CRÍTICA DE CINE: Down to You

CRÍTICA DE CINE: Down to You
Fecha de publicación: 
3 Agosto 2018
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Ellos viven un romance lleno de excepcionales ojos, erótica ropa interior y un champú que obsesiona a ambos.

Pero el tiempo pasa. Y el romance en la adolescencia no es el mismo de la adultez. La vida se enfrenta de distinta manera cuando se deja atrás la adolescencia. Tomarse un pomo de champú porque «querías ser inmune al olor del cabello de tu chica» es un gesto muy a lo Shakespeare si tienes 17 años. En la adultez es locura y de la buena.

Lo que sorprende de Esa chica me pone, cuyo título original es Down to You (Kris Isacsson, 2001), es que, aunque es una película con argumento simple, la gama de sentimientos que manifiestan los protagonistas con el paso del tiempo es estremecedoramente real. Nada más por eso deja de ser una cinta a la que uno recurre para entretenerse en un día de especial vagancia, para ser algo que —en ese día de especial vagancia— te sorprenderá haciéndote pensar en quién solías ser y en quién te has convertido.

La música de Down to You es de Barry White. ¿Cómo puede eso no ayudar? Y la gracia de Julia Stiles impresiona. Hablemos de Julia Stiles. Ella empezó una carrera muy prometedora. ¿Se acuerdan de aquella versión de un libro de Shakespeare que hicieron con Diez razones para odiarte? Esa fue la película que lanzó al estrellato a Stiles. Y de paso a Heath Ledger, el actor que después perdió la vida… pero ese es otro tema.

Por lo demás, Down to You es intranquilizadoramente predecible. Tanto, que en su momento estuvo en listados de críticos de cine dentro de las peores cien películas de la historia por eso.

Vamos, chica conoce a chico. Chica y chico se enamoran. Tienen un par de problemillas y al final… no es que les quiera contar el final, pero… ¡Es Hollywood! No hay que tener una maestra en Personajes Tipos de la industria de cine de Hollywood para saber qué pasará al final de esta historia de amor.

En resumen. Down to You trata el tema de la pérdida del primer amor. Y aunque tiene elementos atípicos, no tiene intenciones de grandeza. No aspira a ella y, en consecuencia, ni la roza. Aunque tiene elementos bastante peculiares y picarescos, en el fondo es una cinta aburrida: es más fácil predecir su desenlace que adivinar qué será de grande un renacuajo que nada en una charca.

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