Macri no se detiene: Demoliendo al trabajador argentino

Macri no se detiene: Demoliendo al trabajador argentino
Fecha de publicación: 
11 Julio 2016
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En menos de siete meses de gobierno, el presidente Mauricio Macri  ha dejado “chiquito” al del ex mandatario y admirado por él Carlos Ménem, al llevar a decenas de miles de los trabajadores argentinos a una grave y nunca vista situación de empobrecimiento, además de mantener el ritmo de desempleo, despreciando impunemente las ordenanzas legislativas que tratan de detener tal política de desprecio.

Macri confiesa que lo que está haciendo ahora fue mantenido en silencio durante su campaña electoral, de ahí que las continuadas manifestaciones en su contra muestran la indignación de trabajadores y jubilados, algunos de los cuales que llegaron a votar por él, engañados por una propaganda mediática que prometía eliminar presuntos vicios del pasado.

Simplemente, Mauricio  Macri ha cumplido fielmente la  política neoliberal de enriquecimiento a quienes controlan las riquezas, la mayor parte de los medios de comunicación y la política exterior.

Mientras coquetea con la Alianza del Pacífico,  ente neoliberal que torpedea proyectos de integración, ya ha puesto en marcha desde el inicio de su mandato, sin tener en cuenta el poder adquisitivo del argentino medio, una  devaluación del sistema monetario que no reprime la inflación, con la liberación de los precios y la dejación al mercado de las cuestiones respecto a los precios relativos.

Ya ha ido logrando eliminar los subsidios al gas, la electricidad y al transporte, los impuestos a las ganancias y a las operaciones con cheques, y unificar el mercado cambiario para que todos los que tengan que vender o comprar divisas lo hagan en el único libre de cambio sin restricciones.

O sea, una política irresponsable de entrega oficial que, combinada con la insuficiente producción nacional, puede llevar a la recesión y a un mayor sufrimiento para la mayoría del pueblo argentino.

En este contexto se ha obligado a acuerdos entre empresarios y trabajadores, en el que los primeros condicionan la estabilidad laboral a la negociación salarial, en tanto el Ministro de Economía negocia los aumentos en base a expectativas inflacionarias".

Todo esto se traduce en que los empresarios no están dispuestos a dar aumentos sin “flexibilizar” el trabajo, o sea, precarización laboral y salarial.

Y, por su parte, el Ministro de Economía, no plantea recuperar el 35% perdido por la devaluación, sino que propone pasar eso “a pérdida” y negociar en base a la “expectativa inflacionaria” de este año.

Macri prometió una política de “cambio”, y lo ha cumplido, porque ha sido para mal, como se puede comprobar en estas cifras reconocidas oficialmente:

Los despidos ascienden a 61 096 en el sector público y 80 446 en el sector privado, lo que da un total de más de 141 000 entre diciembre y marzo, es decir, sin contar los más recientes meses.

En relación a los servicios básicos, en el Área Metropolitana de Buenos Aires aumentaron las siguientes tarifas: Electricidad residencial: 365.9%; electricidad no residencial: 588.4%; gas residencial: 194.4% gas no residencial: 595.4% (industria y comercio); transporte: 100%; agua: 220%.

Las ventas minoristas cayeron en enero 2, 3%; febrero, 4,5%; marzo, 5,8%; abril, 6,6% y mayo, 9,2% de este año en comparación al mismo período del 2015, cinco meses de caída consecutiva. La Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes informó que el consumo de carne vacuna cayó 5,2%  en el primer cuatrimestre del 2016, en tanto el Banco Central de la República Argentina informó que, desde su asunción, la moneda se devaluó casi un 45% de 9.75 a 14.1 pesos por dólar, en tanto la producción industrial ha caído alrededor de un 6,75% como promedio en comparación con el año anterior.

Se eliminaron las retenciones al trigo, maíz, carne y productos regionales. Para el caso de la soja, se redujo un 5%  para el 2016 y se anunció una reducción escalonada. Asimismo, los derechos de exportación a las mineras.
Todo esto sin mencionar el incremento de la campaña para denigrar a la ex mandatara Cristina Fernández, en la misma línea que la reacción latinoamericana utiliza contra Dilma Rousseff en Brasil, Nicolás Maduro en Venezuela y otros presidentes progresistas latinoamericanos.

Cambio para peor, para empobrecer al trabajador argentino es la meta que va cumpliendo la política demoledora de Mauricio Macri.

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