Las ayudas arbitrales al Barcelona

Como verán a continuación, he tenido motivos para escribir estas líneas desde hace un buen tiempo, pero prefería guardar silencio para no molestar a los aficionados al mejor equipo del mundo en estos momentos.

Poco importan los enemigos que me salgan, pero he llegado a sentir indignación al ver cómo se perjudica deliberadamente a un plantel para beneficiar a otro, llámese como se llame.

El partido de este martes entre Barcelona y Milán AC colmó mi paciencia, porque ya he visto demasiado de lo mismo.

El penalti cobrado al defensa Alessandro Nesta me pareció la muestra más evidente, no la única, de que el colegiado holandés Bjorn Kuipers haría lo necesario para que ganara el conjunto catalán.

Ojo, la falta existió, y según el reglamento se debe pitar. Lo raro es que cuando de favorecer al Barcelona se trata los “imparciales” aplican a rajatabla el manual. ¿Cuántas veces se han visto estas faltas en los cobros de tiros de esquina? En esos tironeos, en el 99.9 por ciento de los casos se cobra la falta del atacante y se soslaya la del defensor. El propio Nesta, un veterano curtido en todo tipo de competiciones, está bien consciente de eso y realizó su labor acostumbrada.

De ahí en adelante el partido se rompió, porque el 1-1 clasificaba al once italiano y con el 1-2 en contra estaban nuevamente obligados a ir al ataque, donde no se sienten particularmente cómodos, en especial contra este Barcelona. Previamente se pudo marcar un penalti sobre el sueco Zlatan Ibrahimovic, pero Kuipers no lo vio. El propio Ibra, exbarcelonista, criticó la labor arbitral.

Como decía al principio, no es la primera vez. En la semifinal de la Liga de Campeones de 2009 contra el Chelsea inglés, el noruego Tom Henning dejó de marcar dos penas máximas a los Blues a poco del final, quizás para reparar una expulsión previa de Eric Abidal sin justificación. En la de 2011, en la vuelta del duelo contra Arsenal correspondiente a cuartos de final, el árbitro suizo Massimo Bussaca sacó una segunda amarilla al delantero holandés Robin van Persie por seguir la jugada después de haber pitado. ¿No estamos cansados de ver esto prácticamente en todos los partidos? ¿Cuándo se le saca amarilla al delantero? Vuelvo a inclinarme por el 0.01 por ciento favorable a lo sucedido con el Barca.

El DT Pep Guardiola ha dicho en innumerables ocasiones que no le gusta hablar de los árbitros. Claro, no puede hacerlo, y si lo hace debe ser para agradecerles, porque todavía no he visto un fallo que perjudique a los suyos en un partido importante, ni de Liga, ni de Copa, ni de Champions.

En la previa los jugadores pedían el apoyo de sus aficionados en el Camp Nou, como hacen siempre que las cosas lucen complicadas, pero lo tuvieron desde el sector más impensado: silbato en mano.

Lo peor es que Barcelona no lo necesita, hizo más, mucho más que el Milán para acceder a semifinales, pero se gana con goles y no con merecimientos y alguna mano invisible parece empeñada en que los blaugranas terminen sus partidos con tranquilidad.

De todas maneras, desde este rinconcito humilde, siempre que tenga una tribuna pondré un asterisco al lado de los títulos de 2009 y 2011, y el de este año… si se lo llevan.