La Ciudad de México se hunde irreversiblemente

La Ciudad de México se hunde irreversiblemente
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Fecha de publicación: 
12 Mayo 2021
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La Ciudad de México y su adyacente zona suburbana que comparte con el Estado de México, en la que radican 21 millones de personas, se hunde irreversiblemente y los expertos creen que, aun tomando medidas ahora, las cosas no volverán a ser como antes.

El ritmo en que la metrópoli baja de nivel es de 50 centímetros al año, a pesar de que en los años 50 dejó de perforar aguas subterráneas, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Oregon, el Instituto de Tecnología de California y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

La peor noticia es que no se espera que la antigua capital de los aztecas, llamada La Gran Tenochtitlán y rebautizada como La Nueva España en la época de la conquista, recupere sus niveles perdidos, sino más bien los más probable es que siga su vertiginoso viaje hacia el abismo.

El estudio llamado "Un siglo de hundimiento de la Ciudad de México, publicado por el Journal of Geographic Research arroja que la urbe llegó a "un punto sin retorno" y se hundiría hasta 30 metros más en los próximos 150 años.

El problema principal es que el agua que se sigue extrayendo para consumo local proviene de fuentes cada vez más profundas, que impiden cualquier recarga o si la hay influye poco en la recuperación de los niveles del suelo.

El equipo de científicos estadounidenses y mexicanos concluye que "amplias franjas del suelo bajo la ciudad se están compactando constantemente" y las capas de arcilla que se encuentran debajo de Ciudad de México podrían acabar comprimiéndose en un 30%.

En la actualidad, la arcilla superior ya está compactada en un 17%, luego de la sobreexplotación de este valle lacustre donde las "tribus nahuatlacas" que formaron posteriormente el Imperio Azteca decidieron parar su peregrinaje desde algún lugar mítico del occidente o norte para fundar una especie de "Tierra Prometida".

Al drenarse al máximo los acuíferos subterráneos del antiguo Lago de Texcoco para colmar la sed insaciable de los habitantes de la capital, el lecho lacustre se ha ido secando cada vez más, por lo que las láminas de arcilla se han comprimido y agregado "a un ritmo prácticamente imparable".

"Esto no solo pone en peligro las infraestructuras, sino que también amenaza la seguridad hídrica de millones de personas", señaló el artículo científico.

"Incluso si los niveles de agua se elevaran, no hay esperanza de recuperar la mayor parte de la elevación perdida y la capacidad de almacenamiento perdida del acuífero", dicen el informe en conclusiones.

"El lecho del lago, de 100 metros de grosor, salado y rico en arcilla, quedó en lo alto y seco. Desde entonces, sus finísimos granos minerales se han ido reagrupando cada vez con más fuerza, lo que ha provocado la contracción y el hundimiento del suelo", señalaron los científicos.

El mayor hundimiento ocurre en las zonas más empobrecidas de la capital, según Estelle Chaussard, una de las autoras del estudio.

Actulamente, más de 1,1 millones de hogares no tienen acceso a agua limpia y más de medio millón sufren condiciones sanitarias inadecuadas.

"Zonas de algunos hundimientos, que resultan en daños a edificios e infraestructuras, son de niveles socieconómicos bajos y muy bajos", dice el documento.

Las áreas más afectadas se ubican al centro de la cuenca, lejos de las fuentes de recarga, con presencia limitada de pozos. El 70% del agua potable de la capital proviene de la extracción de agua subterránea de pozos con una profundidad promedio de 600 metros y una máxima de 3.000.

"El hundimiento agrava el riesgo de inundaciones y daña tanto la infraestructura de distribución de agua como las redes de alcantarillado, provocando fugas y contaminación", exponen los especialistas.

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