Elecciones en la Florida: Atisbos de nueva bribonada

Valorado por especialistas como un Estado de gran importancia en los próximos comicios de noviembre sobre su territorio se desliza la posibilidad de un nuevo fraude.

Una situación parecida fue anticipada en las elecciones generales del año 2 000 y finalmente se produjo un porrazo de tal magnitud que estremeció a la opinión pública mundial.

Ahora el pretexto es la depuración llevada a cabo en listas de votantes para supuestamente garantizar que solo hagan uso del sufragio quienes tienen plenos derechos para ello.

Sin embargo, muchos han expresan su rechazo debido a que la mayor parte de los eliminados son afroamericanos o hispanos, gran parte de ellos simpatizantes del Partido Demócrata.

El Departamento de Justicia de Estados Unidos ordenó frenar esas purgas remitiéndose a la Ley del Registro Nacional de Votantes, de 1993, que no admite hacerlo a 90 días de comicios federales.

Un abogado de ese Departamento, John Bert Russ, lamentó la “operación de filtración de la Florida”, porque ha obligado a ciudadanos estadounidenses a probar su legitimidad, y pidió a las autoridades devolver su derecho al voto a los excluidos, pero el juez de distrito federal, Robert Hinkle, lo rechazó.

El periodista Steve Bousquet afirmó el jueves en Miami que este proceso despertó una ola de protestas allí y en otros municipios floridanos.

¿Debido esencialmente a qué? Al temor a una repetición con otros ropajes del atronador fraude electoral impuesto en ese territorio, con solo 537 sufragios de diferencia, para garantizar en el año 2 000 el triunfo nacional de George W. Bush.

Una comentarista del periódico Baltimore Chronicle, Alice Cherbonnier, al amplificar graves revelaciones dijo entonces que dos años antes de esos comicios “sembraron” en la Florida alrededor de 7 000 personas procedentes de Texas a quienes concedieron el derecho a votar.

El presidente de la Asociación Nacional para el Avance de la Gente de Color, Kweisi Mfume, aseguró que recogieron más de 450 quejas en unas 300 páginas bajo juramento de personas impedidas de ejercer el sufragio.

Otro ejemplo. Cinco relevantes instituciones periodísticas de Estados Unidos solicitaron durante aquellos días al Centro Nacional de Investigaciones de Opinión la revisión de unas 180 000 boletas “dudosas” utilizadas en los 67 municipios de la Florida.

Los demandantes fueron The New York Times, The Washington Post, The Wall Street Journal, la cadena televisiva CNN y la agencia noticiosa AP.

Lo más sugestivo y  hasta indiscreto fue  la respuesta del Partido Republicano cuando desaprobó la idea con el argumento de que sus resultados podrían minar la autoridad del Presidente norteamericano.

Que se repita multiplicada esa historia provoca hoy desasosiego a una gran cantidad de floridanos, ya de por sí fatigados por los graves problemas socio-económicos que los machacan.