Rock argentino en "crisis" tras tragedia

    En una entrevista con ANSA, Lacolla atribuyó que esta crisis por la que atraviesan las actuales agrupaciones de rock se debe sobre todo al "después de Cromañón", el local de música que terminó incendiándose por una bengala cuando tocaba por entonces una de las bandas del momento, Callejeros.

    El hecho ocurrió el 30 de diciembre de 2004, día en que se registró la mayor tragedia no natural en Argentina, cuando murieron 194 personas y poco más de 1.400 resultaron heridas.
    "El rock después de Cromañón tuvo un ACV. Entonces ahí está, bancándosela (resistiendo, NDR), sigue adelante, pero con ciertas limitaciones porque el espíritu de la época le está marcando otro ritmo", sostuvo Lacolla, en peculiar metáfora.

    Lacolla acaba de presentar su libro "Estar en Banda, Psicología del músico de Rock", en el cual además habla sin tapujos del ambiente del rock nacional.

    Según el psicólogo, "las nuevas generaciones hacen que los chicos escuchen otra cosa y si pensamos en la historia de la música, la ópera, todos tuvieron un comienzo y un final y después se convirtieron en un clásico".

    "Me parece que el rock va camino a eso. Hoy un chico de 15 años escucha reggaetón o bachata y viene un cuarteto de rock y le resulta raro", añadió el profesional, para quien en la actualidad "el acceso a la música gracias a la tecnología es muy popular en este momento, entonces el rock se está volviendo artesanal".

    "El rock no va a morir, pero va camino a ser de nicho selecto para los retromaníacos o melancólicos que nos sigue consolando un solo de guitarra. Al chico de 15 años lo va a emocionar algo digital", analizó el músico.

    "Las nuevas generaciones no trabajan con la sangre, trabajan con la cabeza, el pensamiento, lo matemático. El rock de alguna manera necesita de más sangre para funcionar", opinó el también músico.

    Lacolla contó a ANSA que cuando comenzó a escribir su libro se le cruzó la idea de incluir a bandas internacionales. "Lo pensé pero me remití más al rock nacional, ya que es otra realidad el internacional".

    "Si tuviera la posibilidad de entrevistar a alguna de las agrupaciones internacionales me hubiera gustado hacerle una a Deep Purple. Me hubiese gustado tener una banda legendaria y preguntarles qué les pasó", dijo emocionado a ANSA.

    En el libro, Lacolla entrevistó a una serie de figuras del rock nacional como Juanchi Baleiron, líder y cantante de Los Pericos (donde reemplazó a El Bahiano tras su alejamiento del grupo), Guillermo Novellis, cantante de La Mosca y Andy Vilanova, integrante de Carajo.

    A estos se suman Daniel Melingo, Manuel Moretti (Estelares), Miguel Zavaleta, Walas (Massacre), Cabra de Vega (Las Manos de Filippi), Lula Bertoldi (Eruca Sativa), Andrea Alvarez, Edu Schmidt (ex Arbol) y Miguel Botafogo, entre otros.

    Con respecto a su publicación, el autor explicó que "este es un libro sobre la psicología del músico rock. Sobre la dinámica de funcionamiento de una banda y sobre los mitos que hay alrededor del ambiente rockero. Porque, a pesar de que el rock no tiene cura, algunos rockeros van al psicólogo".

    En su libro, Lacolla saca a la luz el porqué una banda de rock consulta a un psicólogo y cuanta que muchas veces es por "problemas vinculares con algunos de sus miembros, por problemas de egos que afectan la dinámica de trabajo". A eso se suma el hecho de que "grabar un disco moviliza, porque preparar un concierto conlleva un sinnúmero desparejo de expectativas que cada miembro de la banda procesa de manera diferente".

    Para el autor incluso está el tema de "las drogas, las minitas (mujeres) y los managers", como así también "la presión del público y los dueños de los boliches (locales).

    Los músicos recurren al psicólogo -sostiene- "cuando una banda tiene fecha de vencimiento ninguno puede hacerse cargo del final" y porque cuando "llegaron, no saben cómo mantenerse".

    Según Lacolla, en este sentido, para las agrupaciones "lo más difícil del éxito no es llegar sino volver".

    "Muchas bandas que trascienden por un tema, o por un disco, nada les garantiza... anda a decirle a (Leonardo) Da Vinci que vuelva a hacer la Gioconda. A muchos músicos les cuesta renunciar a esa 'luna de miel' pero es algo situacional, es una ilusión".

    "Muchas veces yo trabajo con los músicos la desilusión porque forma parte del trabajo, del proyecto artístico. También veo músicos que piensan mucho en el publico y otros que no lo necesitan, que tienen la necesidad de componer más allá de la respuesta del público".

    "El futbolista sabe que en una determinada edad se tiene que retirar, el músico tiene el grave problema de la eternidad.

    Quieren llegar a ser eternos a cualquier precio y lo peor que hay en esta vida es no poder morirte. A veces es más fácil subir la montaña que bajarla", reflejó.

    "Hay una exigencia a querer ser músico las 24 horas y está bueno decir 'me tomo un año sabático'. Debe ser difícil para un músico que hace 3 años que no saca un disco, salir a la calle y que le digan 'cuándo sale el nuevo álbum?'. Hay muchas bandas que hace años que no sacan discos y sin embargo la gente los sigue apoyando, concluyó.