León y líder

Wilfredo León lleva varios años siendo todo un coloso desde el punto de vista ofensivo, echándose en hombros a todo el equipo cubano de voleibol masculino, pero en esta temporada asumió con todo su valor la condición de capitán del seleccionado.

En realidad, la responsabilidad le fue asignada el pasado año, tras la ausencia del central Roberlandy Simón, pero fue en los últimos meses cuando en realidad asumió su protagonismo, ese que va mucho más allá de atacar, recibir o defender.

Por su estelar condición, León es el líder natural de la escuadra, pero su carácter no era precisamente el de un motivador y por eso, además de para quitarle responsabilidades por su juventud, el alto mando del combinado nacional no le quiso poner más peso sobre sus hombros y evitaba dejarlo como capitán del plantel.

Situaciones conocidas forzaron más renovaciones y no se pudo seguir postergando lo inevitable, pues actualmente León, aunque sigue siendo muy joven, es el más experimentado de nuestros jugadores en la formación actual.

La pasada campaña pasó sin penas ni glorias, prácticamente, pero en esta sí creció enormemente su estatura dentro de la cancha, tanto cuando estuvo jugando, como en los pocos momentos en los cuales estaba en la banca. Varias veces se vio su enérgica arenga frente a sus compañeros, como le corresponde a un verdadero capitán.

No se concibe un equipo sin un guía, esa persona a la cual van todas las miradas cuando se debe apretar los dientes y seguir adelante, o a quien van los pases para que decida un encuentro. Así ha sido siempre, y así seguirá siendo por los siglos de los siglos. Amén.

A Cuba le faltó eso tras la salida de Simón, y ese elemento es vital para conseguir buenos resultados. Afortunadamente, no demoramos mucho para tener esa estrella polar que marca el camino a los demás, además del ejemplo, porque nuestro flamante capitán ha crecido también en sus funciones habituales.

Por tanto, ahora Wilfredo sigue siendo un león, pero también es un líder.