El Gimnasta de la lucha no se retira

Muchos pensaban que Reineris Salas se retiraría después de coronar su exitosa carrera deportiva en la lucha libre con una medalla en los Juegos Olímpicos de Tokio. Ese tercer lugar en la justa bajo los cinco aros completó un palmarés que ya exhibía preseas a todos los niveles: dos platas y un bronce a nivel mundial, un oro panamericano y dos oros centroamericanos, además de otras en torneos continentales de la disciplina.

Sin embargo, y pese a tener 35 años de edad, el Gimnasta se resiste a colgar los botines y tratará de completar el presente ciclo olímpico, que como todos sabemos es recortado.

Sin embargo, sus nuevas metas implican un cambio, y ese será subir a la máxima división de la modalidad libre, fijada en 125 kilogramos. Es un reto complicado, porque entre las principales virtudes del capitalino está la rapidez, y al hacerse más pesado sus movimientos perderán agilidad, pero ya vivió algo parecido cuando subió de 86 a 97, y no le fue mal.

Recientemente confesó que lo primero que lo motivó a mantenerse fue el propio colectivo de entrenadores, que le solicitaron quedarse un tiempo más para no debilitar el equipo, pues no hay figuras de su nivel en esas categorías. Luego vino la decisión de ascender porque actualmente el pesaje está muy cercano al momento de competencia.

Hasta hace unos años los luchadores se pesaban el día antes de su competencia, y era normal que cuando subieran al colchón estuvieran hasta 10 kilogramos por encima de lo que registró la báscula, pero ahora se hace apenas una hora antes del inicio de la competencia, y eso obliga a los gladiadores a mantenerse muy cerca del peso establecido, lo cual para él ya estaba siendo un problema.

Evidentemente en su caso tiene que ganar bastante masa corporal porque se trata de más de 25 kilos por encima de lo que habitualmente enfrentaba, pero su estancia permite a la lucha libre no tener preocupaciones grandes al menos para el año próximo, porque su calidad le garantizará seguramente estar en el podio tanto en losJuegos Centroamericanos y del Caribe de San Salvador, como en los Panamericanos de Santiago de Chile.

En el primer caso, vale decir que sería su tercera corona, y todas en divisiones diferentes, lo cual le granjearía un lugar en la historia de la lucha en este tipo de citas.

Por supuesto, sus metas personales van un poco más allá, pero todos estamos claros que necesita adaptarse a su nuevo peso, donde además tendrá rivales diferentes. En esto último, la única ventaja en este sentido es que en estas categorías los luchadores son más estables y se repiten los medallistas de un torneo a otro.

Por tanto, el Gimnasta primero necesita estudiar sus propias posibilidades contra estos hombres y seguramente irá mejorando con el paso de los meses para convertirse en un adversario de cuidado para cualquiera.

El otro gran contrario de este gladiador, que como se recordará perdió varios de los mejores años de su carrera por una sanción, son las lesiones, que reforzarán su amenaza ahora con el cambio de peso, al representar más trabajo para su tren inferior.

En cualquier caso, su presencia evita un bache en el plantel para los eventos multideportivos del venidero año en el orden competitivo, y también representa una ayuda en los entrenamientos para quien pueda en un futuro ocupar su lugar.