¡Y no quieras ver agosto!

¡Y no quieras ver agosto!
Fecha de publicación: 
20 Mayo 2019
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Ningún pronunciamiento del Instituto de Meteorología indica hasta este momento que mayo se esté comportando como algo inédito en cuestión de temperaturas.

De todas formas, los cubanos sí que colgamos rótulos y hacemos pronósticos. No usamos ningún instrumento ni tecnología avanzada para eso, nos basta con mirar el cielo o con sentirnos la frente empapada de sudor.

Y por estos días no hay una parada de guagua, una cola cualquiera o un vestíbulo donde se espera algo o a alguien donde no se escuchen expresiones como:” ¡Caballerooo, qué es esto, qué calor!”, “¡Prepárate pa’ agosto!”, “¡Esto nunca se había visto, se deshidrata uno!”, “Y eso que no han llegado las vacaciones!”...

Aunque los termómetros no indiquen algo demasiado fuera de lugar, nosotros sí que lo sentimos así. Ya sea por la humedad relativa, porque “no corre ni una brisita”, lo cierto es que la sensación térmica indica como si anduviéramos en la boca de un horno.

Personas que nunca has visto llevando agua, te los encuentras ahora con su pomito y su sombrilla sin ningún complejo, luchando cualquier sombrita.

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Una conocida a la que he visto llevando mangas largas y hasta chaqueta en días bien tórridos y a quien le gusta repetir que “las personas con ‘clase’ no sudan”, me la topé ayer por la tarde en camiseta, con una toallita mojada en el cuello y echándose fresco con un cartón en la cola para los perritos.

Probablemente haya que esperar a que termine mayo para conocer los pronunciamientos de la ciencia en torno a los calores de este de este quinto mes. Pero lo cierto es que la Organización Meteorológica Mundial (OMM) ya ha confirmado que los últimos cuatro años (del 2015 al 2018) han sido los más cálidos desde que se tiene registros.

Aseguran que tales estadísticas confirman la continuidad del cambio climático a largo plazo provocado por las concentraciones atmosféricas de gases de efecto invernadero. La culpa no es del totí.

La OMM reveló este febrero que “la temperatura media mundial en superficie en 2018 superó aproximadamente en 1,0° grado Celsius (con un margen de error de ±0.13°C) a la de la era preindustrial (1850-1900). Se trata del cuarto año (el 2018) más caluroso jamás registrado.

Según Petteri Taalas, Secretario General de la OMM, “los 20 años más cálidos de los que se tienen datos se han registrado en los últimos 22 años. El ritmo del calentamiento en los últimos cuatro años ha sido excepcional, tanto en la superficie terrestre como en los océanos”.

“No obstante, las temperaturas no son sino una parte del problema. En 2018 los fenómenos meteorológicos extremos y de efectos devastadores afectaron a numerosos países y a millones de personas, y tuvieron repercusiones devastadoras para las economías y los ecosistemas”, agregó.

En lo que va de este 2019 “le cuartico está igualito”: Australia, por ejemplo, vivió el enero más caluroso de su historia en tanto para Tasmania fue el más seco que haya pasado. Las olas de calor se hacen más frecuentes con sus lamentables efectos para la salud humana, mientras los hielos del Ártico se derriten de modo alarmante, dos veces más rápido que la media mundial.

Por suerte, nuestra condición de isla hace muy poco probable que suframos eventos tan extremos como esas olas de calor, porque las espantan las brisas marinas y nuestras lluvias de verano. En realidad, esas olas de calor son características de latitudes medias y en sitios lejanos de la costa.

De todos modos, en tanto se completan los registros de este mayo y en general del 2019, habrá que seguir cortándole mangas a pulóveres, camisas y blusas, convirtiendo pantalones en chores y aprovisionándose de abanicos, periódicos, cartones y muchos pomitos para el agua porque con el calor que hay ¡no quieras ver agosto!

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