Lucha libre cubana necesita más fogueo

La lucha libre cubana, que a nivel general dio muchas alegrías en la última década, ha decaído un poco en los últimos años.

La salida del país de varios de sus mejores exponentes, y sobre todo la falta de fogueo internacional, se han combinado para que los resultados no llegaran a satisfacer a los entendidos en la materia.

Este último aspecto, que no es nuevo ni exclusivo de esta modalidad, sigue pesando en la actualidad, y la preselección cubana en la actual temporada  asumirá su primer compromiso sin haber tenido topes de preparación extrafronteras.

Apenas la base de entrenamiento que sustituyó a los torneos internacionales Granma-Cerro Pelado, exigua también en cuanto a calidad y cantidad de los gladiadores visitantes, aparece entre los momentos en los cuales los nuestros no tuvieron enfrente a los conocidos de siempre.

Se puede entrenar con mucho rigor dentro de casa, pero resulta tedioso todos los días ver las mismas caras, y es en ocasiones hasta contraproducente, porque se necesitan ensayar múltiples variantes porque ningún rival se parece a otro, y se hace mucho hincapié en la preparación física.

En el caso de los libristas, se alistan en la Escuela Superior de Formación de Atletas de Alto Rendimiento (ESFAAR) “Cerro Pelado”, de cara a su debut internacional en los V Juegos del ALBA, del 21 al 29 de abril en Venezuela.

A esa justa debería ir un equipo joven, pero la falta de competiciones provocará que acuda buena parte del principal equipo, porque será un medidor de cara a los Juegos Centroamericanos y del Caribe de El Salvador, en junio.

Luego asumirán el clasificatorio panamericano que será en Argentina, donde se buscarán los dos boletos restantes para los Juegos Panamericanos de Santiago de Chile, en las divisiones de 65 y 125 kilogramos.

Aquí no debe haber problemas porque los buscarán Alejandro Valdés y Reineris Salas, dos veteranos de mil batallas, que también deben competir en lo que será el torneo más exigente del año, el Campeonato Mundial en Belgrado, Serbia, en septiembre.

Allí se repartirán los primeros cupos para los Juegos Olímpicos de parís 2024 y estará la crema y nata de la lucha mundial en la batalla por los cinco boletos que otorgará cada división.

Hablando de categorías, a nivel doméstico la porfía más enconada debe ser en los 74 kilos, donde los santiagueros Geandry Garzón y Franklin Marén presentan condiciones similares.

Ni siquiera el entrenador principal de la escuadra, Julio Mendieta, quiso adelantarse a los acontecimientos y declaró recientemente que no piensa hacer una eliminación entre ellos, sino que los dos realizarán entrenamientos similares y el que mejor preparado esté competirá en cada evento.

La otra incógnita estaba en los 57 kilos, tras el abandono de Reineris Andreu (probablemente el gladiador de mayores perspectivas del país), y según Mendieta ocupará el puesto el campeón de los I Juegos Panamericanos Junior de Cali-Valle 2021 Osmani Diversent, de 20 años.

Así va la lucha libre, remando contra todos los contratiempos.