El judo cubano: Seis clasificados a Tokio y algunos apuntes

El judo cubano: Seis clasificados a Tokio y algunos apuntes
Fecha de publicación: 
25 Junio 2021
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Kaliema no ha tenido un 2021 nada halagüeño, y para aspirar a un buen rendimiento deberá elevar mucho su nivel en el breve tiempo restante antes de Tokio. Foto: IJF.

Cuba inscribió en definitiva seis judocas al concurso olímpico de Tokio, entre los 386 de 110 naciones que pugnarán en el Nippon Budokan de la capital nipona, a tenor con el listado oficial publicado por la Federación Internacional de Judo (IJF).

Nuestra tres veces medallista en tan excelso escenario, Idalys Ortiz (+78 kg) encabezará la legión, a la que se suman Maylin del Toro (63) y Kaliema Antomarchi (78), además de Iván Silva (90), Andy Granda (+100) y Magdiel Estrada (73-2 649 ptos), este último acogido a una de las 100 cuotas continentales (21 destinadas a judocas de América), pues no entró entre los 18 agraciados vía directa de su división.

A esos elegidos se suman invitaciones a otros 20 judocas, en busca de un criterio mayor de representatividad por parte de la IJF, seis de ellos en calidad de refugiados.

Por nuestro país estuvieron buscando su boleto hasta último momento Arnaes Odelín (57 kg) y Orlando Polanco (66), pero en definitiva no pudieron aferrarse a ninguna de las modalidades clasificatorias. La ausencia de Odelín, de hecho, nos privará de poder pugnar en el concurso por equipos mixto, con presencia de 12 selecciones, dado lo crucial de presentar a una fémina de 57 kg en esa lid, pues se inscriben los 57, 70 y +70 entre las damas; y los 73, 90 y +90 entre los varones.

Circuito intensivo con Kaliema Antomarchi

Kaliema Antomarchi es la judoca más experimentada de nuestro plantel. Con 33 años se fraguó al calor de múltiples randoris y duelos con Yalennis Castillo y Yurisel Laborde, entre otras judocas de sólido palmarés internacional.

Así, de a poco, fue elevando su nivel competitivo hasta convertirse en una de las exponentes de élite en los 78 kg. No en balde será la séptima preclasificada de su peso en tierras del Sol Naciente, lo que pudiera favorecerla al menos en el pareo inicial.

Con un saldo de tres sonrisas y cuatro reveses en este 2021 tan convulso, en el que entre otras interrupciones se vio afectada por la Covid-19, la judoca santiaguera exhibe balance histórico de 84-61, para un 57.9% de efectividad.

En medio de una de sus últimas sesiones de entrenamiento previas al mundial de Budapest, ciudad donde en la versión de 2017 se agenció bronce, accedió a dialogar con CubaSí:

“Desafortunadamente tuvimos una gira bastante complicada para nosotros debido a la situación de la pandemia. Desgraciadamente nos contagiamos en Georgia y eso nos impidió participar en los eventos planificados, así como en los campos de entrenamiento proyectados.

Hacia el final, me pude recuperar un poco para poder competir en el Campeonato Panamericano de Guadalajara, donde no me encontraba para nada en forma deportiva.

Competí con apenas cinco días de entrenamiento serio. Me hallaba súper cansada y eso se reflejó en el tatami. Uno siempre sale con la valentía que caracteriza al deportista cubano y salimos a encarar la competencia, con el respaldo de mis compañeras y el colectivo técnico.

Salimos así a asegurar cada combate. Nunca pensamos en el título, por la forma en la que llegamos. Buscamos ir paso a paso y principalmente evaluar cómo me sentía de salud y la respuesta de mi organismo.

Llegué a la final, perdí con la atleta de Ecuador en regla de oro, ─Vanessa Chala, a quién hasta ese momento dominaba abultadamente en el enfrentamiento histórico 5-1─, me sentí muy frustrada porque en un combate extendido la falta de preparación y fondo físico me pasó factura.

El combate reflejó mi condición física, pero a pesar de eso siempre tengo mi mente positiva y sé realmente cuando mis fuerzas no dan”.

¿Cómo se aprovechó la burbuja y esa última recta preparatoria previa al Mundial?

“El sistema de burbuja ha tenido sus complejidades. Realmente la mayor cantidad de atletas de la preselección no se encuentran para apoyar la preparación como tal. Tenemos un grupo muy reducido, algunas juveniles y nosotras… Gracias al equipo masculino intensificamos un poco los niveles, pero a pesar de eso creo que nuestra concentración y visualización sobre el objetivo que es llegar a Tokio en la mejor condición posible para buscar un resultado.

Ahora mismo sentimos que estamos enfocadas, y en el plano físico me siento mejor. He ganado en resistencia y los niveles de fuerza han mejorado bastante, y el trabajo técnico, que es muy importante lo hemos logrado aquí, con limitaciones, pero hemos limado muchos detalles”.

Judoca de talla elevada, en tu caso, ¿cómo has lidiado con el peso corporal?

“Ha sido una especie de Talón de Aquiles en esta etapa. Tantas interrupciones, el tiempo fuera del rigor de los entrenamientos, el organismo no responde igual de rápido que cuando estás sometida habitualmente a las cargas.

Hemos tenido esa fluctuación y eso ha traído consigo algo de descontrol. El peso corporal siempre incide o afecta cuando los combates son muy reñidos o extienden su duración más allá del tiempo reglamentario.

Hungría me deja mucha energía positiva. Históricamente ahí he tenido buenos resultados”.

Lamentablemente en el Mundial la cábala no fue fortuita para Kaliema. Cedió en su primer pleito ante la israelí Inbar Lanir, pleito que sometemos a su consideración.

La nuestra descuella por sus técnicas de cadera y el uchi-mata, además de poseer mayor alcance a la hora de hacer los kumis con respecto a sus rivales, lo que le permite con una ligera ventaja materializar los kumis a la solapa y los hombros de sus oponentes.

 

Un sorbo de historia

El judo cubano ha sido una disciplina contundente en Juegos Olímpicos.

El palmarés, desde Barcelona 1992, si bien ha ido en declive en las últimas ediciones, no ha dejado de darnos alegrías. El mismo se ha repartido de la siguiente manera:

  1. Barcelona 1992: Sexto lugar del medallero por países con foja de (1-1-3). El máximo honor correspondió a Odalys Revé (66 kg).
  2. Atlanta 1996: El botín de 1-1-4 nos colocó cuartos entre las naciones participantes. La fuera de serie Driulis González (57 kg) mereció el máximo honor.
  3. Sydney 2000: Los títulos de Legna Verdecia (52 kg) y Sibelis Veranes (70), nos catapultaron al tercer puesto entre las naciones concursantes, únicamente antecedidos por Japón (4-2-2) y Francia (2-2-2).
  4. Atenas 2004: Un subtítulo y cinco bronces nos colocaron en el noveno peldaño del medallero. La plata quedó en poder de la súper completa Daima Beltrán.
  5. Beijing 2008: Tres platas y otros tantos bronces permitieron que culminásemos décimos en la tabla de medallas. Yanet Bermoy (48 kg), Anaisy Hern{andez (70), y Yalennis Castillo (78) en un muy cuestionado veredicto con la anfitriona Yang Xiuli.
  6. Londres 2012: El cetro de Idalys Ortiz (+78 kg) y los subcampeonatos de Bermoy (52) y Asley González (90), posibilitaron un renacer y escalar hasta el quinto puesto.
  7. Río de Janeiro 2016: Únicamente Idalys Ortiz pudo saborear una presea con su plata en los +78 kg. Dicho rendimiento nos hizo recalar en la posición 15 del medallero.

Tokio aguarda. Menos de un mes falta para que se descorran las cortinas de la cita bajo los cinco aros. Habrá que esperar, luego de un Mundial que despertó las alarmas al ausentarnos del medallero por primera vez en 34 años, a ver si los nuestros hallan la redención en el tatami.

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