Fort Myers Beach, una ciudad destruida por el huracán Ian

Fort Myers Beach, una ciudad destruida por el huracán Ian
Por: 
Fecha de publicación: 
1 Octubre 2022
0
Imagen principal: 

Pete Belinda y su esposa caminan lentamente al borde de una carretera de las afueras de Fort Myers Beach, en el suroeste de Florida. Están cansados y arrastran cada uno una maleta grande. 
'Esto es todo lo que nos queda', dice él, conmovido.
 
Su pueblo, un lugar tranquilo a orillas del golfo de México, se convirtió el miércoles en el epicentro de la destrucción causada por el huracán Ian.
 
La pareja vivía en la planta baja de la casa de su hija, donde se habían mudado hace seis meses, pero el temporal los dejó sin hogar.
 
'Está todo patas arriba, húmedo, lleno de barro', cuenta Pete Belinda, de 52 años. 'No sabemos muy bien qué hacer ahora. Estamos llamando a unos amigos y familiares para ver dónde podemos vivir por un tiempo porque no tenemos adonde ir'.
 
Fort Myers Beach es tras el paso de Ian una localidad casi desierta, recorrida únicamente por los vehículos de los servicios de emergencias y unas pocas personas que regresan a casa para comprobar todo lo que perdieron. La parte del pueblo más impactada por Ian, la que está a orillas del mar, en Estero Island, es un campo de ruinas.
 
La policía impide el acceso a quien no sea habitante de ese barrio, pero un vuelo en helicóptero permite constatar la magnitud de los daños. Los vientos del huracán de categoría 4 destruyeron las numerosas casas de madera de la zona; y en algunos lugares ni siquiera se ven escombros, solamente solares vacíos donde antes había una vivienda.
 
Rich Gibboni es uno de los habitantes que perdió su vivienda. 'La segunda planta se derrumbó por culpa del viento, y la primera se inundó hasta el techo', explica, resignado.
 
Este hombre de 50 años ha acudido a otro barrio de Fort Myers Beach, situado en la pequeña isla de San Carlos, para buscar provisiones. Y ahora regresa a Estero Island, donde encontró refugio en un hotel con una veintena de personas.
 
Cerca de ahí, Chris Bills, una mujer de 72 años, se hunde el sombrero en la cabeza mientras espera a que un autobús venga a recogerla con su marido. Esta tarde una patrulla de los servicios de emergencia les dio dos horas para recoger sus pertenencias y abandonar el apartamento que habían alquilado por unos días cerca del mar.
 
La pareja viajó desde Inglaterra hasta aquí para disfrutar del buen tiempo y no hizo caso de las previsiones sobre el huracán.
 
'No pensé que sería tan fuerte', reconoce. 'Estaba muy asustada. Nunca habíamos vivido algo así antes'.
 
En el barrio que dejan atrás, la fuerza del huracán dejó decenas de barcos varados en las calles --algunos de ellos amarrados todavía a un pedazo de atracadero-- y arrastró coches hasta el agua de una bahía cercana donde flotan ahora.
 
Gibboni no pierde la esperanza pese a los daños causados por Ian. 'El ánimo está alto. Tenemos que sobrevivir y esta es la única manera de hacerlo', dice. 'Hay que volver a empezar. Nos va a llevar mucho tiempo, así que tenemos que recuperar las fuerzas'.

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
Esta pregunta es para comprobar si usted es un visitante humano y prevenir envíos de spam automatizado.
CAPTCHA de imagen
Introduzca los caracteres mostrados en la imagen.