Matanzas no se rinde

Sobreponiéndose al mismísimo Lázaro Blanco, Matanzas sigue con vida en la final de la pelota cubana ante Granma, y todo se definirá al menos en un sexto duelo.

La reacción de los Cocodrilos llegó en el tercer desafío, gracias a un excelente relevo largo del lanzador Naikel Cruz, quien esta vez no se empecinó tanto en la velocidad y tuvo mejor control con sus rompimientos, lo cual lo convierte en un serpentinero bien difícil. Ahí ha estado su gran problema hasta ahora, pero esto se entrena, y puede llegar a convertirse en un grande con el trabajo adecuado.

El cuarto partido se fue muy rápido de un solo lado, con la ofensiva de los Alazanes en su máximo esplendor, y muy poco que hacer para la nave yumurina.

Pero todo regresó a lo esperado en el quinto, con un bonito duelo entre Blanco y Yoenny Yera, esta vez inclinado en las postrimerías hacia los matanceros, luego de haberle ligado bien por primera vez al mejor abridor del país en los últimos años, quien fue sacado del box cuando estaba debajo 2x3 para poder echarle mano en un hipotético séptimo encuentro.

Así ha jugado hasta el momento sus cartas el manager Carlos Martí, apoyado en la ventaja de ir delante en la final. Estrategia similar utilizó el segundo día para preservar al veterano Leandro Martínez, quien será su abridor para el sexto choque y ahí pudiera recoger los frutos de haber sido previsor.

Esta vez Carlos Santana no pudo completar la faena porque debió lanzar más de lo acostumbrado, y ese puede ser un lastre para al siguiente partido.

En el bando de los actuales monarcas de Cuba, el mentor Armando Ferrer tuvo un par de decisiones polémicas: primero cuando le dio base por bolas a Raico Santos para lanzarle a Carlos Benítez y no trajo al derecho Noelvis Entenza a hacerlo, sino que dejó al zurdo Yera, quien toleró el empate, y luego en el octavo cuando tenía la del gane en primera y tocó con Javier Camero (no se anotó ningún sacrificio en toda la Serie). ¿No había nadie en esa banca más acostumbrado a tocar la bola?

Por cierto, Entenza arribó de la manera más inesperada a su victoria 100 en Series Nacionales, pues con apenas una entrada lanzada consiguió lo que no pudo en varias aperturas consecutivas.

Entre los mayores dolores de cabeza de Ferrer está el slump de Erisbel Arruebarruena, que ha sido movido de turno, pero constantemente es dominado con lanzamientos hacia fuera.

Por el contrario, vale destacar, en especial en este quinto juego, la actuación del jardinero Eduardo Blanco, cuyo aporte con el madero no ha sido el mejor, pero ha cumplido con creces en otras funciones. Gracias a su brazo se preservó la mínima ventaja, y además estuvo exacto en par de toques de bola, la gran asignatura pendiente de los Cocodrilos en esta última aparición.

Los granmenses siguen teniendo la sartén por el mango, pero haber salido del enorme escollo que representa Blanco pudiera ser un plus para los occidentales.