SEMBLANZA: Osleidis Menéndez: ¡Cuidado con el primer intento!

SEMBLANZA: Osleidis Menéndez: ¡Cuidado con el primer intento!
Fecha de publicación: 
14 Diciembre 2017
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Nacida en el municipio de Martí, perteneciente a la occidental provincia cubana de Matanzas el 14 de noviembre de 1979, la fornida atleta archivó notables actuaciones desde su etapa como juvenil, categoría en la que alcanzó el título mundial.

Quienes la conocían de pequeña dicen que heredó la asombrosa fuerza de su brazo derecho de su madre, Dora, antigua practicante de softbol y atletismo. Pero el legado familiar se extiende a su hermana Misleydis, quien practicó taekwondo, y su hermano mayor, ex anzador de béisbol.

El Dardo Antillano, como se le apodó en sus momentos de gloria, comenzó a practicar deportes a los 11 años, y rápidamente su primer entrenador, Noel Serrat, descubrió su talento innato para el lanzamiento, por lo cual la recomendó para las escuelas de formación de atletas en la capital cubana, con mejores condiciones de entrenamiento.

En La Habana se puso a las órdenes del exjabalinista Dionisio Quintana, quien logró explotar al máximo todas las condiciones de su pupila a partir de 1994. Apenas 12 meses más tarde la convirtió en monarca panamericana juvenil, en un certamen efectuado en la ciudad argentina de Santa Fe.

Además, conquistó los primeros puestos del orbe para bisoños en Sydney 1996 y Annecy 1998, por lo cual, pese a tener solamente 18 años, integró la escuadra cubana al Campeonato Mundial de mayores de Atenas 1997, donde ocupó la séptima posición.

Las temporadas siguientes le aportaron el subcetro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Maracaibo 1998 y el cetro de los Panamericanos de Winnipeg 1999, año en el cual implantó récord mundial juvenil (66.49 metros), seguidos por el meritorio bronce en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000 (66.18).

Su mejor campaña fue la de 2001, cuando se convirtió en la primera mujer en quebrar la barrera de los 70 metros con el nuevo modelo de jabalina, y además conquistó las medallas de oro en el Campeonato Mundial de Edmonton (69.53), los Juegos Mundiales Universitarios de Beijing (69.82), y los Juegos de Buena Voluntad de Brisbane, por lo cual fue seleccionada como la mejor deportista de Latinoamérica y el Caribe ese año.

Adicionalmente, se convirtió en la primera mujer de habla hispana en adueñarse de un récord del mundo, cuando lanzó 71.54 metros en un mitin atlético celebrado en la isla griega de Creta, el 1 de julio.

El 2002 trajo pocas competiciones, pero la matancera se impuso inobjetablemente en la Final Mundial de Atletismo de París (65.69), y la Copa Mundial de Madrid (64.41).

Comenzaron entonces sus problemas de lesiones, cuando en 2003 sólo pudo conseguir un 63.96 como mejor disparo, con un pobre 60.20 apenas ganó el bronce en los Panamericanos de Santo Domingo, y en el Mundial no pasó del quinto puesto (62.19).

Sin embargo, supo levantarse de sus cenizas y comenzó entonces a tejer su leyenda del primer disparo, pues con ese intento bastó para un impresionante 71.53, apenas un centímetro por debajo de su cota planetaria, lo cual dejó sin aliento al resto de sus rivales en los Olímpicos de Atenas 2004. Además, ganó la Final Mundial de Atletismo, uno de los 14 títulos archivados en esos 12 meses, en 16 participaciones.

El 2005 la vio triunfar en 11 de sus 13 competencias, incluyendo el Mundial de Helsinki, donde, también en su primer intento, elevó su registro orbital a 71.70, superado hace apenas unas semanas por la checa Barbora Spotakova. Concluyó la campaña con su segundo triunfo consecutivo en la final de la IAAF.

Esa plusmarca del orbe se encuentra a menos de un metro del límite humano revelado por un estudio científico, que lo fija en 72,50 metros. Se trata de una investigación realizada por la Universidad de Tilburg, en Holanda, el cual asegura que es físicamente imposible para una mujer enviar este implemento por encima de la cifra indicada, al menos con las características actuales del mismo.

Sin embargo, 2006 y 2007 la maltrataron en cuanto a lesiones, la más seria en la zona discal, clave para su modalidad. Apenas alcanzó el segundo puesto en los Centrocaribes de Cartagena de Indias, pero sacó el extra para imponerse en los Panamericanos de Río de Janeiro (62.34), una de las cuatro competencias a las que asistió es año, pues incluso se ausentó del Mundial de Osaka.

Un disparo de 65.02 en la española Bilbao la colocaba sexta en el ranking mundial para los Juegos de Beijing 2008, pero en la capital china a duras penas alcanzó la final con un pobre 60.51 en preliminares, y concluyó con 63.35.

La muchacha de 1.78 metros de estatura y poco más de 80 kilogramos de peso terminó sus estudios de Licenciatura en Educación Física ese propio año, pero las molestias físicas en su tobillo izquierdo no dejaron de atormentarla.

Finalmente, en 2011, tras no hacer el grado para el Mundial de Deegu, igualmente por problemas de lesiones, decide pasar al retiro, con solamente 31 años de edad. Actualmente entrena a niños en su pueblo natal.

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