Eurocrisis: la receta de la austeridad pierde consenso

Eurocrisis: la receta de la austeridad pierde consenso
Fecha de publicación: 
13 Mayo 2012
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Los remedios impulsados por Merkel-Sarkozy para salvar a la eurozona no conforman a millones de votantes. Muchos economistas también creen que una dieta de ajustes, sin planes de crecimiento, está matando al enfermo europeo. Entre tanto, España se convierte en la nueva línea de fuego de la crisis de la deuda.

 

El 2 de marzo, casi todos los paises de la Unión Europea ­entre ellos, los 17 miembros del euro­ firmaron el Pac- to Fiscal que consagraba, como receta para la estabilización financiera de Europa, una brusca reducción de los déficit estructurales. Sólo quedaron pendientes las ratificaciones nacionales para que el instrumento entre en vigencia el próximo 1° de enero.

 

Alemania y Francia ­más precisamente, Merkel y Sarkozy­ fueron los puntales de ese armado. De eso hace apenas dos meses, pero desde entonces el piso de ese escenario se ha movido, especialmente en la última semana. En elecciones claves en dos países, uno del corazón de la eurozona y otro de su periferia, los votantes se pronunciaron en contra de la panacea del ajuste fiscal, espantados por el clima de recesión, desempleo y pérdida de beneficios sociales.

 

En comicios de los que debía surgir el nuevo primer minis- tro, Grecia asistió al avance de la izquierda, pero también de una extrema derecha antieuropea que conquistó bancas.

 

En Francia, segunda economía de la eurozona y factor indispensa- ble en cualquier armado europeo, se consagró presidente el rival de Sarkozy, el socialista Hollande. La misma noche de su victoria, Hollande dijo que "la reorientación de Europa hacia el empleo y el crecimiento" será su prioridad.

 

Pero la posición de Francia, cu- yas previsiones de crecimiento y déficit se han deteriorado, no será un paseo ante una Alemania que, como reducto próspero de Europa y caja fuerte de cualquier salvataje, se ha acostumbrado a fijar las reglas económicas al resto.

 

El martes, después de asumir, Hollande volará a Berlín a reunirse con Merkel. Desde Berlín, la canciller ya ofreció algunos anticipos. No habrá "crecimiento a crédito" para superar la recesión de la eurozona, dijo ante el Bundestag, y volvió a defender el "crecimiento mediante reformas estructurales". "Las elecciones no invalidan los acuerdos entre los Estados", machacó el viernes su ministro de Relaciones Exteriores, Guido Westerwelle.

 

Pero tampoco Merkel estará muy cómoda en su nuevo aislamiento, después de que su principal alia- do fue corrido por los votantes. El cálculo de algunos analistas es que la canciller podría estar dispuesta a aceptar un alargamiento de los plazos para que países como España reduzcan sus déficits, a cambio de conseguir una ratificación del pacto fiscal.

 

Grecia y España

 

En cuanto a Grecia, vista la evidencia del tajante rechazo electoral a la cura de ajuste, circulan teorías sobre un presunto "alejamiento ordenado" del euro, menos peligroso en la medida en que el país ya canjeó con gran quita buena parte de su deuda y los bancos acreedores ya descuentan en gran medida las pérdidas. El ministro de Finanzas alemán Wolfgang Schäuble pareció abonar esas conjeturas el viernes cuando dijo que el euro aguantaría una salida de Grecia.

 

Otros analistas ven en cambio esas declaraciones como parte de una esgrima de amenazas: el riesgo de contagio siempre está planteado, sobre todo ahora que España trastabilla. Y Grecia, por su parte, se expondría a una corrida bancaria generalizada En los dos últimos años, Euro- pa ha sido sometida a una dieta de austeridad. Los países redujeron gastos, achicaron beneficios jubilatorios, subieron impuestos. El crecimiento se paralizó, el desempleo estalló y ­no es una sorpresa para economistas heterodoxos que lo venían pronosticando­ los déficits fiscales se agrandaron, como mostraron el viernes los números de la Comisión Europea en Bruselas.

 

España fue el país que en for- ma más vehemente adhirió a ese plan doloroso, que el conservador Mariano Rajoy convirtió en eje de su gobierno. Pero el viernes, la estimación de la CE fue que los esfuerzos serán insuficientes y que Madrid no cumplirá con las metas de achicamiento del déficit ni este año ni el próximo. Y las previsiones sobre el PBI no fueron mejores: en 2013, España será el único país de la UE en recesión, prevé la CE. Hasta Grecia tiene un pronóstico mejor.

 

España tuvo esta semana su des- censo a los infiernos cuando Bru- selas obligó al gobierno a poner su sistema financiero bajo una auditoría ajena a su banco central. Fue después de que el gobierno tuvo que nacionalizar Bankia, el cuarto banco del país. Luces de alarma se encendieron sobre el verdadero estado del sistema financiero español y la fiabilidad de sus controles. Dos "entidades independientes" harán el diagnóstico sobre las carteras de los bancos dijo el ministro de Ecoomía De Guindos Cuando comenzó la crisis fi- nanciera que obligó a nacionalizar entidades en Inglaterra e Irlanda, España se jactaba de que su banco central había impedido la compra de los tóxicos bonos subprime de EE.UU. Pero España luego tuvo su propia versión de deuda tóxica, con la gran cantidad de dinero prestada por el sistema financiero a desarrolladores, constructoras y especuladores de tierras. Los bancos ahora tienen una enorme cartera de activos problemáticos y se han llenado además de inmuebles recuperados por falta de pago de los deudores.

 

A toda velocidad, el gobierno anunció el viernes su segunda re- forma financiera en dos meses. Los bancos deberán aumentar al 30% las provisiones sobre sus carteras inmobiliarias (y no sólo sobre los activos tóxicos) y el gobierno asistirá con capital a los que no puedan afrontarlo. El dilema es que este socorro oficial implica un mayor déficit fiscal, lo cual contradice los objetivos de la política de ajuste pactada mirando a Berlín.

 

Clarín.com

 

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