Filipinas: Dime quién te ataca…

Como expresamos en anterior comentario en este portal, no conocemos lo que augura el futuro, pero sí constatamos  en el presente una política diferente y audaz de un nuevo gobierno, cuyo presidente, Rodrigo Duterte, le gusta atender cada problema, y resolverlo satisfactoriamente.

Pero, como siempre, no todos están satisfechos, y la inicial política contra el narcotráfico y la corrupción, con la eliminación física de jefes mafiosos ya la puesta en prisión de centenares de políticos, jueces y oficiales de seguridad, ya han hecho salir ronchas a enemigos de dentro y fuera, que, de una manera u otra, temen que termine la cultura de la impunidad que ha existido desde hace muchos años en el archipiélago.

El mismo estilo que durante dos décadas ejerció en la ciudad de Davao es utilizada para toda la nación, sobretodo en la mencionada persecución a narcotraficantes y corruptos, por lo cual, increíblemente, ha sido acusado en el ámbito de Naciones Unidas de violar los derechos humanos, cuestión que Duterte rechazó y respondió con la amenaza de abandonar el organismo internacional si lo seguían molestando.

Pero todo ello no tiene tanta importancia como la actitud de legisladores estadounidenses, incluidos algunos de origen cubano, por haber liberado a 17 dirigentes rebeldes del marxista Frente Nacional de Liberación, brazo armado del Partido Comunista de Filipinas, entre ellos sus dos principales líderes y, sin muchos aspavientos, lograr un acuerdo del cese al fuego que podría ser indefinido, si cumple la promesa atender los reclamos sociales de los insurgentes.

Tampoco gustó a la reacción que una de las primeras -no sé si la primera- delegación filipina  que envió al exterior fue la de la Ministra de Educación a Cuba, quien acaba de regresar a Manila, donde en entrevista concedida a la Agencia Vietnamita de Noticias (VNA, por su sigla en inglés), mostró su entusiasmo por el sistema de salud de nuestra Isla y calificó de ejemplo de solidaridad y abnegación a los médicos internacionalistas cubanos.

Los detalles

El alto al fuego entre el gobierno y los rebeldes debe poner fin a un conflicto que ha durado casi cinco décadas y dejado al menos 40 000 muertos.

Ambas partes, en una ceremonia para sellar el acuerdo en un hotel a las afueras de Oslo, Noruega, celebraron las medidas para avanzar en las negociaciones después de 30 años de conversaciones.

El ministro noruego de Asuntos Exteriores, que fue el anfitrión de la ceremonia, instó a ambos lados a imitar el acuerdo entre el gobierno colombiano y las FARC-EP para acabar con el conflicto más largo de Latinoamérica, de más de 50 años.

"Espero que esto sea una inspiración", dijo después de cinco días de reuniones en Oslo. Noruega ha sido durante mucho tiempo un intermediario de acuerdos de paz en Colombia, junto a Cuba, y Filipinas.

Bajo el acuerdo en Filipinas, los rebeldes extenderán indefinidamente el cese de las hostilidades que expiraba tras las negociaciones de Oslo. El gobierno, a su vez, reafirmó el alto el fuego que estableció el 21 de agosto, que podría haber finalizado si no se hubiera llegado a un acuerdo con las guerrillas.

El Frente Nacional de Liberación cuenta hoy con unos 4 000 miembros, de los 80 000 que llegó a tener inicialmente, una fuerza de choque que atacó y penetró en las enormes bases que Estados Unidos tenía en el archipiélago y causar numerosas bajas a los marines.

Otra cuestión que molesta a la ultraderecha es la decisión oficial de estudiar el sistema de salud de Cuba, con las posibilidades de extenderlo a toda la nación.

Duterte, sin anunciarlo, tiene la oportunidad de realizar lo que prometió la que fue su más fuerte oponente en la contienda electoral, Grace Poe, hija de un fallecido actor de televisión, quien fue candidato presidencial y al que se afirma le arrebataron fraudulentamente la victoria.

Fernando Poe tenía un ambicioso y lúcido programa para combatir la pobreza y no dejar a niño alguno abandonado. De origen y estilo de vida humilde, no pudo imponerse en una sociedad aristocrática dominada por la corrupción.

Hoy Duterte ya da pasos para no dejar desamparados a los miles de niños que deambulan por los tristemente célebres -por sus accidentes y ser focos de enfermedades- basureros o basurales del país, muchos de los cuales funcionan clandestinamente.