ZONA CRÍTICA: ¿Se puede promover mejor el arte que hacen los jóvenes?

ZONA CRÍTICA: ¿Se puede promover mejor el arte que hacen los jóvenes?
Fecha de publicación: 
31 Agosto 2019
0
Imagen principal: 

El periodismo cultural cubano y la crítica de arte en Cuba no están a la altura de las demandas de la creación de los jóvenes artistas, de todos los que están haciendo obra y la exponen en galerías de todo el país, la socializan en las redes sociales o la hacen partícipe de disímiles convocatorias. Esa debilidad de la promoción de las artes visuales que hacen los jóvenes en Cuba trasciende en buena medida las responsabilidades de la institución y de los propios creadores.

Gracias al sistema de la enseñanza de las artes en Cuba, cada año se gradúan decenas de nuevos artistas, a los que habría que sumar a otros que se forman autodidactamente o en talleres de casas de cultura y que llegan también, por sus merecimientos, a integrar el movimiento profesional de las artes visuales.

Es difícil, por no decir imposible, visibilizar en los medios de comunicación todo ese panorama. Y para las instituciones también es complicado acompañar ese torrente creativo, por más que se trabaje a partir de jerarquías y representatividades.

Algo sí está claro: los jóvenes artistas tienen espacios y mecanismos concebidos, pensados, orientados específicamente a su creación. Todo eso, tomando en cuenta la dificultad que pueden encontrar los que comienzan a la hora de insertarse en los circuitos convencionales.

Ahora bien, la juventud nunca será condición definitoria a la hora de valorar la contundencia de una propuesta. Por eso, muchos artistas que no llegan a los 35 años han expuesto en las principales galerías de Cuba, por eso sus obras integran importantes colecciones aquí y en el extranjero.

La institución tendría que garantizar, por supuesto, equidad en el acceso. Pero equidad no significa igualitarismo. La calidad tiene que ser siempre el medidor.

En los tiempos que corren, muchos jóvenes creadores de las artes visuales gestionan sus espacios, y está bien que así sea. Convendría, eso sí, que supieran a qué puertas tocar oportunamente. Y los que estén detrás de esas puertas deberían tener noción de lo que se está haciendo, de los caminos que siguen los jóvenes en su ejercicio creativo.

Un artista no deja de crecer nunca. Y las instituciones tienen la responsabilidad de apoyar ese proceso. Eso no significa que el artista se quede de brazos cruzados, esperando a que una mano divina lo toque. Hay que investigar, hay que trabajar, hay que aprovechar las oportunidades. Y hay que reclamar, si fuera necesario, la atención de esa institución. No es un favor que se les hace.

Una versión de este comentario se transmitió en el Noticiero Cultural de la Televisión Cubana.

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
Esta pregunta es para comprobar si usted es un visitante humano y prevenir envíos de spam automatizado.
CAPTCHA de imagen
Introduzca los caracteres mostrados en la imagen.