El Club Antiglobalista: Los en(red)os del nuevo pacto social

El Club Antiglobalista: Los en(red)os del nuevo pacto social
Fecha de publicación: 
10 Abril 2021
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Entonces ese sería el momento de firmar un pacto con el nuevo poder mundial, mientras se prepara el otro ataque”.

George Orwell (1984)

Están sucediendo hechos que hace diez años hubieran choqueado a cualquier persona de un juicio mediano. La dinámica, con se acelera el crecimiento exponencial de las tecnologías, marca la llegada de la era de la cuarta revolución industrial de la nanorrobótica, la biotecnología, la genética y el transhumanismo. Ello ha supuesto impactos en las sociedades que no están en la centralidad del sujeto político de dicho cambio o sea las élites. La relación entre los usuarios y las redes ya clasifica como transhumana, muy en la línea del nuevo tiempo y determina que los individuos sean direccionados hacia comportamientos ajenos a la voluntad tradicional que hasta ahora ha existido en las naciones.

Ocurre que las plataformas sociales como Twitter y Facebook generan una relación algorítmica con los públicos, haciéndolos dependientes emocionalmente, con lo cual los coloca indefensos ante la avalancha de líneas ideológicas que bajan a través de estos medios de comunicación masiva. Aunque por un lado se hable de la desjerarquización de los contenidos y la democracia de la opinión, los sitios de redes lo único que han hecho es concentrar el poder y utilizarlo para el logro de metas políticas e ingenierías sociales a corto, mediano y largo plazo.

Recién se vio con el caso de Alexei Navalni, el disidente ruso enjuiciado por Moscú, cuando las redes se posicionaron claramente en contra de las decisiones de las cortes e influyeron con todos los recursos en la realización de movilizaciones dentro del gigante euroasiático. Más allá de que el asunto pueda ser discutible o no, se evidencia el poder psicológico, político y simbólico de Occidente y su proyecto de cuarta revolución, sobre las masas de los jóvenes del Milenio, quienes hacen casi toda su vida en las redes sociales e internet. Y es que las plataformas cibernéticas han logrado una gobernanza paralela a los gobiernos, que escapa a las legislaciones y los sistemas más o menos democráticos. Ello conduce al establecimiento de un nuevo pacto social que se lleva adelante desde condiciones de total desigualdad, basado en la posesión del poder en redes sociales por parte del corporativismo globalista.

Otro pacto social

Para que se tenga una idea de cuán influyentes son las redes, el año 2020 cerró con la censura total de los contenidos de Donald Trump, cuando todavía era presidente de la nación más poderosa del mundo. Se dio paso entonces a un precedente que podía alcanzar a cualquier instancia sobre el planeta y silenciarla, con lo cual esta deja de existir y de ejercer su dominio legal o consensuado según el derecho tradicional. El suceso de censura a Trump, estuvo acompañado por la articulación de los medios hegemónicos en torno al Partido Demócrata y el ascenso de Joe Biden. Para el logro de tal metodología de trabajo no se escatimaron recursos.

La nueva instancia o pacto se basaría no ya en lo que se apruebe mediante los famosos tres poderes del Estado, sino en lo que se baja a través de las líneas ideológicas en redes sociales. De manera que la corrección política marca el paso de los gobiernos, partidos y empresas de menor rango en un sistema de vasallaje muy cercano al feudalismo. De eso se trata el pacto social que tiene su pasto en la generación de cristal., cuya subjetividad es manejada hasta el absurdo para generar olas políticas convenientes a los poderes fácticos de la centralidad occidental.

El caso de Navalni y las redes sociales abarcó mucho más que la cuestión política, fue también hacia contenidos como amenazas de muerte, instigación al suicidio y la violencia, el abuso sexual de menores y el tráfico de personas. Varios fallos contra Twitter y una ralentización en la velocidad, hicieron que la plataforma retirara una gran parte de los posts denunciados por el gobierno de Rusia. No obstante, la plataforma no reconoce que su política al respecto ha estado plagada de arbitrariedad y niega todo papel cómplice e intencional en la divulgación de informaciones nocivas. Otro tanto está sucediendo ahora mismo con Facebook e incluso con Tiktok y Telegram, estas últimas, respectivamente, china y rusa pero que también pudieran entrar en la dinámica del nuevo pacto social de la cuarta revolución industrial que es, a fin de cuentas, un proyecto político sin fronteras, globalista.

El poder de la falsa mayoría

Y es que las redes sociales tienen la particularidad de parodiar los efectos y la naturaleza de la democracia ya que, en apariencia, cualquiera puede dar su opinión y ser influyente, pero ello no debe llevar a la inocencia de creer que no existen instancias fácticas y manejos de datos. La evidencia irrefutable nos demuestra que las plataformas utilizan toda la información gratis que les ofrecen los usuarios con la finalidad de, por un lado comerciar y por otro, hacer políticas e ingenierías a mediano y largo plazo.

Las líneas ideológicas se imponen a través de una falsa mayoría cuya presencia obedece a la creación de públicos artificiales mediante algoritmos para manejar el volumen de voz en torno a los temas. De tal forma, las legislaciones de edición de las páginas de redes no solo no coinciden con la ley tradicional, sino que la violan constantemente a través de una lógica del poder y de la impunidad. Por solo hablar de una arista, lo único que un gobierno puede realizar para que un sitio como Twitter acate normativas elementales es ralentizarlo o la censura. El Tribunal Internacional y el sistema de cortes de Naciones Unidas no procesan ni un solo caso de violación de derechos en redes. Solo mediante la justicia norteamericana hay la posibilidad de llevar a Zuckerberg a que responda personalmente por crímenes, tráfico de información y contenido dañino.

Herramientas del globalismo

Las redes sociales y la imposición de una postverdad política han generado que la agenda de las élites sea omnipresente en todo el mundo. La instantaneidad en los mensajes y el lazo entre nacionales de diversas partes ha movilizado una masa amorfa que no se parece a nada anteriormente y que obedece a las líneas del nuevo pacto. La cultura de la cancelación y la lógica del linchamiento pasan por encima del consenso democrático y la política, de las leyes y los debates públicos. La cuarta revolución industrial ha nacido siendo contrarrevolucionaria, a pesar de su apariencia libertadora, postmoderna, juvenil.

Esa agenda globalista hace que un integrante de la generación del Milenio de Japón sea exactamente en sus gustos y pensamientos a uno que viva en España, destruyendo las regulaciones impuestas tradicionalmente por la cultura particular y las estructuras sociales. En la ingeniería, la gente se torna manipulable, digerible, fácil, obediente. Las sociedades son permeables y a la vez fragmentarias, alienadas en estancos culturales bien dispuestos y controlados. El proyecto político de los globalistas se presenta con un rostro de progresismo, cuando en realidad entraña la disolución de la identidad humana mediante el consumo y el silenciamiento de la conciencia.

Sin las redes sociales no hubiera sido posible el nuevo mundo en que hoy vivimos, totalmente alejado de aquel año 1991 cuando cayó la Unión Soviética o del 2001, lustro del fatídico ataque a las Torres Gemelas que inició una nueva escalada de sucesos y una transición de épocas. La de hoy es una era voluble como plastilina, que ha caído en las manos de codiciosos alfareros, dueños de plataformas, representantes del poder bancario y amos y señores de la verdad absoluta y el pacto social.

 

 

 

 

 

Comentarios

Quienes tengan el control d las tecnologías,se creerán con el derecho d dominar al mundo del futuro.Las guerras serán más q por combustibles ,minerales no fósiles o el agua,por el dominio d las mentes,hacía eso vamos y la práctica lo está demostrando.Ignacio Ramonet ha escrito mucho sobre la propaganda silenciosa,Fidel Castro,en su visión profética.Se adelanto' a la batalla en el campo d las ideas y la necesidad d salvar a toda costa,la cultura.El tema d las mayorías falsas,el Che lo ejemplificó en el libro,El hombre y el Socialismo en Cuba, cuando las mayorías no son bien orientadas,pueden equivocarse,y en la realidad d hoy las redes sociales ejercen esa influencia, principalmente en los jóvenes.Necesariamente para cambiar el sistema político mundial habrá q hacer una revolución para transformar el uso d las tecnologías a favor del bien común.

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