Centro Estudios Martianos: Estudio, difusión, huella y legados

El Centro Estudios Martianos (CEM) cumple 45 años de creado con la seguridad de haber dejado una sólida impronta en cuanto a los estudios sobre el Apóstol; pero también tiene el reto perenne de mantenerse incorporado a la contemporaneidad y a la sociedad toda cubana, a partir de sus aportes académicos y prácticos.

A propósito, y como parte de este homenaje que se hará real y tangible oficialmente hoy martes 19 de julio, un grupo de sus investigadores y especialistas aprovechan para dejar como huella indeleble –a través de palabras al Periódico Cubarte- la experiencia narrada de sus pasos por este sitio insigne de la cultura cubana.

Ser parte de ese colectivo representa creer en Martí, en la hondura y vigencia de sus ideas y trabajo, en la importancia de su ejemplo y obra para alcanzar en Cuba toda la justicia.

La institución se fundó el 19 de julio de 1977, y además de conservar la documentación sobre Martí y la labor del Apóstol de Cuba, promueve las investigaciones que examinan e intentan comprender la complejidad de su pensamiento, verbo y oratoria.

A sus orígenes se vinculan relevantes figuras de la cultura cubana, entre las que destacan Armando Hart, Cintio Vitier, Fina García, Ángel Augier, Juan Marinello, Julio Le Riverand y Roberto Fernández Retamar.

 De los 45 años que lleva de creado el Centro Estudios Martianos, Caridad Atencio lleva 33 años trabajando en este como voz de la experiencia. La investigadora asegura que para ella ha sido una suerte y un privilegio porque ha podido y trabajar la poesía de Martí partiendo de la recepción de la misma: “Martí es un autor clásico de la lengua, no solo nuestro Héroe Nacional. En este lugar conocí además a Cintio Vitier y a Fina García Marruz; ellos conocieron mi obra y llegué a ser sus colegas en investigaciones. Nos admirábamos mutuamente, pero ellos fueron mis maestros”, precisa.

Roberto Hernández Bosca integra el Consejo Científico del CEM hoy, pero todo comienza en una fecha tan temprana como 1986, cuando llega buscando apoyo para su tesis doctoral y va creando poco a poco lazos profesionales. Según cuenta, la persona que primero le brindó apoyo fue el propio Cintio Vitier, quien al leer su tesis le hace una crítica y le cita para días después. A partir de ese momento Roberto comienza a involucrarse sistemáticamente con los programas de posgraduados del Centro.

Este académico habla de agradecimientos eternos en su camino y de la importancia de la investigación como baluarte de todos estos años de trabajo: “Los investigadores de aquí lo mismo pueden ser convocados por una Secundaria Básica a hablar de Martí que por un tribunal de doctorado de una Universidad. No se puede obviar su participación en los Seminarios Juveniles Martianos como conductores de los procesos y como activos asesores además. Hay muchísimos jóvenes salidos de estos seminarios que hoy en día son los grandes investigadores martianos de las universidades y otras instituciones. Pero Martí no es solo privativo del Centro –aclara- y nuestros investigadores lo han comprendido así y se han desbordado; han impartido humildes talleres para niños en escuelas de los alrededores y cursos en universidades de otras provincias y en el extranjero. Ahí está nuestra educación martiana. Martí siempre será una asignatura constante”.

David Leyva habla desde la humildad de un cuerpo menudo y unos jóvenes rizos. Para él, trabajar en el Centro de Estudios Martianos fue y será siempre una gran oportunidad, pues aquí “encontró la posibilidad de descubrir un Martí diferente si se compara con otras etapas de estudio”

“Aquí ha sido analizar un autor enciclopédico. Tuve además la posibilidad de entrar a un proyecto muy abierto sobre la ampliación del paradigma de Martí y abordar zonas poco exploradas de su labor literaria, que tiene un alto grado de erudición para estudiar y un ejemplo de esto es su crítica de arte”, agrega.

Acto seguido David -Premio de la Crítica Literaria- menciona la importancia de las publicaciones insignias del Centro desde su fundación en la Sala Martí de la Biblioteca Nacional y la Edición Crítica de las obras del Apóstol y hace referencia a todo lo que aporta la investigación literaria del más universal de los pensadores cubanos.

El estudio de las Obras Completas del Maestro en esta institución se encauza en tres áreas de trabajo: historia, literatura y la edición crítica, además de la publicación de la enciclopedia Anuario y el Portal digital José Martí.

“Martí es una figura clave en la cultura cubana y a la vez es un factor integrador. De ahí que el Centro de Estudios Martianos en estos 45 años de fundado ha desempeñado un rol significativo en la promoción y estudio de la obra, legado y pensamiento en general de José Martí; y no solamente en Cuba, sino también en otras latitudes”, opina, por su parte Maurico Núñez.

“Esto ha sido posible a través de los Congresos Internacionales, cursos de posgrado que ha impartido, asesorías y gracias también al anuario y sus publicaciones y a los libros editados por el departamento editorial. Pero sobre todo hay que destacar el rol de excelentes investigadores y especialistas que a lo largo de décadas han dedicado su esfuerzo y talento al estudio de la obra de Martí”.

Miguel Alejandro Torres Oliva investiga al arte vinculada a los estudios martianos. Este es un joven historiador de reciente incorporación al CEM y ya lo ve como un “orgullo”. Como recién graduado logró hacer coincidir satisfactoriamente su perfil e intereses profesionales con los de este lugar y sus circuitos de investigación.

En cambio, María Caridad Pacheco González es toda una veterana que logró concretar trabajar en este lugar hace muchos años como un sueño largamente acariciado por ella desde que era estudiante, cuando asistía a los seminarios de la juventud martiana.

“En estos primeros 45 años de existencia de esta institución debemos sentirnos primero satisfechos por todo lo que sea hecho por la cultura nacional. Sin embargo, sigue habiendo grandes deberes y hay que trabajar mucho para continuar el legado político, literario y ético de José Martí, que indiscutiblemente es guía eterno de nuestro pueblo”.