Amor 14: Cuando besar es un lujo

Amor 14: Cuando besar es un lujo
Fecha de publicación: 
14 Febrero 2022
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Foto: tomada de news.culturacolectiva.com

No se trata ya del beso más largo del mundo, ese entre una pareja tailandesa que permaneció besándose 58 horas batiendo así un récord Guinness, sino de besos, simples besos, hasta esos «de piquito» y que igual se han vuelto un lujo en estos tiempos de pandemia.

Aunque no existan estudios específicos al respecto, puede asegurarse categóricamente que besar se ha vuelto un lujo desde que la pandemia se abrió paso en este mundo descolocando vidas, proyectos, y también amores.


Foto: Kaloian

La COVID-19, que aún sigue siendo realidad sombría en no pocas latitudes —aunque en otras se vaya a una desescalada confinando mascarillas en la última gaveta—, desdibujó todas las esferas de la existencia, pero como hoy es el Día del Amor, vale detenerse en sus huellas en las relaciones de pareja.

Tantas son esas marcas indelebles, que todavía hoy, 14 de febrero, en estos precisos momentos hay muchísimas parejas que ni siquiera podrán besarse: o porque no viven juntas y a causa de la COVID deben seguir cuidándose mascarilla mediante, o porque alguno está contagiado o aislado por sospechoso de contagio, o porque los protocolos y medidas de bioseguridad todavía hoy los mantienen distanciados, a veces con centenares y hasta miles de kilómetros de por medio.


Foto: pinterest.es

Y como hoy es también el Día de la Amistad, qué decir de los amigos, quienes aun permaneciendo a metros de separación, solo un chocar de puños remedia el beso y el abrazo que no pueden darse.

Son realidades comunes a los cubanos y a muchos otros países, aun cuando es imposible hacer generalizaciones. De esa premisa alerta la doctora Beatriz Torres, presidenta de la Sociedad Cubana Multidisciplinaria para el Estudio de la Sexualidad, cada vez que le han pedido comentar sobre las parejas cubanas en estos tiempos.

La experta también aclara que, dependiendo de la calidad del vínculo antes de la pandemia, así pueden haber sido los impactos de estos tiempos en la relación amorosa. 


Foto: Gabriel Guerra Bianchini

Tal es la diversidad de dichos impactos, que si bien el distanciamiento ha resultado el más doloroso impacto para muchas parejas, también la convivencia a tiempo completo significó el tiro de gracia para otras.

A la vez, ese convivir juntos permanentemente, 24 horas los siete días de la semana, para otras uniones ha representado una consolidación del vínculo, el redescubrimiento de sus compañeros y compañeras de vida, y también de nuevas formas para entregarse amor.

Por eso, en este tema, hablar de números y porcientos resultará siempre riesgoso. No obstante, la doctora Torres ha precisado que «las evidencias señalan a quienes permanecieron distanciados, porque estaban en otros países o provincias, como las personas que más sufrieron esta situación, a pesar de mantener contacto de forma virtual».  


Foto: tomada de growproexperience.com

De cuando lo imposible se convirtió en lo común

Para el historiador, filósofo y profesor en la Universidad Hebrea de Jerusalén, Yuval Noah Harari, «la COVID-19 se perfila como el momento decisivo de nuestra era», ya que hemos entrado en «un agujero de gusano histórico», es decir, un momento en que «las leyes normales de la historia están suspendidas»; en otras palabras, en cuestión de pocas semanas «lo imposible se convirtió en ordinario». 

Lo descrito por el también autor de varios bestsellers se hace extensible a la realidad de las parejas, de ahí que también para los vínculos amorosos habrá siempre un antes y un después de la pandemia, que aún  no pueden perfilarse porque todavía, aunque con luces cada vez más cercanas al final del túnel, permanecemos inmersos en ella.

A pesar de tanto vaivén, el amor sigue salvado. Así parece demostrarlo una investigación publicada hace poco más de un año por la Dirección de Publicaciones Académicas de la Universidad de La Habana: Apego amoroso de jóvenes estudiantes universitarios de La Habana.

Luego de indagar con 353 estudiantes de Ciencias Médicas, Ingeniería Informática, Ingeniería Industrial, Ingeniería Civil, Comunicación Social, Periodismo, Historia, Sociología, Artes, Letras, Derecho y Psicología, todos de universidades de La Habana, las autoras concluyeron que casi la mitad de la muestra  (48,3%) evidenció en sus relaciones de pareja un estilo de tipo seguro. 

Esto denota a jóvenes con mayor facilidad para la intimidad y el compromiso, más cálidos y dispuestos a ofrecer apoyo emocional y ayuda a su pareja, indicaron las investigadoras Adis Aymée López Bauta y Eniuska Hernández Cedeño, de la facultad de Psicología de la UH, y Gretter Anaudina Rey Rodríguez, de la Universidad de Sonora, México.


Foto: EFE

Asimismo, el 76,7% de los jóvenes estudiados posee una representación mental positiva de sí mismos, y en cuanto a sus parejas es de 76,1%. 

«La existencia de modelos positivos sobre sí mismo en la pareja hace referencia a jóvenes que se perciben merecedores de amor, atención y ayuda, y se comportan en estas relaciones menos dependientes y ansiosos que aquellos que poseen un modelo negativo de sí mismo. Asimismo, el modelo positivo que poseen de los otros en el vínculo de pareja les permite establecer relaciones más cercanas, sustentadas en las expectativas de sensibilidad y disponibilidad de estos ante sus necesidades», refiere el texto.

Aun sin ser representativas de todo el universo juvenil, son cifras esperanzadoras.

Sin embargo, más allá de nuestras fronteras, otras expertas ofrecen visiones diferentes que igual ayudan a componer el rompecabezas global y nacional del amor en pandemia.

Es el caso de la socióloga francoisraelí Eva Illouz, quien en declaraciones a BBC News aseguraba que la intimidad constante y continua no es soportable para la mayoría de las parejas, y la crisis desatada por el nuevo coronavirus ha permitido apreciar cuán importante es el ámbito público en las vidas privadas.


Foto: GETTY IMAGES

«Lo que más he observado es que lo que llamamos casa, la esfera privada y doméstica, necesita desesperadamente de la esfera pública, de los amigos, del trabajo, de las calles, para poder cumplir su función», indica la también profesora universitaria y autora de afamados volúmenes.

El aprendizaje más importante

Lo descrito hasta aquí son todas realidades coexistentes derivadas de esta crisis mundial generada por el coronavirus, tan microscópico como temible, que ha puesto en evidencia, también como innegable certeza, cómo el egoísmo, las desigualdades y el afán de lucro han estado a punto, a nivel mundial, de hacernos colapsar como especie.

Pero también la propia pandemia —a pesar de sus terribles saldos y de obligarnos a replantear hasta las formas de vivir y convivir— nos ha traído enseñanzas lapidarias.

El texto Aprendizajes que nos deja la COVID-19. Una mirada sociológica las resume de un modo que bien articula con este 14 de febrero, aunque trascendiendo el marco de las relaciones de pareja para abarcar toda nuestra condición de humanos: «el aprendizaje más importante que nos deja la COVID-19 es que nuestra felicidad y la de quienes nos rodean se construye si asumimos el optimismo como escudo, la solidaridad como estrategia y el amor como bandera».


Foto: Kaloian

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