Guerra que nunca acabó

Guerra que nunca acabó
Fecha de publicación: 
21 Enero 2017
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Lo cierto es que no ha cesado ni un solo segundo la “guerra fría” que ha mantenido en ascuas al mundo, que creyó ver el triunfo imperecedero de Occidente, al lograr que gobiernos y dirigentes traicionaron los ideales del socialismo, gobernaran de espaldas al pueblo y, con penetración comprobada de las inteligencias enemigas, contribuyeran a la disolución de la Unión Soviética y la caída de regímenes aliados de Europa oriental.

La ahora muy publicitada llegada del contingente de tropas norteamericanas, calificadas por la nada beata y sí entreguista primera ministra polaca, Beata Scydlo, como las mejores del mundo, al recibirlas personalmente, desdicen los episodios históricos en los que Polonia y Rusia dirimieran diferencias y daban un carácter revanchista a la dirigente de una nación que fue invadida y casi destruida por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.

Pero antes del episodio polaco, ya Estados Unidos había desembarcado tropas y armamento por doquier en Rumania, Noruega, los Balcanes y otras naciones integrantes o no de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, sin contar con sus bases en Alemania y España.

A ello hay que agregar que oficiales y personal militar especializado de Estados Unidos han seguido en territorio turco, con misiles apuntando al territorio ruso; soldados norteamericanos permanecerán en Afganistán hasta el 2024, y otros muchos no han abandonado sofisticados bunkers en Iraq, donde incitan a la lucha terrorista interétnica y religiosa.

Y es que Estados Unidos sangra por las heridas de su virtual fracaso en Siria, gracias a la ayuda solidaria rusa al legítimo gobierno de Bashar al Assad; y no puede impedir el lógico apoyo de Moscú a la población ruso parlante que vive en Ucrania, atacada por neonazis, al tiempo que Rusia recibía el respaldo de la población de Crimea para devolver la península al territorio de la Federación.

Es decir, que Estados Unidos ha seguido poniendo en peligro a Europa, no pudo conseguir sus objetivos en las regiones del Cercano y Medio Oriente y fracasó en su intento de impedir el resurgimiento ruso.

Es más, me atrevería a decir que también fracasó en su política de eliminar a Cuba como país que construye el socialismo, cuando se encontró sin respaldo material durante años, lo cual es un punto a analizar en los reveses imperiales en una guerra fría que logró  aparentemente ganar, cuando coadyuvó a la destrucción del principal baluarte mundial que se le oponía.

Pero de entre las cenizas se resurge, y ahora la situación es diferente, y lo demuestra el mismo hecho de esa alocada invasión militar norteamericana a territorios de sus acólitos y genuflexos aliados europeos, que incluso han perdido centenares de millones de dólares al acatar las ordenes de Washington acerca de las sanciones económicas a Moscú.

Tal andamiaje montado contra Rusia se extiende hasta el Golfo Pérsico y lugares del Mediterráneo con la presencia de las flotas nucleares estadounidenses, pero todo sería borrón, aunque sin cuenta nueva, si se atrevieran a atacar directamente a Rusia, nada deseable porque sería el fin de la humanidad tal como ahora la conocemos.

La amenaza no es solo contra Moscú, sino que se extiende a Beijing, que ha consolidado los lazos  chino-rusos al respecto en este tema, que requerirá amplia y adecuada atención.

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