DE LA HISTORIA DEPORTIVA: En los 98 dignos años de Alejandrina Herrera

DE LA HISTORIA DEPORTIVA: En los 98 dignos años de Alejandrina Herrera
Fecha de publicación: 
16 Junio 2022
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La etapa le fustigaba los anhelos, pero Alejandrina Herrera, mudada con su familia hacia la capital, en busca de horizontes más claros, no se dejaba doblegar. Frente a sus anhelos deportivos, el baloncesto y la esgrima, obstáculos insalvables. En el básquet, únicamente llegó a jugar en Unión Fraternal, sociedad para negros y mestizos: torneos y equipos nacionales, ni pensarlo. Con el florete, peor. Un entrenador le dijo la verdad: “Olvídalo. A la gente de tu color no la quieren aquí ni para cuidar las armas”.
 
La nacida el 21 de abril de 1924 en Artemisa, ahora hace 98 años, debió hallar otro camino para su amor por las justas del músculo. Lo encontró en lanzar el disco. No le fue fácil. En contra, más allá del color de su piel, estaban ser mujer, su origen campesino, la debilidad del bolsillo y militar en la Juventud Socialista. Esto última resultó el gran golpe contra sus sueños y su derecho de actuar en los I Panamericanos Buenos Aires 1951.
    
Pese a finalizar en el segundo puesto en los Centroamericanos y del Caribe de Guatemala 1950, al enviar el implemento a 31.78 metros, y conseguir después la marca exigida para asistir al certamen continental, la excluyeron de la delegación. Un funcionario respondió a sus protestas con furia y desprecio: "Tu caso es negativo desde el principio: ese color de tu piel y esas ideas tuyas. Negra y roja". No sería la única omisión por esas causas: no la invitaban para las competencias escenificadas en Estados Unidos, no era bien vista por la mayoría de esos dirigentilloS, y le daban de lado en todo lo que podían.

Mantuvo su lucha. Como ciudadana y como atleta. Llegaron los frutos. Con 37.18 metros se impuso en los Centrocaribes de Ciudad de México 1954 y le dijo adiós a la marca de la lid y del área. Colofón dorado: resultó elegida el deportista cubano más destacado del año, por encima de brillantes peloteros y boxeadores y a pesar de los esfuerzos contrarios del Big Five, grupo discriminatorio, de gran peso en el ámbito. Para mayor dolor de los sinvergüenzas, en los Panamericanos del año siguiente, en la misma tierra de los aztecas, bronce: con 38 metros. Entre los más destacados de Cuba otra vez.

Triunfa su Revolución. Rompió la marca nacional de la bala. En los Centrocaribes Kingston 1962, solo fue superada por su continuidad en el disco en el país: Caridad Agüero, 43.75 por 38.70. Después de su retiro, siguió relacionada con el sector como profesora de cultura física y entrenadora. Persona de opinión propia, en reuniones y entrevistas criticaba la tendencia de algunos de olvidarse de la masividad, "base de nuestros triunfos. Debemos mejorar las clases de educación física también...", decía. Falleció en 1986. Mas ha seguido presente, especialmente en las victorias de nuestras lanzadoras del atletismo que tantas glorias nos han ofrecido.

 

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