“Hacer nuestra la nueva Carta Magna”

“Hacer nuestra la nueva Carta Magna”
Fecha de publicación: 
2 Febrero 2019
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 La posibilidad y el privilegio de haber participado en la elaboración de la nueva Constitución, ha sido “el reto más difícil”, según confesó la Doctora en Ciencias Jurídicas Majela Ferrari Yaunner, mientras comentó algunos elementos que la hacen cualitativamente superior en comparación con la Carta Magna aprobada en 1976.

La profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana y miembro del Grupo Asesor de la Comisión Redactora subrayó que este ha sido el proceso más importante de su carrera desde su graduación en el año 2002.  
 
“Ha sido una etapa muy intensa, de mucha dedicación y entrega, porque sientes que estás en el deber de defender lo que científica y técnicamente es correcto, pero también dentro de un diseño político y eso requiere de un compromiso y de mucho cuidado para conciliar cuestiones de diversa naturaleza”.

¿Por qué una nueva Constitución?

“Las constituciones requieren oxigenación, de ahí que para poder perfeccionar y fortalecer constantemente la institucionalidad, hay que contar con un Derecho atemperado a la realidad.

“Se habían trazado las rutas con los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, con la Conceptualización del Modelo Económico, y había una serie de realidades que igualmente nos estaban marcando pautas importantes.
 
“En ese camino para transformar la realidad y trazar la Cuba que queremos en el nuevo escenario mundial y nacional, con los nuevos desafíos, hubiera sido desacertado actuar al margen de la Constitución.

“Entonces se convoca a articular y armonizar esa Constitución formal, la que está escrita, con las necesidades y demandas que se derivan de la vida de la sociedad cubana. Es normal, con el paso del tiempo que la letra necesite atemperarse a la realidad. De alguna manera eso fue lo que pasó. El Derecho debe ser un resorte para el avance, una plataforma que permita alcanzar el futuro próspero y sostenible que deseamos”.
 
Es decir, que la situación actual fue la que marcó el nacimiento de la nueva Carta Magna…

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“Desde la propia esencia jurídica ya había investigaciones que significaban esa necesidad. La Constitución de 1976 respondió a un momento histórico, fue trascendental. Muchos de sus preceptos tienen un valor increíble y hoy se mantienen sus esencias, pero se perfeccionan, sobre todo en aras de una mayor efectividad.

“Ciertamente, algunas formulaciones podían estar mejor y otras retomarse. Se estaban dando algunos pasos en la modificación de normas, y para hacer ese proceso de manera coherente había que modificar primero la Ley de leyes y después atemperar las normas de menor jerarquía a los criterios constitucionales.

“De alguna manera podía constituirse en un freno; era necesario que la Constitución fuera el marco para esas otras transformaciones legislativas necesarias. Era fundamental empezar por el principio en aras de garantizar la institucionalidad del país y del perfeccionamiento del socialismo en un escenario económico, social e ideológico diferente. 
 
“Ahora, por ejemplo, estamos hablando del derecho a la información, de la transparencia gubernamental, del debido proceso, de una serie de garantías judiciales, que en verdad son demandas que han ido surgiendo de la dinámica socio-política.

“No puede dejar de mencionarse que se ha tenido en cuenta además nuestra propia historia constitucional —hay elementos de la Constitución de 1976 que se mantienen, incluso hubo que retomar algunos luego de la consulta popular—, el pensamiento del líder histórico de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz y del General de Ejército Raúl Castro Ruz que tienen una importancia trascendental, y las pautas que nos ha trazado el constitucionalismo latinoamericano desarrollado en los últimos años”.

A propósito de la consulta popular, ¿qué importancia tuvo este proceso según su consideración?

“Fue un ejercicio multitudinario, colectivo. En lo personal resultó interesante participar en cada una de las etapas, porque la inteligencia popular aportó una gran cantidad de aspectos. A mí me satisface mucho cuando las personas me comentan algo sobre el nuevo texto; hoy mismo un profesor me decía con satisfacción y hasta un poco de asombro: `las tres cosas que propuse se cambiaron`.  

“Se logró que los criterios de los docentes de las Facultades de Derecho y de las sociedades científicas de la Unión de Juristas tuvieran una mirada particular, teniendo en cuenta las cuestiones más propias del Derecho, las cuales se combinaron con el aporte popular.

“Poner a todo el mundo a pensar en la Constitución fue algo muy importante porque obligó a la gente a buscar en su contenido para intentar perfeccionarla. Creo que se convirtió en un documento de todos, tanto es así que casi el 60 % de los artículos sufrieron cambios, yo diría que para bien. Además este ejercicio dejará una huella muy positiva para que en el futuro los cubanos la hagan suya y exijan su cumplimiento, estoy segura de ello”.

Ha afirmado que es cualitativamente superior, ¿por qué?

“El ánimo es construir una sociedad más democrática, con más derechos. El socialismo debe estar diseñado en función de esto. Es un sistema social inclusivo, dirigido a edificar una sociedad con todos y para el bien de todos.

“La nueva Carta Magna es superior en varios aspectos. Por ejemplo, el orden de los contenidos es más didáctico; los derechos no tienen jerarquía, todos están en el mismo nivel, y también las familias tienen un espacio, hoy con muchos retos, diferentes a los de momentos anteriores. 
 
“También aparecen expresamente la tutela judicial efectiva y los presupuestos del debido proceso, con una mayor vocación garantista en el ámbito judicial. Estos preceptos fueron muy demandados y debatidos. Además, después de la consulta y con la mirada técnica de muchos especialistas también, quedó mejor redactado.

“La declaración de que Cuba es un Estado de Derecho es algo importantísimo, lo cual no estaba recogido en la de 1976. Se trata de una construcción conceptual liberal en sus orígenes, pero al margen de esto tiene sus fundamentos en la dirección de la sociedad y el Estado guiadas por las máximas de la legalidad, la seguridad jurídica, la supremacía constitucional, en garantizar los derechos de las personas, con mecanismos efectivos y que en definitiva el Derecho juegue un papel esencial en la ordenación y el funcionamiento de la vida de la sociedad.

“Si a ello agregamos que nos referimos a un Estado Socialista de Derecho, en mi opinión, habría que sumar a los principios mencionados, los valores de dignidad, igualdad, equidad y justicia como articuladores de las relaciones entre los individuos y de estos con el Estado. Evidentemente, será un concepto muy nuestro y en construcción constante, pero que en el contexto del Socialismo debe ser fiel al compromiso de ser un sistema que procura superar los discursos formales de la igualdad y que se compromete con la equidad y la justicia.

“En cuanto al Preámbulo, me parecieron muy significativos los aportes, la cantidad de criterios que se dieron, los cuales constituyen un indicador importante para darnos cuenta de cómo las personas se identifican con la Historia de Cuba y la trascendencia de que presida nuestra Carta Magna. Pudo haber pasado inadvertido, sin embargo no lo fue.

“En fin, hay una serie de elementos que me permiten afirmar no solo que estructuralmente es superior, sino que se parece más a la Cuba del 2019 y a la que estamos llamados a construir”.

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