La educación prescolar, más trascendente de lo que se piensa

La educación prescolar, más trascendente de lo que se piensa
Fecha de publicación: 
18 Febrero 2018
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A la autora principal del reconocido programa Educa a tu hijo, la doctora en Ciencias Psicológicas Ana María Siverio la avalan poco más de 50 años de investigaciones en terreno y estudios teóricos en la rama de la enseñanza prescolar. El pasado año se cumplieron 25 años de la irrupción de ese proyecto formativo de la niñez, que marcó un hito y un paso adelante en el escenario de la metodología pedagógica cubana de los últimos tiempos.

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Miembro de la Academia de Ciencias de Cuba, la doctora Siverio ha ocupado en su trayectoria los cargos de subdirectora del Instituto Central de Ciencias Pedagógicas  (ICCP) y la de ser fundadora y directora del Centro de Referencia Latinoamericana de la Enseñanza Prescolar (CELEP), durante los primeros ocho años de esa institución. Autora, además, de una voluminosa bibliografía al respecto, en muchos casos compartida en coautoría con otros colegas, en otros  como compiladora y asesora también.

Ya jubilada de las responsabilidades institucionales que nunca le faltaron, está investigadora todo terreno no descansa, pues responde a los deberes de la Academia, sigue escribiendo su propia obra desde su casa o en cualquier lugar donde se le convoque.

“Pero lo que siempre me ha hecho más feliz en el terreno profesional ha sido la actividad puramente científica, la práctica investigativa a la que he dedicado mi vida, sin descuidar otras responsabilidades que me encomendaron”, dijo a Cubasí la experta.

El método de enseñanza Educa a tu hijo, aplicado hoy en todo el territorio nacional con excelentes resultados y muy estimado en naciones como Ecuador, con el nombre de Creciendo con nuestros hijos, también se conoció en cinco estados de México, en Bolivia,  Venezuela y República Dominicana. La Unicef, entidad de Naciones Unidas para la atención a la primera infancia reconoció la experticia de Ana María, invitándola a impartir talleres y a participar en congresos regionales y ha editado un libro resumen de su método, después de 20 años de su surgimiento.

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La obra que comenzó con investigaciones en aislados puntos de la geografía serrana de Santiago de Cuba y Granma, con un pequeño grupo encabezado por Ana María y con la contribución de valiosas especialistas como las doctoras Josefina López Hurtado y María Teresa Bourke y, implica hoy a miles de participantes. Su propia creadora principal no está interesada en resaltar los méritos de su conducción, pues considera que muchos profesionales e instituciones, como el Ministerio de Educación, de función rectora y primordial, la siguieron en aquel tiempo en la persona del entonces ministro José Ramón Fernández, y también de su esposa, Asela de los Santos.

Sin contar las nuevas hornadas de personas, desde los familiares hasta trabajadores particulares o educadores institucionales que lo han abrazado y aplican en cualquier punto de la geografía cubana, por remoto que esté.

“La investigación que surgió en la Siera Maestra, ya en 1976, por orientación del ICCP se pasó a otras tres provincias e incluso se ensayó en la capital, donde algunos pronosticaban que no sería necesario o pensaban que no iba a funcionar. Pero probamos, acudiendo a diversos municipios capitalinos, cumpliendo horas extras o voluntarias, incluso, que era implementable y útil en todo el país, con las características y adaptaciones locales necesarias”, puntualiza la especialista.

 Y el logro más importante, añade la periodista, ha sido conseguir  desde su implantación a partir de 1993, la participación de la familia cubana en el desarrollo de las potencialidades psíquicas y motoras de sus hijos, en su desarrollo integral. Lo que actualmente parece una perogrullada, en aquellos tiempos no había mucha conciencia de eso.

“Hoy es una verdad ratificada por la ciencia la trascendencia que tiene la atención, amor y estimulación que los progenitores den a sus hijos. Tanto desde el embarazo, en ese caso por razones más biológicas, como en la etapa prescolar e incluso hasta los seis o siete años, diría yo. Una niña o niño tratados adecuadamente en esas edades, tanto por su familia, como por una institución educativa,  van a ser categóricamente seres humanos de desarrollo más integral, no me gusta usar la expresión “más inteligente”, que aquellos que no lo son.

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“Nosotros lo vimos de manera práctica cuando en el campo de investigaciones comprobamos que los niños que pasaban primero por los círculos infantiles, luego por el prescolar, o al menos una de etas dos etapas,  aprendían a leer y otros conocimientos escolares con mayor rapidez y calidad que aquellos que no lo hicieron”.

Por otro lado, también sabíamos que por razones económicas era imposible garantizar la cobertura total de guarderías infantiles a toda la niñez cubana. Conversando con maestros, padres o tutores de muchos niños, la perspicacia de Ana María la hizo notar las potencialidades que existían con la ayuda de la familia. Las llamaron entonces “vías no formales de educación” y encausó su esfuerzo y el del equipo que la seguía muy estimulado por los resultados a crear el método.

Ese trabajo de investigación, colecta de resultados y conclusiones se extendió a toda la década de los 80. En el 92 se presentó como resultado científico a la Academia y para alegría de todos en ese mismo año el método que había nacido casi a pie de obra, casi acabado de salir del horno, fue premiado como el logro más destacado de las Ciencias Sociales en ese mismo año.

La doctora Siverio reconoce la imprescindible contribución de la editorial Pueblo y Educación que ha sacado a la luz dos obras compilados por ella: Investigaciones Psicológicas Pedagógicas acerca del niño prescolar, que incluye dos trabajos de ella, y toda la colección de libros que conforman el método Educa a tu hijo, en ediciones modestas, pero muy valiosas.
A consideración de la viceministra de educación, dedicada a la atención de la primera infancia, la doctora Irene Rivera, nombrado Para que la familia eduque mejor, se encuentra un último libro de la académica, donde aparece como autora principal, fruto de sus recientes desvelos.

El recuerdo y apoyo de Vilma Espín, cuando la joven licenciada en Psicología que era Ana María Siverio, graduada en 1966,  se inició en el tema de la educación desde los círculos infantiles promovidos por la dirigente, siempre la han inspirado. Incluso durante el tiempo en que existió el maravilloso Instituto de la Infancia. “Sin su visión larga tampoco hubiera sido posible este resultado”, concluye.
 

Comentarios

enorgullece mucho leer sobre la Dra en Ciencias Ana Ma Siverio toda ella entrega total a la enseñanza y la investigacion de la infancia temprana. mucho le debemos, fue y es mi guia y tutora en mi quehacer en la educacion prescolar cubana, yo tambien soy jubilada pero siempre ha sido uno de los mayores ejemplos a seguir. Nuestros respetos para ella.
Lic en Educ Prescolar, Master en trabajo comunitario, fundadora del Programa Educa a Tu hijo en Stgo de Cuba

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