Vuelve a la escena La niña que riega la albahaca y el príncipe preguntón

La Sala Pepe Camejo de Matanzas acoge la puesta inspirada en un cuento popular andaluz, recogido por Federico García Lorca, en 1923. Estaciones, uno de los colectivos más exitosos del teatro de títeres en Cuba, lo estrenó el 17 de junio de 1996, en el patio interior del Museo Farmacéutico Ernesto Triolet, y desde entonces ha sido una de las cartas de triunfo del repertorio de la multilaureada agrupación.

Una nota divulgada a propósito de la reposicón recuerda que «el montaje, dirigido artísticamente a cuatro manos por Zenén Calero, también diseñador de la pieza, y Rubén Darío Salazar, actor-titiritero en escena, obtuvo el Premio Villanueva de la crítica teatral a los mejores espectáculos del año, convirtiéndose en el primer galardón de esta categoría alcanzado por Las Estaciones. Después se alzó con los premios como mejor puesta en escena y actuación del Festival Nacional de Teatro de Pequeño Formato de Santa Clara, el Premio especial del jurado del Encuentro Profesional de Teatro para Niños y Jóvenes de Guanabacoa, los premios de puesta y actuación del Festival Nacional de Monólogos y Espectáculos Unipersonales de La Habana, más el Premio Caricato de Teatro para Niños de la Uneac a la mejor dirección artística, entre otros galardones».

La pieza ha sido representada con gran aceptación de público y crítica en España, Italia, Estados Unidos, México, Venezuela, República Dominicana, Uruguay, y en varios festivales nacionales. Ahora regresa a un retablo mucho más maduro, crecido en experiencia y con ese talento fundacional que caracteriza el trabajo de Estaciones, todo se confabula para esperar junto a los protagonistas quelas de este fin de semana serán presentaciones de culto:

«Serán funciones únicas que celebrarán las dos décadas de intenso laboreo de una puesta en escena que marcó al teatro para niños y de títeres de la Isla, cuando una joven hornada de artistas del retablo se constituyeron en lo que el investigador, crítico y dramaturgo Freddy Artiles nombró el “boom de los 90”».