venida de la mafia trasnacional, estoy acostumbrado a conectar factores, y a nunca pensar que las cosas estan desligadas o son casuales, pensé que ahí no había nada de casual. Y después tú ves que empieza la pandemia y se impide el derecho a enviar remesas, contrario a toda lógica humana. ¿Tú sabes cómo yo explico a mi papá el bloqueo? Sin mucha muela. Papá, a los cubanos no se les permite mandar la plata a la casa, y él, que tiene una historia de emigrante, enseguida lo comprende. Lo que me permite ver con tanta claridad lo importante que son los #PuentesDeAmor y la labor del Profe Carlos Lazo. Cuando al final del 2019 veo todo esto, y al mismo tiempo, que Cuba ha hecho un trabajo increíble frente a la pandemia desde el principio, había liderado la lucha, pero estaba ahogada, sin poder recibir ni acceder a recursos, medicamentos, sin turismo, invirtiendo su supervivencia económica en la salud del pueblo, enfrentando las variantes Delta y Beta, entonces me voy dando cuenta que ahí no hay nada de casual, que se está preparando sistemáticamente algo. Lo lógico sería en pandemia aflojar las medidas, es criminal mantenerla, imagínese endurecerla. Y después los hechos la crisis del oxígeno lo acelera, se impide a un barco de oxígeno contratado salir de Dominicana, en una violación de los derechos humanos más básicos, y ahí nos dijimos: esto no es casual, esto es un ataque, tenemos que ayudar sin descanso. Y nosotros no somos una agencia gubernamental, no tenemos salario asegurado, somos compañeros que viven de los esfuerzos pero valoramos concentrarnos en la solidaridad renunciando a retomar el trabajo después de meses de pare y de la labor voluntaria con vuestros médicos. Y se generó una reacción increíble, y fue colectivo: los trabajadores del sindicato que regresaron de sus vacaciones en agosto para montar los respiradores pulmonares, los jóvenes que llenaron cajas y cajas dividiéndola medicamento a medicamento. Nosotros cargamos un avión civil de la Neos, con mucho orgullo lo digo, y el 26 de agosto se cumplió un año, con 205 metros cúbicos de material médico para Cuba, incluidos 161 respiradores polmunares, una ayuda de un pueblo al valiente pueblo de Cuba. Y esto era la medida chiquita de cuánto Cuba es querida. Y a partir de ahí tenemos que desafiarnos todos los días y pensar que más podemos hacer.

P:-¿Cuáles son tus otros muchos proyectos en Cuba?

Nosotros somos un grupo, caracterizado para estar compuesto de jóvenes, con muchos voluntarios, entre los cuales están jóvenescubanos residentes en Italia que quieren su pais. Muchas veces aquí soy la persona que es más visible, pero somos mucho mucho más que yo: somos un colectivo maravilloso, de 24 horas por siete días a la semana, y yo estoy muy agradecido con mis compañeros, profesionales, capaces de luchar para el Desarollo económico de Cuba pero sin nunca perder sus vocación de camaradas. Me gustaría que los cubanos puedan verlos, creo levantaría orgullo y esperanza. Esto gran recurso permite a la Aicec y sus aliados hacer varias cosas. La inversión extranjera con finalidad en la exportación, un gran desafío en mercados muy competitivos. Como en el café con BioCubaCafé y la certificación orgánica del 25 por ciento de la capacidad exportable de café en Cuba, distribuida en 170 productores, en nueve municipios del oriente de el país, con la aplicación de tecnología avanzada. La idea de defender un concepto forestal de este país. Este es un dato que yo siempre doy: Cuba era un país que antes de la Revolución tenía un 12 por ciento de área forestada y hoy tiene más de un 40 por ciento. Es una maravilla. Cuba ha cuidado su naturaleza, y nosotros ahora tenemos que asumir esta responsabilidad y seguirla. No por gusto ustedes dicen Soñar y continuar. Lo mismo el azúcar orgánica del Central Carlos Balino en Villa Clara, y otros productos agroecológicos como la miel, cacao, que se gestionan en la red Sano, Justo y Solidario, que tenemos ya en toda Italia y en algunos países de Europa. El haber sido los primeros en haber exportado un producto de un productor independiente, y de trabajar hoy con todos los actores de la economía cubana. El trabajo con la comunidad cubana en Europa y con la solidaridad. La labor cultural. O sea esto es una parte de nuestro empeño, que al final es un aporte modesto, pero que pensamos contribuya.
 
P:- Y de otro la Avenida Italia, que comenzó con lo más llamativo que fue el encendido de las luces en el 500 aniversario de La Habana, pero que detrás lleva todo un concepto de desarrollo local integral.

La relación con Centro Habana y la Avenida Italia comienza en el 2019 con el 500 de La Habana y el alumbrado artístico, pero desde ahí hemos estado desarrollando el proyecto. Ha sido un trabajo con las instituciones, con el gobierno provincial, con la población, con las Mipymes, con los emprendimientos, con todos los factores dinámicos, y ahora necesitamos apresurar el proceso. A esto se ha sumado la embajada de Italia y la agencia pública de colaboracion al Desarollo de Italia (Aics) que están financiando el proyecto ¿Cuál es la idea? Hay tres vertientes, primero, trabajar un concepto de biodistrito, es decir conectar el campo cubano con el que tanto trabajamos con el centro de La Habana, regresándole a la Avenida Italia, calle Galiano, su vocación histórica de calle comercial. Segundo, que los pobladores de la ciudad puedan encontrar allí los productos de esta tradición del campo. Un concepto avanzado de economía circular, pero cuando digo avanzado no es que sea foráneo, porque es algo que los cubanos han desarrollado, por su propia resistencia el cubano ha aprendido a utilizar todo lo que puede de una materia prima. Mi abuelo campesino siempre decía: el sabio del puerco no bota nada, y yo digo que aquí hay personas creativas que no botan nada de nada. Ahora en el mundo se hacen conferencias, clases magistrales, hablando de economía circular. Para mí el posgrado del tema lo tiene Cuba con muchos jóvenes ahora organizados en Mepymes. La idea es darle espacio a estas mipymes que están haciendo un trabajo increíble y por supuesto a las empresas estatales. Y después, está la vertiente de la tecnología y la innovación digital. Estamos intentando hacer el primer co-working urbano de la Isla, justamente con ETECSA y con Cinesoft, algo que nosotros esperamos que pueda atraer algunas de las fuerzas jóvenes más dinámicas a la transformación digital. Hay una cantidad enorme de personas, instituciones, gobierno y también gente común defendiendo el proyecto aquí en Cuba pero también en Roma, en Italia, con la labor de la embajada y de la comunidad de cubanos residentes.


 
P:-¿Cómo concibieron el proyecto de Soberana Plus Turín?

La manera de enfrentar el desafío de las vacunas ha profundizado mi reconocimiento y mi amor por Cuba. Antes era un amor instintivo, ahora es un amor más maduro con todas sus contradicciones. Es el país que ha mandado médicos a todo el mundo, que ha desarrollado vacunas públicas. Yo pienso que la pandemia ha sido un desafío para todos, a nivel personal, porque nos ha obligado a decidir dónde nos posicionábamos, a nivel de país, y a nivel de humanidad. En eso, Cuba se ha distinguido profundamente porque ha demostrado un modelo de medicina inclusivo, internacionalista, y humano. Y la vacuna cubana es también la consecuencia de esto, la idea de la biotecnología al servicio de la humanidad. Cuba ha desarrollado un concepto de vacunología universal, y vacunas muy eficaces, muy económicas, muy seguras, y no es casual que comiencen con los niños. En el mundo tú ves que la población ha corrido con todos los riesgos, y las trasnacionales se han llevado todas las ganancias, pero todavía una gran parte de la humanidad no ha recibido vacunas. Cuba ha sido la representación de todo lo que se podía hacer, y de lo que se ha podido hacer, para enfrentar estos desafíos.

Nosotros primeramente estudiamos la situación, nos gusta colarnos en las contradicciones del bloqueo, burlarlo, medidas tan injustas merecen ser desafiadas: así empezamos a desarrollar el primer estudio científico sobre la vacuna cubana en Europa. Y si no nos autorizaron la posibilidad de hacer el estudio en Italia, trajimos a los italianos a Cuba para hacer el ensayo clínico. Esto también fue posible gracias al gran resultado que dejó la brigada médica y las relaciones bilaterales entre las instituciones científicas, a todos los niveles. Cuando se apagaban los micrófonos, reconocían que los cubanos habían hecho dos extraordinarias vacunas, Soberana y su aplicación en los niños, y Abdala con lo rápida que es. Entonces el problema no es de Cuba, el problema es un concepto capitalista de la biotecnología en el mundo. Y este modelo desarrollado aquí no es solo para los cubanos, es para la humanidad. Quisimos romper estas barreras y dar a conocer al mundo estos productos. Y así fue que encontramos una empresa italiana, se empezó firmando un acuerdo marco con el Instituto Finlay, la televisión italiana se interesó en la cosa, y también tenemos la gran labor de Fabrizio Chiodo, científico, compañero, amigo, gracias al cual hemos dado muchos pasos. Pero al final de todo esto lo que estamos haciendo nosotros en Italia y las muchas más cosas que se van haciendo en el mundo se han podido hacer gracias al trabajo que han hecho sus científicos tanto del Finlay, como del CIGB, el CIM, y otras instituciones. Pero sinceramente lo tengo que decir, esto ha sido posible gracias al pensamiento estratégico del Comandante, la visión de construir una biotecnología pública 30 años antes de una pandemia, es como un retorno del futuro.

P:- Cuba te reta todos los días. Ahora tras el accidente en la Base de Supertanqueros de Matanzas estuviste ahí, dando tu aliento... ¿Cómo resumirías lo que es esta isla para ti?

Insisto, representamos a muchísimas personas, quiero que se entienda. No soy yo el que va a Matanzas, o Carlos Lazo, hay personas en Italia a todos los niveles. Recientemente llegó a Cuba un vuelo con ayuda del gobierno italiano, resultado de la presión popular e institucional, y donativos de varias asociaciones: de la Asociación Nacional Italia Cuba, de Poniéndole Corazón a Cuba, de La Villetta, del Comité Empresarial Cuba-Italia que se activaron inmediatamente y reaccionaron. Con el profesor Lazo fue natural, habíamos caminado tantos kilómetros desde Assisi hasta Roma con el proyecto del Camino de amor contra el Bloqueo, y nos pareció natural ir a brindar nuestra solidaridad concreta, un granito de arena. Siento la necesidad profunda de transmitir algo a los cubanos: no hemos tenido suerte últimamente, y pienso en el presidente Miguel Díaz-Canel, cuánto ha tenido que enfrentar junto al pueblo, y le va mi cariño, pero creo que unos a otros tenemos que darnos esperanzas. De esto también vamos a salir. Uno no decide el lugar donde nace, pero sí decide el lugar donde dejar raíces. Cuba es mi país de elección y de adopción. Muchas veces me dicen que yo no vivo las condiciones de los cubanos, a lo mejor es así, aunque en mi labor cruzo el país y comparto muchas de las dificultades del cubano de pie, esto me permite hablar y contar de muchos cubanos incansables, que no se rinden, que desafían cosas inmensas con muy poco recursos, y eso tiene todo mi respeto y amor. Sabemos que es un momento duro, tratamos de ayudar, compartir, vibrar por ustedes, y sepan siempre que con nosotros pueden contar. Esta es mi tierra.

Comentarios

Hermosa e interesante historia de amor y solidaridad con Cuba. Agradecimiento infinito a este italiano emorado de Cuba y la Revolución.
tamara.dovale@etecsa.cu

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