Iglesia católica rechaza aprobación de eutanasia en Ecuador
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La iglesia católica rechazó hoy el fallo de la Corte Constitucional de Ecuador que da luz verde a la eutanasia en esta nación sudamericana.
En un comunicado divulgado este miércoles, la Conferencia Episcopal Ecuatoriana calificó la práctica como “diabólica” porque busca dar legalidad a un homicidio.
De acuerdo con la institución religiosa, «la vida humana es sagrada e inviolable» y «la eutanasia no es sinónimo de una muerte sin dolor ni sufrimiento”.
La semana pasada, la Corte Constitucional autorizó el procedimiento y Ecuador se convirtió en el segundo país latinoamericano y noveno del mundo en permitirlo para aquellas personas que padecen enfermedades graves e incurables o con lesiones irreversibles.
La sentencia se dio luego del análisis del pedido de la ciudadana Paola Roldán, quien padece de esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad degenerativa y dolorosa, y pidió una “muerte digna”.
Roldán interpuso en agosto una demanda contra el artículo 144 del código penal ecuatoriano, que castiga el homicidio con prisión de entre 10 y 13 años.
La Corte resolvió, además, que en un plazo de dos meses, el Ministerio de Salud Pública deberá elaborar un reglamento para procesos de eutanasia, la Defensoría del Pueblo tiene seis meses para presentar un proyecto de ley que la regule y la Asamblea Nacional 12 meses para aprobar la normativa.
Sin embargo, la Conferencia Episcopal manifestó que la sentencia es «vaga» por no precisar lo que se considera, por ejemplo, una enfermedad incurable.
En agosto del año pasado, Roldán y su equipo de abogados pidieron que se declarase la inconstitucionalidad del artículo 144 del Código Orgánico Integral Penal (COIP), que tipifica el delito de homicidio y sanciona con prisión de entre 10 y 13 años a quien lo cometa.
“He vivido una vida plena y sé que lo único que merezco es una muerte con dignidad”, dijo Roldán el pasado 20 de noviembre desde su cama y asistida por un respirador artificial.
Con la decisión del máximo órgano de interpretación constitucional, Roldán podrá tomar una decisión sobre el día de su muerte, tras cuatro años de padecer una enfermedad degenerativa y sin cura, que destruye las células nerviosas que controlan los músculos que ejecutan los movimientos voluntarios.
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