Bienal: Odey Curbelo, entrar al paisaje con los ojos del alma

Bienal: Odey Curbelo, entrar al paisaje con los ojos del alma
Fecha de publicación: 
6 Junio 2012
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Fotos: Tijana Miskovic y Anders Sune Berg

 
Desde hace ocho años el joven artista cubano Odey Curbelo se radicó en Copenhague, adonde acudió invitado por la Real Academia Danesa de Bellas Artes a participar en un programa de intercambios.

Curbelo realiza un trabajo artístico muy original con el paisaje, que denomina terapia de la nostalgia y consiste en aunar, desde una perspectiva muy personal, vistas cubanas y nórdicas.

Sus propuestas parecieran invitar a un sitio familiar, con los ojos velados por la introspección, la nostalgia y el deslumbramiento ante lo recién descubierto.

Con un sello abstraccionista y evidentes guiños a la historia de la paisajística occidental, fundamentalmente francesa, cubana y nórdica, ese joven de 36 años propone un espacio distinto, original, con gran fuerza expresiva y aguda poesía.

En la XI Bienal de La Habana, como parte del gran panorama de las artes visuales cubanas contemporáneas, tiene en una de las galeras de la Fortaleza San Carlos de La Cabaña, la exposición Deep Field, una propuesta inusual que intenta incursionar en los espacios de la memoria, del mestizaje de lugares y culturas, con un resultado sugerente y hasta innovador.

Ese velo neblinoso, los contornos difuminados, los homenajes al impresionismo, la experimentación que se adentra en los vericuetos de la memoria, la fragmentación de imágenes evocadas y su simbiosis con su actual entorno y el lúdico empleo de la abstracción, confieren a los cuadros de Curbelo un raro poder atractivo.

Ese magnetismo innegable, nace de una asunción consciente mediante la investigación acuciosa de los clásicos en la historia del arte occidental y la percepción inconsciente de ese estar y no estar en un lugar geográfico preciso.

Esta auto terapia, como él denomina a su quehacer artístico, funciona también en quien observa estas telas de gran formato como si la imagen del paisaje se reflejara en un espejo de aguas ondulantes que invitan a una sospechosa placidez, cuajada de sorpresas cuando poco a poco se recorre la superficie del cuadro.

Es una relación casi física la que establece el observador con los cuadros, una invitación a olvidarse del marco y adentrarse bien profundo en el paisaje para descubrir en lo hondo,similitudes y diferencias con las imágenes mentales que cada quien conserva.

Entre diciembre de 2011 y enero de 2012, Curbelo exhibió en un ala del Skive Art Museum (Skive Kunstmuseum), en Conpenhague, 12 de sus enormes paisajes y en la otra curó de la propia colección de esa institución, una muestra de la paisajística danesa tradicional.

Ambas exhibiciones permitieron en conjunto, apreciar en directo y de un solo golpe, los procesos reflexivos que dan pie al artista para crear sus tan personalesy magnéticos paisajes.

Según la historiadora del arte, curadora y editora, Cristina Vives: “es quizás ese pensamiento profundamente analítico, el responsable de quelas obras de Odey, nos provoquen extrañamientos”.

Al artista debemos agradecer esa nueva puerta que nos abre y la frescura de poder apreciar, sorprendidos,ese entorno habitual, preñado de descubrimientos y sorpresas si se miran con los ojos del alma o de una memoria evocativa.

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