Rusia 2018: Argentina sufre, pero bailará el tango de octavos

Rusia 2018: Argentina sufre, pero bailará el tango de octavos
Fecha de publicación: 
26 Junio 2018
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Messi tirado sobre el césped de la Arena San Petersburgo, Maradona mirando al cielo, con los brazos abiertos y encomendándose al Dios del fútbol, que este martes vistió una camiseta albiceleste. Esas son las imágenes, además de 94 minutos de pura tensión, que me hacen reflexionar en estas líneas.

Una argentina que finalmente halla el camino de la victoria, una agónica, llena de sufrimiento y apuntalada por una generación que decidió sacar la cara en un choque de vida o muerte frente al once africano.

Fue una guerra de desgaste físico, carrera, batalla en el medio campo, un Lionel Messi que finalmente salió al césped y de controversias, pues Nigeria salvó a Argentina con su victoria sobre Islandia y hoy fueron víctimas de un elenco argentino que no se sacudió de todas las interrogantes que sobre ellos penden, especialmente de cara a un duelo de octavos complicadísimo ante los franceses.

Ese fue el pictograma desde los primeros compases. Media cuba está con Argentina, eso es indiscutible, y verlos despedirse de la competición en la fase de grupos, sería algo así como decirle adiós a Alemania.

Tenía que caer el gol de Messi, su número 100 con la selección para abrir el marcador y llenar de combustible a los suyos, que decidieron jugar aferrados a la vergüenza histórica y la pusieron como coraza por encima del buen fútbol.

Un trazo largo lo bajó como Messi sabe hacerlo, al más puro estilo del “encantador de perros”, con su muslo izquierdo, para en un vertiginoso cambio de ritmo soltar un potente disparo cruzado de pierna derecha, la débil por cierto. Fogonazo indetenible para Francis Uzoho al minuto 14.

Así nos sorprendió el ocaso de la primera mitad, me sobraban Di María, fatal en el corredor izquierdo, e Higuaín en el once inicial, pero yo no soy Sampaoli. Por suerte Tagliafico, con cuatro pulmones, Banega controlando los tiempos de juego y dando salida en su justa medida, además de Messi, con otra actitud, finalmente aterrizando en Rusia y multiplicado en cualquier labor dentro del terreno, donde Mascherano seguía luciendo como un jefecito en los achiques y recuperación, tiraban de una nación.

Nos sorprendió el complementario y las Súper Águilas verdes aumentaron las revoluciones. Velocidad y ocasiones, emparejaron el duelo en el medio campo, solo que no aparecían los disparos precisos al arco.

Bastaron cinco minutos para ahogar el cántico momentáneo argentino: Agarrón de Mascherano a Balogun dentro del área que más bien fue un abrazo, visto por el árbitro Cuneyt Cakir, que señaló penal. Error impropio de un futbolista de la experiencia del Jefecito.

Moses ejecutó la pena máxima con un disparo raso, a la izquierda de un Armani que se lanzó hacia el lado equivocado.
Se sumían todos en la agonía de no clasificar, Maradona no cabía en su asiento, Valdano imploraba, Burruchaga quería saltar a la cancha y Messi seguía pidiendo balones, regateando y buscando la Telstar-18 demasiado arriba.

Entonces sucedería el dejavú: como calco de Brasil 2014 apareció Marcos Rojo, y con la sangre fría de un ariete definió cruzado y de derecha un centro al umbral del área.

Como conteo de protección vimos pasar los eternos minutos finales, hasta que Messi, como saben, se tiró al suelo en señal de victoria.

Croacia se afianza

A kilómetros de distancia, en Rostov, sucedió lo que el guión proponía. Croacia, con esa amalgama amplia de mediocampistas de categoría pasó 2-1 sobre Islandia para dominar el grupo con contundencia, y nueve unidades.

Ante 42 472 aficionados Milan Badelj abrió la cuenta y cuando Cronos acechaba al 90 Iván Perisic rompía el abrazo a uno que Gylfi Sidgursson se había encargado de materializar de penal al 76. Hubo tanta expectación por ese choque que parecía una simultánea de nervios, con tensión  al límite.

Una lección de contundencia croata y un avance para los daneses, sus rivales de octavos de final y sobre los que salen con ligero favoritismo. Cualquier elenco con el dúo Luka Modric-Iván Rakitic como garantía en el medio sector, saldría de la misma manera, aún cuando Rakitic no alineó titular este martes.

 Así está el pastel a mitad de camino. Se cierra el cerco, los favoritos, con o sin las bilis, logran hacer el grado y se enfrentan en actos de vida o muerte que signarán su avance o despedida de esta veleidosa Rusia 2018.

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