Los siete días que cambiaron (y cambiarán) Francia y Europa

Los siete días que cambiaron (y cambiarán) Francia y Europa
Fecha de publicación: 
13 Mayo 2012
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Hace siete días festejaba su victoria en una multitudinaria e histórica fiesta en la Plaza de la Bastilla. Aún cubierto de confeti, el lunes se topaba con la cruda realidad del cargo: malos datos económicos y, sobre todo, las primeras reticencias de una Angela Merkel que ya le ha advertido que no está dispuesta a modificar el pacto fiscal europeo.

 

Envuelto ya en la vorágine diplomática, ha intentado alternar su 'vida normal' con las primeras citas con dirigentes europeos mientras prepara la transición 'republicana' en Francia.

 

La primera semana de François Hollande en el Elíseo ha sido agitada y en su estreno el presidente francés ya ha mostrado algunas de las cartas con las que va a tratar de obrar el cambio en Francia y en Europa. Para ganarle el juego a la crisis insiste en su intención de cambiar la estrategia de austeridad seguida hasta ahora por Angela Merkel y Nicolas Sarkozy por otra que contemple medidas para estimular el crecimiento en Europa.

 

En casa, su reforma fiscal se debatirá en julio en el Parlamento, mientras que en el plano social Hollande ya ha dicho esta semana que aprobará un proyecto para regular las uniones entre homosexuales antes de primavera de 2013, un compromiso que figuraba en su programa electoral. También cumplirá otra de sus promesas, la de adelantar la vuelta de las tropas francesas de Afganistán el año que viene, en lugar de en 2014.

 

Pero sobre todo el francés ya ha empezado a calentarse para salir al terreno internacional. A lo largo de lo largo de la semana pasada contactó con diferentes jefes de estado, entre ellos Angela Merkel, Barack Obama y David Cameron, y se reunió con Herman Van Rompuy y Jean Claude Juncker.

Semana importante

 

Si deja atrás siete días intensos, estos no son anda en comparación con los siete que se le avecinan. Aunque en Francia tendrá que culminar "la transición republicana", que incluye nominar al primer ministro y al futuro Gobierno, el reto se le plantea fuera de casa, donde afrontará reuniones clave, en concreto la esperada con Angela Merkel del martes y la cita con el presidente norteamericano, Barack Obama, el viernes.

 

El martes se celebrará la ceremonia de traspaso de poderes en París, en la que Nicolas Sarkozy se liberará de la carga presidencial y se la cederá a su sucesor. Tras el relevo, Hollande debería anunciar el nombre del primer ministro de su Gobierno. La mañana protocolaria dará paso a una tarde más agitada en la que el socialista viajará a Berlín para entrevistarse con Angela Merkel, cuyo partido sufrió el domingo un duro varapalo en las elecciones regionales en Renania del norte-Westfalia.

 

Se trata del primer viaje de Hollande como presidente francés y su primera toma de contacto cara a cara con la alemana, con quien tendrá que consensuar un punto de encuentro en la estrategia a seguir a partir de ahora en Europa en la lucha contra la crisis.

 

El miércoles tendrá lugar la formación del nuevo Gobierno, aunque mientras sus ministros hacen la mudanza, François Hollande volará a Estados Unidos para participar en la cumbre del G8 y donde se reunirá con Barack Obama.

No habrá descanso tampoco el fin de semana, pues el socialista participará en la reunión de la OTAN y solo está previsto que vuelva a París a principios de la semana que viene.

 

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