CRÉEME en la XI Bienal de La Habana

CRÉEME en la XI Bienal de La Habana
Fecha de publicación: 
28 Mayo 2012
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Ocurrió en la noche de este 26 de mayo en el cine teatro Acapulco, al llamado del clarín de una escalofriante versión del himno de Bayamo en el sonido de Alexander Abreu.

Los más heréticos representantes del hip hop cubano, los raperos Raudel de  Escuadrón Patriota, Al2, Soandry Hermanos de Causa, Silvito el Libre, Maykel Xtremo, Barbarito el Urbano Vargas y Carlitos Mucha Rima, se presentaron en concierto dentro del performance que realizara Michel Mirabal en el marco de la XI Bienal de La Habana, evento en el que se reúnen durante un mes artistas cubanos que aman y construyen en y desde las dos orillas, artistas de la plástica de diversos lugares del planeta, y compradores y dueños de galerías.

Michel, hermano de lucha y con raíces en sangres irredentas y cantoras de Haití y de Cuba, quiso nombrar su espectáculo con una trova que lleva mi firma, aunque siempre he dicho que no mi autoría: CRÉEME. Esta canción nacida en abril de 1975, es parto del antiimperialismo de Bolívar y Martí, de Sandino y de Mella, y me la cantaron al oído Antonio Guiteras y Carlos Aponte mientras caían en combate en El Morrillo, el 8 de mayo de 1935, al frente de la organización político-militar Joven Cuba, que a sabiendas desde entonces que nuestra patria no tenía otra para sacar del medio a los gringos y sus gorilas locales, preparaba una expedición militar internacionalista que diera luz a nuestros empeños libertarios. Desde entonces, he tenido el honor de ser el trasmisor de esos versos.

Cuando Michel me habló del asunto, silenciosamente me pregunté cómo podría conjugarse mi trabajo con el de los raperos, para ser franco no muy disfrutable por mí, en buena medida por diferencias de lenguajes expresivos aunque me llamaba favorablemente la atención sus actitudes inconvenientes y contestatarias, las que me recordaban a ciertos irreverentes trovadores de los años 60. Todavía más me sedujo la idea cuando supe que sectores oscuros y asustadizos de diferentes escaños del poder, ésos que temen enfrentar la realidad y se escudan detrás de los revolucionarios, les hacían la vida lo más fatigosa posible por la sencilla razón de que decían cosas incómodas.

Llegado a este punto, di mi voto aprobatorio a la utilización de la canción y a participar en el espectáculo.

Recordé que en 1997, en el Festival de la Juventud y los Estudiantes celebrado en Cuba fue la canción tema del evento, porque la entonces dirección de la Unión de Jóvenes Comunistas quiso rememorar que Fidel había dicho en su primer congreso constitutivo de 1962: Creemos en los jóvenes.

Contentura, cuando supe que hermanos de la misma cuerda de la Cultura Cubana como Israel Rojas de Buena Fe y Juan Formell, con Van Van y todo, participaríamos juntos en esta herejía revolucionaria, y valga la redundancia.

Aplaudí a Juan cuando dijo “…creo en todo esto, pero voy a creer de verdad cuando a estos muchachos los pongan por la radio y la televisión”.

Contracorriente no es contrarrevolucionario necesariamente. Carlitos Mucha Rima

Cuando empezamos quienes después conformaríamos el Movimiento de la Nueva Trova, muchas personas del poder dijeron que éramos  pelúos, hippies, desviados ideológicos, y algunos, simplemente contrarrevolucionarios. Gracias a Haydeé Santamaría y Alfredo Guevara, la más alta dirección del país tuvo una percepción más cercana y realista de nuestras canciones y de quiénes éramos. Entonces se dijo que si a pesar de todo habíamos llegado hasta allí, fue porque éramos revolucionarios, y si no éramos mejores, era por causa de ellos.

Aquella reflexión de 1972 me vino a la memoria estos días, mientras se sucedían preguntas sobre la preocupación de si el concierto pudiera servir de justificación para manifestaciones contrarrevolucionarias. Todas las veces dije lo mismo: el enemigo solo puede quitarnos lo que nosotros no defendamos. Y este concierto crítico, incómodo, audaz, y público y apoyado por las instituciones del Estado, era lo menos que querían quienes están siempre deseosos de encontrar una hendija en las murallas de la cultura cubana, entre cuyos defensores, verbo en alto cual espada reluciente, están los chicos del hip hop que liderearon este concierto, junto a las banderas de la Patria de Michel.

Mis parabienes para todos los que colaboramos con esta melodía.

Tomado del blog de Silvio

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