El parkour pica y se extiende en Cuba
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El parkour o arte del desplazamiento constituye la más reciente especialidad de la Federación Internacional de Gimnasia (FIG) y Cuba da los primeros pasos para su práctica a nivel nacional.
Así lo confirmó a JIT el comisionado nacional de gimnasia artística, Pedro Pablo Barrios, quien explicó detalles sobre un curso impartido recientemente con el objetivo de regularizar una disciplina que hasta ahora se desarrollaba de manera espontánea.
«Será un programa social, la forma de organización que rige en el mundo, pero nosotros vamos a ordenar a los practicantes desde los combinados deportivos, guiándolos en temas de preparación física, cargas de entrenamiento y otros detalles», añadió Barrios tras el primer seminario impartido en la Escuela Nacional de Gimnasia.
«Este primer curso incluyó a 18 participantes, entre practicantes del deporte y metodólogos de actividad física y recreación, los encargados de trasladar estos conocimientos en todas las provincias», aseguró el directivo.
La exgimnasta Orisel Martínez supervisará en el país esta nueva modalidad, presente con carácter de exhibición en el programa de los Juegos Olímpicos de París 2024 y con dos copas del mundo en la presente temporada, una Francia y otra en Bulgaria.
Cuba estuvo entre los países beneficiados con un módulo de competencias donado por la Federación Panamericana de Gimnasia (Upag), que contribuirá a la práctica de esta especialidad en parques y otros espacios aptos para la exhibición de las habilidades.
El parkour es el arte de desplazarse de un punto a otro de manera más eficiente, sorteando los obstáculos del entorno natural a partir de habilidades ejecutadas con el cuerpo.
Para hacerlo se necesita saltar, trepar, rodar, correr, caminar con las manos y cualquier movimiento que demande el terreno. En dependencia de su sexo, a los practicantes se les conoce como traceur y traceurse, términos que se derivan del francés y significan trazador y trazadora.
La modalidad surgió en la década de los años 80 del pasado siglo en París, aunque su popularidad entre los jóvenes de gran parte del planeta llegó un poco después, entre los 90 y principios de los años 2000.
En las ejecuciones se combinan la agilidad, fuerza, resistencia, coordinación y sobre todo mucha imaginación, pues los recorridos son libres y prima la creatividad como conjunción perfecta con el entorno en el que se realiza el ejercicio.
No existen reglas para los movimientos, también totalmente libres y dependientes de la habilidad del practicante. No obstante, los expertos aseguran que existen algunas imprescindibles para una buena ejecución, como pasar vallas, saltos de precisión, rodadas, subidas de muros y amortiguar las caídas.
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