“Esteban”, la película cubana que triunfa en los festivales de cine

“Esteban”, la película cubana que triunfa en los festivales de cine
Fecha de publicación: 
28 Julio 2017
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Se trata de “Esteban”, una película filmada y producida en Cuba, en el 2016, que ya tiene en su palmarés el reconocimiento de la UNICEF del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de la Habana, cinco premios en el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, el Caballo de Bronce del Festival Internacional de Cine Junior de Estocolmo, el Premio del Público del Festival de Cine Latino de Chicago, y el reconocimiento al Cine y Educación en Valores de los Premios Platino en Madrid.

El éxito de “Esteban” tiene que ver sobre todo con el tema que aborda. Cuenta la historia de un niño de 9 años que descubre su talento innato para la música y a pesar de los contratiempos y carencias de su vida personal está dispuesto a convertirse en pianista.

Aunque es imposible omitir la realidad cubana, esta película se aparta de algunos tópicos que en los últimos años han sido el denominador común del cine hecho en la isla. No hay escenas de sexo, ni lenguaje vulgar, tampoco la fotografía se regodea en las fachadas roídas o las calles rotas.

Más bien la protagonista es la música y un niño con sus sueños y esperanzas al hombro. Un argumento de profundo humanismo que llega a cualquier público, en cualquier parte del mundo.

La banda sonora de la película lleva la autoría del reconocido músico Chucho Valdés, ganador de cinco premios Grammys y tres Grammys latinos.

La relación de trabajo con el maestro comenzó casi por casualidad. El director de la película y la directora de producción, Maritza Ceballo, asistían al festival de la marca de tabacos Habanos cuando se encontraron con Valdés y le propusieron colaborar con el proyecto. A pesar de ser un músico ocupadísimo y con muchos compromisos internacionales, no pudo resistirse al guión y aceptó.

La música se grabó en su estudio de Málaga, España, y para la ocasión el maestro salió a comprar un piano a una tienda local. Nadie sabe si por azar o en señal de buena suerte, el instrumento escogido para interpretar los temas llevaba la firma de su padre, el inolvidable Bebo Valdés.

Dentro del reparto de actores sobresale el niño Reynaldo Guanche, quien interpreta el papel protagónico, cuya gracia ha cautivado a las audiencias de todos los países donde se ha proyectado la película.

Este niño, según nos cuenta el director, fue seleccionado en un casting de 800 participantes y quedó por “mentiroso”. Pues al contrario de lo que había dicho, no tenía experiencia en el cine y tampoco sabía tocar piano.

Sin embargo, su madurez y ganas de actuar fueron las mejores cartas de presentación. Reynaldo demostró que había nacido para salir en la pantalla grande.

Para el rodaje de la película tuvo que sacrificar sus vacaciones de verano. Aprendió a tocar piano con Miriam, la hermana de Chucho Valdés y tomó clases de actuación. De la mano de la actriz Yuliet Cruz, quien interpreta a su madre, y del actor Manuel Porto, su maestro de música en la película, el niño se creció en la caracterización de su personaje.

La naturalidad de este pequeño actor conquistó al jurado del Festival Internacional de Cine Junior de Estocolmo. El premio más entrañable para su director de todos los que ha cosechado en corto tiempo.

La mayoría de los integrantes del equipo de realización de esta película jamás habían incursionado en el cine. Su director Jonal tenía una experiencia previa de la televisión, donde comenzó como sonidista y fue escalando peldaños hasta llegar a la codirección de series y novelas. Y fue en este camino de superación profesional donde aprendió a rodearse de los mejores para llevar a cabo su primer proyecto cinematográfico.

Encontrar financiamiento en Cuba para realizar un proyecto independiente no fue tarea fácil. Jonal Cosculluela tuvo que ir de puerta en puerta, guión bajo el brazo, para conseguir la colaboración de algunas instituciones cubanas.

El Instituto de la Música, la Asociación Hermanos Saíz y RTV Comercial contribuyeron en la parte económica. Después llegó la empresa española Mediapro que se encargó de la postproducción y la distribución de la película por el mundo.

Desde su estreno en la Habana, las buenas noticias no han cesado para el equipo técnico y actoral. Cosculluela quedó impresionado ante la acogida que tuvo el filme en las presentaciones más recientes de Nueva York y Miami.

Seguramente vendrán muchas más recompensas para esta película, pues cuando se trabaja con alma y corazón todas las puertas se abren.

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