La crisis de los submarinos

La crisis de los submarinos
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Fecha de publicación: 
19 Septiembre 2021
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El gobierno francés sabía que Canberra tenía "reservas serias y profundas" sobre los sumergibles franceses antes de que terminara el acuerdo de compra la semana pasada, afirmó hoy el primer ministro australiano, Scotto Morrison, en un nuevo round del entuerto entre ambas naciones bautizado como "la crisis de los submarinos".
    "Creo que habrían tenido todas las razones para saber que teníamos reservas profundas y serias de que las capacidades del submarino clase Ataque no se ajustaban a nuestros intereses estratégicos y dejamos en claro que tomaríamos una decisión basada en nuestro interés estratégico nacional", enfatizó Morrison en una conferencia de prensa en Sídney.
    El premier sostuvo que entendía la "decepción" del gobierno francés, pero acotó que había planteado a París cuestiones sobre el acuerdo "hace unos meses", al igual que otros ministros del gobierno australiano.
    Morrison dijo que sería "negligente" seguir adelante con el acuerdo en contra de los consejos de inteligencia y defensa y que hacerlo iría en contra de los intereses estratégicos de Australia.
    "No me arrepiento de la decisión de poner el interés nacional de Australia en primer lugar. Nunca haré eso", dijo.
    Francia está furiosa por la decisión de Australia de retirarse de un acuerdo multimillonario para construir submarinos franceses para barcos estadounidenses de propulsión nuclear y ha llamado a consulta a sus embajadores de Canberra y Washington y acusando a sus aliados de "mentir" sobre sus planes.
    En declaraciones a la televisión France 2, el ministro de Relaciones Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian, afirmó ayer que se trata de una "crisis grave" y denunció "mentiras (...), una duplicidad (...), una gran ruptura de confianza" y un "desprecio" por parte de los aliados de Francia.
    Una crisis de esta magnitud es la primera vez que sucede en la historia de las relaciones entre Estados Unidos y Francia.
    El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pidió hablar con su par francés, Emmanule Macron, después de que Australia rescindiera el suculento contrato de submarinos franceses y "habrá una llamada telefónica en los próximos días".
    Así lo anunció el portavoz del gobierno francés, Gabriel Attal. Desde Macron habrá "una solicitud de aclaración", dijo Attal a BFMTV. "Queremos explicaciones" sobre lo que "es similar a un abuso grave de confianza", agregó.
    En tanto, la nueva ministra de Relaciones Exteriores británica, Liz Truss, defendió el enfoque de Londres en el Acuerdo de Defensa firmado con Washington y Canberra, que provocó la indignación de París después de que Australia cancelara la compra de submarinos.
    Este acuerdo muestra cómo el Reino Unido es "obstinado en defender nuestros intereses" y "nuestro compromiso con la seguridad y estabilidad de la región del Indo-Pacífico", escribió la nueva ministra en una nota en el Sunday Telegraph en el que destaca que el acuerdo "podría crear cientos de nuevos puestos de trabajo" para su país.
    Los comentarios de Truss se produjeron después de que el ministro de Relaciones Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian, acusara a Estados Unidos y Australia de "mentiras y doble trato" y al Reino Unido de ser una "rueda de repuesto" en esa asociación.
    Francia está indignada por el acuerdo, ya que pierde un contrato de 56.000 millones de euros para suministrar 12 submarinos convencionales a Australia, que en su lugar ha optado por submarinos de propulsión nuclear suministrados por Estados Unidos.
    Lo pactado entre Francia y Australia data de 2016 y fue llamado "el contrato del siglo".
    El 15 de septiembre pasado, Australia anunció un histórico acuerdo de defensa con Estados Unidos y Reino Unido que le permitirá acceder a tecnología para la construcción de una nueva flota de submarinos de propulsión nuclear.
    En ese contexto deshizo lo acordado con Francia. Además de recibir tecnología para la construcción de submarinos, Australia obtendrá tecnologías cibernéticas y de vigilancia marina.
    El acuerdo fue llamado Pacto Aukus Aukus (Australia-United Kingdom-United States, en inglés) y se trata básicamente de una alianza estratégica militar entre Estados Unidos, Reino Unido y Australia.
    El plan es visto por los analistas como un esfuerzo para contrarrestar la presencia de Pekín en mar de China Meridional, una región disputada que el gobierno chino reclama prácticamente en su totalidad frente a las reclamaciones de soberanía de otros países vecinos y la oposición de Washington.
    China, por su parte, calificó el acuerdo como "extremadamente irresponsable" y acusó a los países firmantes de alentar una carrera armamentística. 

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