Cuba en el Clásico: ¡Estamos en semis! (+ FOTOS y VIDEOS)

Cuatro Clásicos después, Cuba regresa a una semifinal de un Clásico Mundial de Béisbol, luego de derrotar a Australia de manera espectacular en el emblemático Tokio Dome de Japón.

A pesar de que era un cruce en teoría más sencillo que el esperado ante Surcorea, se sabía que los canguros no serían un manjar, y pusieron las cosas bien difíciles, con una estrategia que mandó prácticamente a un lanzador por entrada.

Yoan Moncada volvió a ser fundamental, al embasarse cuatro veces (dos boletos y dos sencillos) y Luis Robert Jr. y Alfredo Despaigne empujaron las dos primeras sin conectar de jit.

Clave resultó un imparable de Yoelkis Guibert, cuyo rendimiento había bajado notablemente en los últimos desafíos, pero conectó el único sencillo conseguido por nuestra tanda con hombres en posición anotadora en todo el partido.

El abridor Yariel Rodríguez lo hizo bastante bien, pero tuvo que abandonar el box muy temprano por exceso de lanzamientos, fundamentalmente boletos porque los australianos mostraron mucha paciencia en el plato. Miguel Romero volvió a hacerlo de manera espectacular, y se ratificó como uno de los grandes descubrimientos para los aficionados cubanos.

Otra vez volvió a ser fatídico el “Piso 6”, esa entrada en la que el equipo ha sufrido enormemente. Hasta el juego de hoy, solamente dimos el cero en ese episodio en el choque contra Taipei de China. Esta vez volvió la maldición y encajamos dos anotaciones, por un roletazo que se le cayó a Erisbel Arruebarruena y un descomunal cuadrangular de Rixon Wingrove, quien empujó las tres de los aussies.

Todo eso fue contra el zurdo Roenis Elías, uno de los que mejor se había presentado por nuestro staff, pero así es la pelota. Sin embargo, de ahí en adelante el guantanamero recuperó su comando en los lanzamientos, mató esa entrada y estuvo impecable en el séptimo, para dejar paso a los dos estelares cerradores pinareños.

Precisamente control le faltó a Liván Moinelo, pero logró dar el cero del octavo pese regalar dos pasaportes, y Raidel Martínez cerró como de él se espera.

Para el manager Armando Jhonson es un debut de ensueño frente a la selección mayor, algo que seguro jamás pasó por su mente cuando dejó temporalmente el mando de los Piratas de la Isla de la Juventud.

Aunque esto no ha terminado ni mucho menos, vale la pena reconocer su capacidad para aunar al talento, de aquí y de allá, algo que desde lejos puede parecer sencillo pero no lo es, porque independientemente de que todos se desviven por su patria, son diferentes las maneras de pensar.

Por eso es bueno agradecer a quienes fueron valientes en dar este paso, y a la fortuna que nos mandó a esta instancia, porque de no ser así quizás algunos estuvieran cuestionando la metodología de la integración.

Ya suceda lo que suceda Cuba ganó, pero podemos ir por más.