No es magia, es cambiar mentalidades

No es magia, es cambiar mentalidades
Fecha de publicación: 
8 Julio 2019
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Al intervenir, este lunes 8 de julio, ante los diputados de la Comisión de Asuntos Económicos de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, reiteró la importancia de que cada cubano piense como país.

Lo dijo a propósito de la implementación de las medidas para impulsar la economía nacional, y aludió en su exhortación lo mismo a quienes laboran en el sector empresarial que en el presupuestado, en el privado y en cualquier radio de acción de la realidad insular.

El mandatario precisó entonces que, ante la agudización del bloqueo imperialista, se requiere subordinar los intereses de todos, incluyendo los territoriales, a los de la nación.

Pero para conseguirlo no hace falta magia, ni buena voluntad, sino un cambio de mentalidad, como él mismo ha dicho y evidenciado.

Lo mismo en redes sociales que en la mayoría de sus demás mensajes y discursos públicos, el lema que reitera, «Somos Cuba» —junto al de «Somos continuidad»—, implica, de hecho, ese cambio de mentalidad que, obviamente, trasciende el mero cambio de enunciados.

Las medidas recién anunciadas para impulsar nuestra economía hablan a las claras de transformación en modos de pensar y hacer. También lo hizo su discurso de clausura del VIII Congreso de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba, a mediados del mes pasado.

Entonces, Díaz-Canel convocó: «Hay que saltar a un nuevo momento y saber que ya el plan “no llegará desde arriba”. En mi opinión —calificaba el propio orador—, se trata de una medida audaz y muy revolucionaria que, como dijo el ministro (de Economía), exige objetividad, realismo y conciencia».

Sin dudas, son tres ingredientes imprescindibles para ese cambio de mentalidad al que todos los cubanos estamos convocados y del que todos hemos de ser protagonistas.

Para enfrentar los problemas, no por gusto ha insistido más de una vez en tener en cuenta lo que el pueblo ha estado proponiendo en los congresos de la Central de Trabajadores de Cuba y de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba.

También —y traduciendo en práctica las enseñanzas de la generación histórica que fundó y condujo a la Revolución—, como parte de ese protagonismo, ha subrayado la importancia de los aportes en productos y servicios de los sectores estatal y no estatal para propiciar la buena marcha de las nuevas medidas, para evitar que suban los precios y en bien de la calidad de vida de los cubanos.

Eso de instar a los pobladores a usar diferentes vías, incluyendo la web de la Presidencia, para denunciar lo mal hecho, e incluso hacer mención a algunas denuncias concretas referidas al alza del precio de la carne de cerdo en algunos puntos de la capital, igual evidencia ese cambio de mentalidad, lo mismo de abajo hacia arriba, que de arriba hacia abajo, al que está instando.

Y todo eso, animado por el mayor optimismo, reiterando que el país no renunciará a seguir creciendo y desarrollándose porque, como dijo este lunes el Presidente, «la belleza está en irnos por encima de los retos».

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