El gran amor entre la mar y nuestras montañas (+ Infografía)

El gran amor entre la mar y nuestras montañas (+ Infografía)
Fecha de publicación: 
2 Diciembre 2021
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Mi vecino Armando Samper me pidió recientemente que le leyera este escrito confeccionado por mí varios años antes. Sabía que yo lo actualizaba para publicarlo. Dolor y sorpresa: varios meses después, la COVID-19 causaría la muerte de mi compañero del núcleo de la zona 10 de San Miguel del Padrón. Ahora, mientras comparto el texto con ustedes, lo siento muy cerca.

La mar tranquila o furiosa mirando amorosamente nuestras montañas.

De generación en generación, rescatamos y creamos, a partir de la poesía y el vivir de esos enlaces. Angustia... Barcos españoles arriban. ¿Descubrimiento? Crimen. Los aborígenes no dan más. Naves hacia el comercio humano. Los negros cazados como fieras. Heredia, Varela, Agüero, Aponte… El cimarronaje ascenderá a cubanía. ¡Carlos Manuel! Libertad individual. Invitación a combatir por la plena. Desde pechos tan generosos como tan ofendidos, el sí casi unánime al llamado. ¡Independencia o muerte!    

Depuesto el presidente. Crece la felonía de quienes no quieren tanta revolución. Desunen. Conducen al pacto ignominioso. Desde entonces, ante cada infamia zanjonera, Maceo y la Protesta de Baraguá. Hacia el extranjero sin abandonar el amor patrio. Vendrá la esperanza en otros navíos. Los incendios otra vez. El enemigo los sofoca. Batallas, héroes, mártires; faltan unidad, organización. Martí junta robles y pinos nuevos. Misión de las ideas con bases en la pasión por el ser humano. Discursos, incluso fiestas bien intencionadas, el periódico Patria para decir bellamente verdades útiles y así llegar más pronto a las almas.  

De los clubes al Partido Revolucionario Cubano. Un solo Partido para no dispersar fuerzas, democrático sin esquivar la centralización necesaria. No es clasista, aunque su Delegado prefiere a los pobres de la tierra, y afirma que un mundo mejor vendrá amasado por las manos de los trabajadores. Presencia del apoyo a Puerto Rico por el mismo sueño. Duaba, Playitas: desembarca la guerra necesaria. En ella, caerán Martí, los Maceo, mucha gente gloriosa, anónima en su inmensa mayoría.

El civilismo extremo lesiona a los nobles reales: surgidos de abajo, muchos alcanzaron grados, a balas y machetes, mientras hubo quienes llegaron a los cargos por el origen pudiente. Sin batirse en la primera línea, temen que a las hormigas les salgan alas, cuando ellos sí tienen de insecto. El dominio ya lo posee el Norte revuelto y brutal: cae con esa fuerza más, la misma que usan en todo el continente. República, pues, para el bien de pocos, a costa de la mayoría: el peor peldaño para quienes usaron el machete en la conflagración o en la labor. ¡La Generación del 30! Su lidiar no se va a bolina del todo. Deja huellas. Julio Antonio, Guiteras, Rubén, Pablo… no pueden morir.

El apoyo extraordinario a la guerra del pueblo hispano contra el fascismo robustece. Baliño renace con la fuerza del socialismo en su tierra natal, a pesar de errores externos e internos de la vanguardia. Las balas traidoras no nos dejan sin Jesús Menéndez, Aracelio, Margarito...: acompañan a lo mejor de su patria. Golpe del 10 de marzo de 1952. Los yanquis apuntalan. Un joven, Fidel Castro, evoca a Mella, Trejo y Guiteras. Martiano, domina que los muros son demasiado poderosos para caer con los lamentos, pero son débiles ante las balas.

Aquel trío al lado de la Generación del Centenario cuando convierte la escoba de Chibás en fusil para vencer al gobierno proimperialista. El Apóstol es armado y rejuvenecido en su cumpleaños cien. Asalto a los cuarteles Moncada y Céspedes. Ambos están de parte de los atacantes y en contra de la orgía criminal. En el juicio, Fidel sienta en el banquillo de los acusados a los acusadores. Muchos de los sobrevivientes, encarcelados. Mariana rediviva en Haydée y Melba. La prisión forjará más aún a todos. El discurso, La historia me absolverá, sale de detrás de las rejas.     

Tanto sabor mambí en esta especie de prólogo al socialismo con voz cubana que vendrá a su hora. Los combatientes salen de la prisión debido a la acción popular que conduce a una amnistía. El Movimiento 26 de Julio actúa. La mirada de Abel impulsa, protege. Exilio eficaz. Desde México, la expedición como soñaban e iban a preparar Julio Antonio y Tony, cada uno en su época. Ellos se agregarán a los 82 a bordo del pequeño yate. Se repite el latigazo de La Fernandina. El líder responde a la perfidia, nada cual espalda mojada hacia EE.UU. para conseguir recursos; su uso los despojará de manchas. La vida condenará a quien los dio abrazado al oportunismo.

La mar vuelve a contemplar fijamente las montañas de la indomable tierra oriental. Late la crónica sublime de Pablo sobre Realengo 18 en la cual resalta la importancia estratégica y táctica de la Sierra Maestra. ¡El Granma ya navega! Mareos, vómitos, la falta de alimentos, la sed. Todos son uno. ¡Hombre al agua! Fidel ordena el rescate. ¡Salvado! Peleará. El mal tiempo retrasa. No coincide el arribo con el levantamiento organizado por Frank País, ese coloso del clandestinaje. Santiago de Cuba otra vez demuestra que es la capital de la heroicidad.       

Dos de diciembre. El desembarco. Alegría de Pío, tristeza. ¡Aquí no se rinde nadie! Otra vez el acoso, el suplicio, los crímenes, la cárcel. Los sobrevivientes se reúnen. Un puñado de hombres y unos cuantos fusiles. Fidel, como le enseñó el Padre de la Patria, sabe que son suficientes para alcanzar la libertad. Incorporación, contienda, avance. Maceo y Gómez son Camilo y Che en la invasión. En la lucha en las ciudades mueren miles de seres valiosos de diversas organizaciones. ¡Cómo olvidar aquel 13 de marzo en el que perdimos físicamente a José Antonio! ¡Primero de enero! Las cosas serán más difíciles desde entonces, advierte el Comandante.

El imperio llega a las más terribles infamias. Frente a ellas siempre el Ejército Rebelde convertido después en las Fuerzas Armadas Revolucionarias: es el pueblo uniformado como dijo Camilo. En Girón demostramos nuestra fuerza moral y militar al vencer a los mercenarios y sus titiriteros gringos, también  bautismo de fuego victorioso de las Milicias y los Comités de Defensa de la Revolución. Somos socialistas. Los antihumanos no abandonan el terrorismo. El ¡Aquí no se rinde nadie! de Almeida se mantiene. Sabemos que el planeta tiene que saldar la gran deuda que tiene con África, allí dimos nuestros esfuerzos,  hasta nuestra sangre. Sin limitarnos a ese continente.

La resistencia, la valentía e inteligencia de Cuba obligó al gobierno norteamericano a establecer relaciones. Su crueldad, sus fines no han cambiado, aunque disfracen la forma. Mantienen el bloqueo que los aísla; únicamente seguido por un poder sumiso tan bestial como nuestro principal contrario. El garrote escondido en  los caramelos venenosos. Vuelven a esgrimirlo descaradamente. Sentido del momento histórico. Transformaciones imprescindibles sin prisa pero sin pausa. Continuidad que incluye rupturas imprescindibles, nunca lastimadoras de los principios.          

Fortificamos la unidad. Luchamos para sembrar en las almas la bondad y el amor, para ser capaces de vencer las fuerzas internas y externas que quieren llevarnos a la ignominia. Tenemos que convertir la heroicidad demostrada en situaciones extremas en heroicidad cotidiana. Al frente de las  batallas, el Partido Comunista de Cuba. Aquí sabemos derrotar a los zanjoneros: El Granma navega firme.

 

 

 

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