Rostros de pequeños colosos en las paredes de La Habana
especiales
¿Cómo surgieron estos niños-murales?
«Estos niños surgen a inicios de 2015. Me interesó que mi arte se volcara hacia mi comunidad, decorarla, y se me ocurrió esta idea de los colosos; así le llamo a esta serie de retratos porque para mí los niños son grandes colosos importantes en la construcción y desarrollo de una sociedad, del futuro, y por eso los agiganto, con este sentido; por eso nacieron estos murales».
He leído que no recibes ni pides financiamiento alguno para este proyecto. ¿Cómo lo haces viable?
«No me interesa recibir financiamiento de ningún sector ni de ningún ser individual. Este arte, como es para todos, yo trato de financiarlo con mi trabajo, con mis lienzos, pues quien financia a veces dice dónde hay que pintar, qué hay que pintar y a la hora que hay que pintar; entonces yo quiero tener toda la autonomía para poder hacer esta idea lo más libremente posible».
¿Y así ha sido?, ¿no has encontrado trabas?
«No, para nada, el Poder Popular y las principales instituciones del gobierno han estado muy de acuerdo con esta idea, están alegres por esta iniciativa y ha sido todo muy positivo en ese sentido».
Los vecinos, ¿cómo lo toman?
«Hay muchas que están en lugares públicos, pero hay muchas que están en fachadas de casas. Siempre que exista una pared que tenga las condiciones ideales para mi obra, yo la plasmo ahí, sea una bodega o una vivienda, siempre pidiendo los permisos necesarios. Sinceramente, hay personas que no les gusta mucho la idea de tener su pared pintada, porque no entienden la obra, pero otras sí se muestran muy afectivas, muy de acuerdo, incluso algunos me han buscado con esta iniciativa. Yo explico siempre que no todas las paredes me funcionan, tienen que tener el tamaño necesario y que me funcione también el espacio donde está emplazada esa pared, pero bueno, sí, la respuesta ha sido positiva por parte de la comunidad».
¿A veces te impresiona una pared?
«Yo voy a veces caminando y veo paredes muy interesantes para mi obra».
¿Y qué las hace interesantes?
«Quizás el contexto arquitectónico donde está ubicada, la dimensión, las características del color que habita en ese entorno; son muchos elementos que me pueden llamar la atención…»
¿Cómo escoges los niños?, ¿quiénes son?
«Al principio comenzó con niños de mi vecindario, le pedía permiso a los padres y les explicaba de qué va la idea, que es basada en un pensamiento martiano: “los niños son la esperanza del mundo”, y a mí me interesa agigantarlos con este sentido, les hacía fotos y así trabajaba… Todos esos niños parten de fotografías, yo pinto y hago murales, pero me considero un fotógrafo, porque realmente parten de una fotografía inicial que yo revelo pictóricamente, por decirlo de alguna manera».
Entonces no son definitivamente niños muertos…
«No, lo que sucedió fue que en 19 y 70, una intersección bastante transitada, mientras estaba trabajando en la segunda obra, ocurrió un accidente. No falleció nadie, pero las personas, erradamente, comenzaron a pensar que la niña que yo estaba representando era una niña que había fallecido en el accidente; entonces crearon toda una historia, una leyenda popular, y he tenido que luchar contra eso. Ya voy como por 16 obras y todavía muchas personas piensan que son niños fallecidos, y para nada... Me interesa fotografiar niños reales y actuales y trasladarlos a esas paredes».
¿Cuál es el mensaje de estos niños para el espectador?
«Me interesa representar al niño cubano, las imágenes son todas de niños bien cubanos, no en el estereotipo clásico que la gente piensa que tienen que tener un físico determinado o un estado racial específico. No, yo busco imágenes de cualquier niño porque pienso que todos los niños de Cuba van a reflejar de un modo u otro la cubanía. Yo los veo como las caras del futuro, esa es la esencia de mi obra, pienso que a los niños de hoy es importante incentivarles valores como el humanismo, garantizarles la educación, un sistema social adecuado para que sean un cimiento sólido para esta nación…»
Los rostros son siempre muy expresivos en tus niños. ¿Qué emociones te interesa mostrar en ellos?
«La palabra precisamente es emoción, me interesa que el retrato dialogue con el espectador transmitiendo precisamente emociones, todas las expresiones no tienen que ser iguales, es decir, yo busco que las expresividades infantiles varíen, no necesariamente tienen que estar riéndose, no todos los niños tienen que estar riéndose y eso no quiere decir que el niño sea triste, puede estar, por ejemplo, mirando hacia el cielo y no es el cielo religioso que tiene pensado el cubano, sino es, digamos, una visión del futuro, cuando yo los realizo mirando así hacia arriba es simbólicamente mirando hacia ese futuro que yo trato de plantear con mis obras… un poco los traslado, los quito de este presente inmediato y sus miradas están en otro espacio, en otra dimensión, otro pensamiento…»
¿Por qué poner tantas energías en un proyecto como este?
«Se trata de darle un poco de belleza a mi comunidad, un sentido también de agradecimiento a la comunidad donde resido. Cuando veo una pared deteriorada y pienso que mi obra o mi arte, pueden mejorar ese espacio o mejorar la visibilidad, pues aprovecho la idea. En diferentes espacios he tratado de incentivar a amigos artistas para que tomen esta idea, pues sería muy interesante para la comunidad que varios artistas se volcaran e hicieran propuestas como esta, lo que pasa es que el arte hoy en día está un poco mercantilizado y es lógico que el artista tiene que vivir de su trabajo, pero entregar un poquito a la comunidad donde residimos, yo pienso que puede ser importante y eso no te va a desvalorizar como artista ni te va a hacer más rico ni más pobre».
¿Continuarán apareciendo niños en las paredes de Playa?
«Tengo pensado continuar, pienso que aún me faltan muchas paredes por descubrir y por experimentar con ellas».
¿Nos cuentas sobre el resto de tu obra?
«Colateralmente trabajo también una obra en lienzo, es decir, tengo una colección bastante amplia de retratos en lienzo, no con el tema infantil ya específicamente; con otros grupos etarios, pero sí he seguido la línea del retrato realista, siempre a partir de fotografías que yo revelo a estos lienzos».
¿Por qué retrato realista, cuando está tan de moda entre tu generación el arte conceptual?
«Hay muchos artistas contemporáneos cubanos jóvenes que tienen diferentes tendencias y diferentes modos de mirar el arte, hay muchos que están apostando por una obra, digamos, más conceptual, donde la parte formal o académica, tradicional de la pintura se ha perdido un poco y yo lo respeto y admiro ese trabajo y lo aprecio, ahora, yo como artista he decidido seguir ese sendero de la tradición del retrato, aunque a partir de la fotografía, que es una técnica más nueva, la esencia de mi obra es fotorealista, porque nace de una realidad que ha captado un lente».
Maisel López es graduado de la Academia de Bellas Artes de San Alejandro, tiene alrededor de siete exposiciones personales y varias colectivas, ha obtenido por dos ocasiones el Gran Premio en el Salón Habana de artes plásticas y es profesor en la Casa de Cultura. Disfruta enseñar, crear y compartir, se dice martiano y lo concreta cada vez que pinta la esperanza para su nación en algún muro y lo convierte definitivamente en arte.
Añadir nuevo comentario