Destrucción de la naturaleza amenaza la humanidad

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Destrucción de la naturaleza amenaza la humanidad
Fecha de publicación: 
30 Abril 2019
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Científicos y diplomáticos de 130 países comenzaron un encuentro que durará hasta el sábado para adoptar la primera evaluación mundial de los ecosistemas en los últimos 15 años, un sombrío inventario de la naturaleza vital para la humanidad.

“Las pruebas son innegables: nuestra destrucción de la biodiversidad y de los servicios del ecosistema ha alcanzado niveles que amenazan nuestro bienestar al menos tanto como los cambios climáticos inducidos por el hombre”, declaró Robert Watson, presidente de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa Sobre Diversidad Biológica (IPBES), creada en 2012.

Durante tres años 150 expertos trabajaron en un informe de 1.800 páginas que se convertirá en la verdadera referencia científica en materia de biodiversidad.

Aún si la palabra “biodiversidad” parece a veces abstracta, en este estudio se refiere a todas las especies animales o vegetales que viven en el planeta, incluyendo a la que amenaza con destruir la naturaleza, la especie humana.

La naturaleza, ya sea con insectos polinizadores o florestas y océanos que absorben CO2, ofrece servicios inestimables.

“Hasta ahora, habíamos hablado de la importancia de la biodiversidad principalmente desde un punto de vista ambiental”, observó Robert Watson.

Sin embargo, añadió, “ahora insistimos en el hecho de que la naturaleza es crucial para la producción alimentaria, para el agua pura, para los medicamentos y hasta la cohesión social”.

Muchos esperan que esta evaluación sea el preludio a la adopción de ambiciosos objetivos en la reunión de 2020 en China de los Estados miembros de la Convención de la ONU sobre la diversidad biológica.

Casi ninguno de los 20 objetivos definidos para 2020, que apuntan a una vida “en armonía con la naturaleza” para 2050, fueron alcanzados, según el proyecto de síntesis del informe obtenido por AFP, que será discutido, enmendado y adoptado línea por línea por los delegados antes de su publicación el 6 de mayo.

“El patrimonio ambiental mundial (…) está siendo alterado a un nivel que no tiene precedentes”, alerta la síntesis.

Un cuarto de las 100.000 especies evaluadas hasta ahora –una porción ínfima de las estimadas ocho millones que existen en el planeta– están amenazadas de extinción, por presión de la agricultura, la pesca o el cambio climático.

Pero los científicos creen que se va a producir “una aceleración rápida inminente de tasas de extinción de especies”, de acuerdo con el proyecto de documento.

Entre 500.000 y un millón de especies resultarían amenazadas, “muchas de ellas ya en las próximas décadas”.

“Está muriendo”

Estas proyecciones coinciden con una predicción formulada por científicos hace ya algunos años: el inicio de la sexta “extinción masiva”, la primera desde la aparición de los humanos en el planeta.

“La ciencia nos dice aquello que los saberes tradicionales nos señalan ya desde hace años: la Tierra está muriendo”, dijo José Gregorio Mirabal, presidente de COICA, entidad que reúne organizaciones indígenas de la cuenca amazónica.

En este sentido, el informe mundial elaborado por primera vez tiene en consideración los conocimientos, los problemas y las prioridades de las poblaciones autóctonas.

El documento establece un vínculo entre las dos amenazas que son el calentamiento global y los daños a la naturaleza, e identifica causas similares, en particular las prácticas agrícolas y la deforestación, responsables de un cuarto de las emisiones de CO2, así como graves perjuicios directos a los ecosistemas.

Todo ello en un planeta cada vez más poblado, cuyos habitantes consumen cada vez más.

“Vuestra experiencia colectiva nos permitirá dotarnos de objetivos precisos”, declaró el lunes por la tarde el ministro francés de la Transición Ecológica, François Rugy, frente a los expertos reunidos en la sede de la Unesco.

“No solo hay que modificar la producción agrícola, también hay que modificar nuestro consumo”, explicó a la AFP Paul Leadley, uno de los autores del informe.

Pero ante la cantidad de reformas que hay que adoptar, que implican una verdadera transformación de nuestros modos de vida, las reticencias podrían ser aún mayores que para la lucha contra el cambio climático.

“Podría haber dificultades con algunos países. No sabemos cómo reaccionará Brasil, con el nuevo gobierno [de Jair Bolsonaro]. No sabemos qué piensa Estados Unidos de esta evaluación”, apunta Günther Mitlacher, de WWF, que describe igualmente una división Norte-Sur parecida a la geopolítica climática.

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