Contra las bromas horribles

especiales

Contra las bromas horribles
Fecha de publicación: 
15 Octubre 2022
0
Imagen principal: 

Tres vecinos del Barrio Obrero, de San Miguel del Padrón, nos propusimos recordar las bromas más inhumanas que habíamos conocido. En contra de ellas y todavía ante el recuerdo de esas barbaries, nos reunimos. Daniel Dávila fue el primer bate en aquella ofensiva versus la crueldad.

«Corría el año 1958 cuando en Cuba existía una gran pobreza y, por otro lado, existía la competencia comercial, donde las grandes empresas gastaban millones de pesos en propaganda para vender más. Las dedicadas a los productos de aseo se destacaban en esto, aunque no estaban solas».

Resalta: «Dentro de la propaganda, sobresalían los premios que ofrecían desde baratijas hasta casas amuebladas. Y en la llamada balita: adentro, por escrito, informaban que habías ganado el gran premio. Al frente de la morada se le ponía la marca de la compañía que premiaba. Algunas personas, en busca de que les tocara la suerte, atravesaban el jabón con diversos objetos».

Continúa: «En mi pueblo natal se dio un caso que partió el alma con una familia muy pobre: un matrimonio y dos hijos: Pancho, el esposo, vendedor de carbón empujando una carretilla; y la mujer, Nena, lavandera. Cuca, la hermana, vivía al lado y sacaba alguna ganancia de una fondita de su propiedad. Cuca le enviaba a la hermana mensualmente la ropa de la gastronomía y de la casa conjuntamente con el jabón para que la lavara y planchara y, como es lógico, le pagaba por esto. Un mal día se le ocurrió a un hijo de la Cuca ponerle algo similar a la mencionada balita con un papelito adentro informando que había sido beneficiada con una vivienda.

«Al gastarse el jabón, salió lo que ella pensaba un premio. Llevó el papel a uno de los hijos para que se lo leyera. ¡Es una casa, mamá, una casa amueblada...! Pronto el alegrón  se corrió por todo el pueblo. El frente de la rústica morada se llenó. Los bendecidos empezaron a botar los tarecos: iban a tener muebles nuevos... Pero al llegar la información a Cuca, se personó en aquel hogar para dar la pésima noticia de que había sido una jarana de su Miguel. La pobre lavandera casi muere de un infarto y nació una discusión familiar que los llevó al aislamiento.

«Con el tiempo, llegó lo que tantos esperaban, una vida mejor: los muchachos se becaron, los mayores encontraron trabajo fijo, y un día le entregaron una vivienda a la familia que habría sufrido la cruel broma».

Jaque mate

Ajedrecista al fin, de ahí viene el relato de Pedro. Fue una broma colectiva, más bien una crueldad colectiva. En ese centro laboral se organizó un torneo interno del juego ciencia. Más de una docena se inscribió. Entonces, al organizador se le ocurrió la barbaridad: poner de acuerdo a los participantes para dejarse ganar por Almira —este no es su verdadero nombre—, un inocentón de marca mayor.

«El final lo pongo yo, no se ocupen», dijo el truquero. Victoria tras victoria del engañado. Cuando hizo tablas con un Maestro Internacional que allí laboraba, le llegó a preguntar si con 40 años y sin una historia potente, uno tenía chance de llegar a Gran Maestro...

El incauto se impuso. En el acto de premiación era la alegría misma. Sentado en primera fila, junto a su esposa y su pequeño hijo, escucha las palabras del taimado inventor. Lo llaman a la presidencia, le entregan un diploma y la Copa. En ambas lo declaran Gran Maestro de los tontos. Y entre risotadas y comentarios chistosos, ofensivos a la vez, se retiró aquel trío. Almira era la tristeza misma. Y cambió de trabajo al poco tiempo.

Un telegrama maldito

Con la mejor ropa, el matrimonio y su muchachito: el progenitor recibió un telegrama informándole que ha ganado el primer premio de poesía en un certamen de envergadura y ya ocupan puesto en el jardín repleto de sillas.

Aplauden a los vencedores de los otros géneros. «Ahora me toca», piensa él. ¡Y jamás lo mencionan! Se marchan con la frente en alto y el alma muy golpeada... Ante una pregunta del pequeño: «¿Por qué no te mencionaron, papi?», el engañado lo mandó a callar con voz baja.

Al próximo año, conquistó el principal galardón de la especialidad. Mucho antes de la ceremonia, se cercioró de la verdad en el organismo cultural convocador.

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
Esta pregunta es para comprobar si usted es un visitante humano y prevenir envíos de spam automatizado.
CAPTCHA de imagen
Introduzca los caracteres mostrados en la imagen.