Polonia: Del lado equivocado

Polonia, famosa por su trepidante historia de lucha por su soberanía, por su sufrimiento durante el nazismo, su cultura y belleza arquitectónica, se enfrenta hoy al dilema de cómo gobernar de acuerdo a los intereses de su pueblo, permaneciendo indemne ante los intentos de llevarla a una confrontación que pudiera ser mortal.

La dimisión de la todavía popular primera ministra Beata Szydlo, a menos de dos años en el poder, y su sustitución por el ministro de Finanzas y Desarrollo, Mateusz Morawiecki, no necesariamente se encuentra en el camino de lo antes expuesto, pero sí en el estilo que ha impuesto su Partido nacionalista y conservador Ley y Justicia (PiS, por su sigla en polaco.
Morawiecki, se estima, le dará un estilo más dinámico a la economía, que no marcha mal, con un crecimiento del 5% en el pasado trimestre, en una nación en la que no se observa pobreza, aunque sí rechazo a todo lo que huela a refugiado.

Muchos medios locales consideran que su nombramiento está relacionado a la intención de consolidar acuerdos con el presidente del país, Andrzej Duda, quien recientemente rechazó las políticas impulsadas por el PiS.

Por su parte, los analistas creen que la remodelación del gobierno es una estrategia para distraer la atención y culpar a la saliente Szydlo de los problemas causados por el gobierno.
Lo cierto es que la Unión Europea no ha estado conforme en los últimos tiempos con lo que está sucediendo en Polonia, debido a que el núcleo gobernante maneja a su manera la justicia en el país, y ello puede provocar cismas entre la población.

Mateusz Morawiecki fue el responsable de uno de los principales bancos en Polonia, el BZWBK, adquirido por el Grupo Santander en el 2011, antes de convertirse en ministro tras la victoria de Ley y Justicia en las elecciones de octubre de 2015, aunque hasta marzo del 2016 no se afilió a esta formación.

El PiS quiere que Beata Szydlo tenga un papel importante en el gobierno de Morawiecki,"Las personas cambian, pero no nuestro programa", dijo Mazurek, la portavoz de Ley y Justicia, quien subrayó que la remodelación del gobierno es necesaria para abordar "reformas cruciales para la ciudadanía", pero no mencionó alguna.

Katarzyna Lubnauer, presidenta del partido liberal opositor Nowoczesna, dijo en la noche del jueves que da igual si gobiernan Morawiecki o Szydlo. "Todas las decisiones las toma de todas maneras el jefe del PiS, Jaroslaw Kaczynski".

De una manera u otra, lo cierto es que las fuerzas nacionalistas se han estado fortaleciendo en Polonia, chocan repetidamente con las decisiones de la Unión Europea y se hallan cada vez más comprometidas con Estados Unidos para oponerse a Rusia, considerada por sus detractores y la ultraderecha como enemiga del pueblo polaco.

En este contexto, el presidente Donald Trump, en una reciente visita a Varsovia, se comprometió a apoyar a Polonia frente a lo que llamó “comportamiento desestabilizador” de Rusia.

Tomasz Jankowski, secretario general de la asociación política polaca Cambio, advirtió que “ahora podemos vernos en el centro de otro conflicto mundial. Polonia puede meterse en un conflicto debido a las bases militares que hay de la OTAN alrededor de Rusia. Los estadounidenses y sus aliados están tratando de rodear a Rusia, pero no hay ninguna razón para tener miedo de ella, ya que no lleva una política agresiva".Y agregó finalmente:
"Estamos convencidos de que la primera condición de la soberanía estatal es el alojamiento de sus tropas en su territorio y no las extranjeras. Hay que recordar que fueron las mismas autoridades de Varsovia las que invitaron a las tropas estadounidenses para hacer de Polonia una colonia".