Jóvenes en El Salvador: “Vidas frustradas”

Jóvenes en El Salvador: “Vidas frustradas”
Fecha de publicación: 
24 Febrero 2018
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Las estadísticas sobre los jóvenes en El Salvador resultan escalofriantes. Al margen de que cada año alrededor de 50 mil solicitan su ingreso a la universidad y apenas unos seis mil son admitidos, todos los días entre 12 y 15 pierden la vida a causa de la violencia en las calles o por la acción de pandillas criminales.

Ese es el motivo principal de la lucha que desde hace algún tiempo vienen realizando Sabas Clavel Fuentes y Mónica Fernández Rubio para crear una nueva universidad pública, inspirada en la figura del Padre Rutilio Grande, una “apuesta por la prevención de la violencia y el desarrollo equitativo", con énfasis en la formación agropecuaria y agroindustrial como eje del desarrollo productivo.

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Mónica y Sabas, dos impulsores de la nueva universidad encaminada a satisfacer las necesidades en materia educativa de los sectores más pobres de la sociedad salvadoreña. (Foto: Agustín Borrego)

Sabas, profesor jubilado de Matemática y Ciencias Naturales, y Mónica, misionera española quien desde 15 años reside en la nación centroamericana, forman parte del proyecto Una Mesa Común para Todas y Todos, que impulsa la creación de la nueva institución en beneficio del pueblo.

Invitados a participar en el reciente Congreso Internacional de Educación Superior Universidad 2018, ambos llegaron a Cuba con el objetivo de recabar solidaridad internacional, firmar Cartas de Intención con diversas instituciones y así tener la posibilidad de trasladar a El Salvador la experiencia cubana en materia educativa. 
 
Hace tres años que presentaron en la Asamblea legislativa la propuesta. A pesar de que ya han recogido 40 mil firmas de aprobación, hasta la fecha los diputados no se han pronunciado al respecto.  

Al referirse a la situación que vive hoy el país, Sabas explicó que solo un 8,3 % de la población tiene acceso a estudios universitarios y apenas el 2 % de quienes residen en las zonas rurales.

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El proyecto anhelado ya tiene nombre: Universidad Nacional Padre Rutilio Grande y apuesta por la prevención de la violencia y la equidad. Foto: PL.

Los que ingresan —dijo— lo logran mediante exámenes en la Universidad Estatal de El Salvador (pública), los demás van a las calles, y algunos que cuentan con determinadas facilidades económicas acceden a las privadas.

En El Salvador está el crimen organizado, hay bandas de asesinos. Por eso la importancia de cambiar la mentalidad de los jóvenes, que el neoliberalismo impulsa hacia la guerra. Allá los ricos son injustos, no pagan impuestos, "quizás si lo hicieran no sería necesario andar buscando ayuda".  

De ahí la propuesta de fundar otra universidad pública, gratuita, que ofrezca 65 carreras en las facultades de Agricultura y Ciencias de la Naturaleza, Ciencias Sociales y Humanidades, Ingeniería y Arquitectura, Jurisprudencia, Ciencias Económicas y Arte y Cultura.

“Queremos iniciar con la primera de estas para potenciar la agricultura en las áreas rurales, ya que somos un país eminentemente agrícola y necesitamos profesionales capaces de formar a los campesinos para que cambien la manera arcaica de trabajar la tierra. Hoy la tecnología es atrasada y si preparamos a los jóvenes en este campo entonces la seguridad alimentaria sería una realidad en El Salvador”.

En relación con el nombre que llevará la institución, Mónica subrayó que el Padre Rutilio Grande fue un sacerdote jesuita, quien fuera asesinado en 1977, "muy amigo de Monseñor Romero*. Realmente una persona que marcó el destino de El Salvador, un mártir que posiblemente sea beatificado por el Papa Francisco”.

Comentó el intento de fundar esta entidad educativa, idea que nació en el municipio de Aguilares, situado a unos kilómetros al norte de la capital. “La nueva universidad podría significar un cambio en El Salvador, y resolver problemas históricos que vienen de muy lejos, quizás desde mis bisabuelos, con tanta destrucción y  abuso que tuvo su origen en la época de la conquista y la colonia.

“Desde ahí arrastramos en Latinoamérica una herencia muy negativa, unos paradigmas de abuso en los temas de género, en lo racial y, por supuesto, en lo socio-económico. Por lo tanto, hay que revertir esta situación. Y la educación puede apostar a ese cambio pacífico”.

Comentó que es la segunda ocasión que visita Cuba y siempre le entusiasma la idea. “En un evento como Universidad una aprecia una perspectiva amplia, interesante, hay presencia de todos los continentes y constituye una oportunidad maravillosa para intercambiar experiencias, y fortalecernos mutuamente.

“Aquí recibimos una respuesta solidaria de las universidades cubanas. Nuestro propósito es que cuando se apruebe la ley para fundar la universidad podamos tener el apoyo de las instituciones cubanas, pues se trata de echar a andar desde cero una nueva Casa de Educación Superior. Nos sentimos muy contentos y satisfechos con este acercamiento inicial y nos vamos con la certeza de que Cuba apoyará nuestro sueño”.

*Óscar Arnulfo Romero y Galdámez (1917-1980), conocido como monseñor Romero,​ fue un sacerdote católico salvadoreño y el cuarto arzobispo metropolitano de San Salvador, célebre por su prédica en defensa de los derechos humanos y por haber muerto asesinado durante la celebración de la misa en la capilla del hospital Divina Providencia.

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