Es la acción del pueblo la que será decisiva para alcanzar el triunfo
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Este en un mensaje a todos los que están presentes en las colas para la compra de los artículos que se ofertan hoy en las tiendas que prestan servicios para la venta de alimentos o artículos de aseo y uso personal,útiles para el hogar.
(Originalmente lo pensé como un mensaje que podría reproducirse en audio por los autos patrulleros de la policía con sus bocinas en esos lugares de colas).
Este texto es una exhortación para fortalecer la actitud que deben asumir cada uno de nosotros por el respeto al derecho adquirido, impidiendo que delincuentes prevalezcan y se impongan impunemente ante la compleja situación que presenta Cuba con los abastecimientos , por la epidemia de Covid-19, acrecentado por el bloqueo estadounidense .
Sabemos que el pueblo quiere más alimentos, artículos personales y mejor servicio público. Es una realidad muy dura que debemos enfrentar. Ignorarlo sería demagógico o mirar hacia otro lado.
Aunque el asunto de las colas es de larga data en nuestro país, es este quizás el momento en que más dramática se hace su reiteración por la complejidad económica nacional e internacional con la pandemia, el reforzamiento del bloqueo que nos limita seriamente los recursos para adquirir los artículos de primera necesidad y también nuestras propias deficiencias e ineptitudes.
Aunque el factor objetivo, es decir la economía es más importante, resulta necesario también tener muy en cuenta el factor subjetivo, la conciencia del pueblo, su actitud y la necesidad de enfrentar el problema combatiendo la delincuencia.
Como parte de esa batalla, ahora se impone más que nunca reforzar nuestro civismo, la solidaridad y la moral.
Se trata de un llamado a la acción de la sociedad, en lo personal y colectivo, para que impidan que personas inescrupulosas y antisociales, se impongan con su conducta negativa e incrementen el desabastecimiento, el descontento, e impidan el reparto equitativo de los artículos que suministra nuestro gobierno con muchos menos ingresos en divisas. Se evidencia su gran esfuerzo y el de sus principales autoridades para que todos los ciudadanos puedan adquirir los alimentos y artículos que les brinden en los comercios en diferentes monedas, sin precios incrementados por intermediarios inescrupulosos.
Digamos todos ¡NO! a los coleros, revendedores y acaparadores que ahora representan una verdadera Quinta Columna infiltrada en nuestras colas.
Quien acapara turnos y los vende, les quita a otras personas trabajadoras y jubiladas la posibilidad de comprar y adquirir lo que necesitan, los obligan a permanecer más horas en las filas con la incertidumbre de si podrán comprar algo.
Los acaparadores que acumulan muchos artículos, para revenderlos deben ser denunciados, y juzgados públicamente. Me parece percibir cierta inercia ante el problema por una parte de la población.
El revendedor multiplica por tres o cuatro veces el precio de la mercancía. Es un oportunista que acrecienta necesidades que tienen cada uno de nosotros y su familia. Detenerlos es un deber de todos los ciudadanos, trabajadores, estudiantes, amas de casa, jubilados, cubanos con espíritu patriótico.
Rechácenlos. No los encubran, no miren para otro lado: enfréntenlos
Su práctica nociva se presenta por los coleros y revendedores como un alivio, una ayuda a cambio de dinero que es una forma de hacer contrarrevolución, alimentar la desorganización, el descontento, la desconfianza. Crear el caos. Precisamente eso es lo que alientan los enemigos desde Estados Unidos y sus aliados internos: un país ingobernable, disgustado, apático, hambriento. Es el sueño de los enemigos de la patria que persiguen destruir la revolución.
No hay otra opción: digamos firmemente ¡basta! a este bajo comportamiento y a sus nocivas prácticas.
Cubano, conciudadano, dispones de las autoridades para protegerte, no estás solo. No te reprimen. Te ayudan, pero tú puedes auxiliarlos y solidarizarte con ellos. Nuestros policías, fuerzas armadas, fiscalía, tribunales, jueces, miembros de las organizaciones políticas y de masas son nuestros defensores, apóyalos, estimúlalos.
Un importante ángulo del problema depende de nosotros mismos. Se ha demostrado que es la acción del pueblo la que ha sido decisiva siempre para alcanzar el triunfo, recordando el testamento de José Antonio Echevarría.
Esta es una clarinada también para las organizaciones políticas y de masas, elemento insustituible para organizar al pueblo.
Innumerables episodios desde el triunfo del Primero de Enero así lo demuestran: el combate a la contrarrevolución en todas sus modalidades; Playa Girón, la Crisis de Octubre. Ahora es un enfrentamiento no militar a la lucha contra la pandemia y la escasez agudizada.
Han proliferado como ratas hambrientas los llamados coleros y especuladores, revendedores, ladrones y corruptos.
El pueblo tiene que decir: ¡No! a lo mal hecho, a los encubridores y especuladores. La pasividad es perder la batalla, rendirnos. Y con el legado de Almeida decimos: “Aquí no se rinde nadie”.
Muchos ciudadanos saben quién son esa la lacra social. Los propios empleados de la tiendas los conocen. Sin embargo, temen ser agredidos por los antisociales. Asumen el silencio cómplice, los atenaza el temor, prefieren no buscarse problemas. Es casi una mafia sin las pretensiones sicilianas que va tomando fuerza.
La mayoría del pueblo pide más firmeza. No teman. Los únicos que pueden tener temor son los coleros, revendedores, acaparadores.
Las calles, las colas son nuestras, no las dirigen los enemigos, que se presentan como amigos del pueblo y lo que persiguen es enriquecerse ilícitamente.
Realiza tus denuncias a los teléfonos habilitados. Envía mensajes si dispones de medios como el correo electrónico o los teléfonos móviles, pero no lo hagas en forma anónima .No temas identificarte. Serás atendido. Así te ayudas a ti mismo, a tus familiares, hijos, nietos, abuelos, amigos, vecinos, enfermos…
Muchos antisociales han sido multados, juzgados, encarcelados. Algunos casos se informan a diario .No hay una actitud indiferente o cómplice en nuestro gobierno. Parte de este enfrentamiento lo puedes apreciar cada día en la televisión. Pero la televisión y los otros medios de difusión masiva no bastan. Esta no es una batalla que se gana solo con la información periodística y de la policía: es imprescindible y decisivo el combate del pueblo contra los que acaparan y roban.
Es esencial tu actitud personal de repulsa y enfrentamiento. No temas. Esta batalla la ganaremos. Refuerza así tus condiciones patrióticas que asiste a la mayoría del pueblo.
Ellos tienen presencia cotidiana y aparente impunidad porque no somos capaces de ser más firmes y activos para erradicarlos. Este no es un llamado a la violencia, lo es al civismo, a la moral colectiva que es más poderosa que ellos. A que sean denunciados ante las autoridades, a que se rechacen directamente en las colas y se coopere así a imponer más el orden y la disciplina social.
Denuncia también las irregularidades que aprecies en la desorganización, el robo o el encubrimiento que puedan presentarse en las tiendas. No son propiedad privada, son establecimientos de propiedad colectiva. Hay que exigir transparencia y buen trato, no convivencia y complicidad con los enemigos del pueblo.
Aquí manda el pueblo y nuestro gobierno revolucionario hace grandes esfuerzos por aliviar la difícil situación económica con un bloqueo acrecentado, despiadado y una pandemia que se refuerza precisamente con la incompetencia, la desorganización, pero su principal aliado es la indisciplina social y el delito.
Recordando a José Antonio Echevarría hoy podemos repetir: “pero es la acción del pueblo la que será decisiva para alcanzar el triunfo.”
Concluyendo la redacción de este artículo escuché la comparecencia de nuestro Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz hoy martes 4 de agosto en la Mesa Redonda.. Me pregunté después de apreciar el anuncio de las nuevas medidas si valía la pena publicarlo. Me dije que sí, pues es una apelación al razonamiento del pueblo. Me entusiasma la decisión tomada y estoy seguro de que venceremos.
Martes, 4 de agosto de 2020. 7.00 p.m. Plaza de la Revolución, La Habana, Cuba
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vilma
Ileana Febles Albarran
Susel
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