Covid19 en Cuba: ¿De quién es la responsabilidad?

La cifra de 431 casos positivos al SARS-CoV-2 reportados en Cuba este lunes 11 de enero, la más alta registrada aquí desde que empezó la pandemia, demuestra las serias indisciplinas que invaden nuestro día a día y la baja percepción de riesgo, algo bien apreciable dentro de una buena parte de la población cubana. Un escenario que bate récord una jornada tras otra.

El doctor Francisco Durán García, director nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública, en su parte habitual, alertó a madres y padres los cuidados y medidas que deben adoptar con sus hijos, y que estas últimamente se han visto en deterioro. Las consecuencias arrojan 256 menores ingresados, de los cuales, el 84 por ciento ya se ha recuperado.

Sin embargo, lo más alarmante es el número de 61 lactantes acumulados durante toda la epidemia, y 11 de ellos, menores de 30 días de nacidos. Durán reflexionó con tono de alta preocupación acerca del porqué está sucediendo ello, de quién es la responsabilidad de que estos menores enfermen, y enfatizó en que sus padres son garantes de estos, sus actividades y cuidados.

Tras ser adoptadas una serie de medidas para la prevención por todo el territorio nacional, el retroceso en las etapas de recuperación, en dependencia del estado puntual de cada provincia y dentro de estas, de cada territorio, y con ello, el cese y limitación en algún por ciento de ciertas actividades, ha saltado entre madres y padres el tema del cierre de las escuelas por varias vías.

En grupos de Facebook, a la espera de que los más pequeños sean recibidos en las mañanas por sus profesores en los centros, en la cola del pan, los agromercados, entre vecinos, los comentarios al respecto pululan, y sobre todo, se exige un cambio. Y se sabe que la situación en este minuto es bien compleja y delicada, la más crítica hasta el momento. 

Pero ¿no se estará abogando por la solución más fácil? Para que el curso no se detenga y se evite que los estudiantes pierdan más clases, por qué mejor no nos preocupamos por la constancia de los niños en el lavado de las manos, por garantizar que se cambien los nasobucos varias veces, por concientizar que lo usen como debe ser y sean disciplinados ante esta circunstancia.  

Para ningún padre es un misterio o algo nuevo que muchos de los niños manipulan los tapabocas como simples atuendos en la cara, hay quienes regresan a casa con el del compañero de al lado; que los de Secundaria y Pre se olvidan de ellos cuando lo más importante es tomarse una selfie, y más si es en grupo, y qué decir de los que ya fuman.

Hagamos un llamado a la autorresponsabilidad familiar, como bien dijo el doctor Francisco Durán. Son los padres los responsables de sus hijos y también de su educación, de sus cuidados y de la seriedad con que deben actuar y vivir, porque tanto somos los culpables de este contexto como también los salvaguardas para que podamos salir de esta mala curva. 

Está dicho y comprobado, la familia es la primera escuela para un niño. Y que quede claro: en esta Cuba, la socialista, la premisa siempre será la salud y el bienestar de su pueblo. Por tanto, nadie dude que nuestras máximas autoridades y el Gobierno cubano sabrán cuándo y adoptarán en el momento indicado lo mejor para sus ciudadanos, el bien de todos. 

Si empeorara aún más el panorama, que dicho sea de paso, sería por culpa de nosotros mismos, porque las últimas estadísticas muestran mayor relación en autóctonos confirmados que en viajeros, de seguro se adoptarán las estrategias necesarias para cortar las cadenas de transmisión de la COVID-19, salvaguardar la nación y, lo más importante, la vida humana.