EN LIBRERÍAS: El viaje, de Sergio Pitol

EN LIBRERÍAS: El viaje, de Sergio Pitol
Fecha de publicación: 
19 Marzo 2012
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Sergio Pitol vio Venecia sin espejuelos. Como es miope, la ciudad se le reveló  con el desenfoque de los sueños. Había, casi  desdibujada, una ciudad frente a él, piedra sobre  agua… Pero en la imaginación era otra —erigida  a partir de lecturas y ensoñaciones. Otra ciudad  y al mismo tiempo la misma. Fue una visita maravillosa.  

La anécdota, que Pitol ha narrado en varias  oportunidades, puede ofrecer una idea bastante  exacta de las coordenadas literarias del célebre escritor  mexicano: para él la memoria es un mecanismo  en el que coexisten los hechos irrefutables y la  monda y lironda invención.  

Los que han leído los libros de Pitol —no tantos  en Cuba, pues aquí ha sido publicado poco y tarde—  saben que más que la certeza monolítica del  planteamiento, importa la belleza de lo dicho… y el  abanico multicolor de las posibilidades.  

Uno lee El viaje, el libro que Torre de las Letras ha publicado recientemente, y se asombra por el desparpajo delicioso del autor.  

A primera vista, uno no sabe muy bien a qué se  enfrenta: ¿es una selección de crónicas? ¿Un diario  de viaje? ¿Un ensayo literario? De todas maneras,  no hace falta definirlo. El viaje es todo eso al mismo  tiempo… y también es un inventario de delirios,  un monólogo pletórico de interesantes digresiones,  un amago biográfico…  

Pitol nos narra en primera persona un viaje  a la Unión Soviética de la segunda mitad de los  años ochenta (Rusia y Georgia específicamente),  en plena perestroika, un proceso de reformas que  en aquel momento no se veía muy bien a dónde  iban a llegar.

Habla de sus encuentros con artistas,  escritores, gente de pueblo; de sus lecturas  del momento; reflexiona —sin que pretenda  pontificar— sobre los acontecimientos; aventura  posibles desenlaces…

Pero el recuento se interrumpe  aquí y allá con referencias a escritores  rusos proscritos o sencillamente eliminados en  las purgas de los años 30 y 40; con memorias de  anteriores viajes; con recuerdos de infancia; con  detalladas relatorías de sueños que entroncan  con cierto expresionismo…  

Nadie espere entonces un libro convencional de  memorias. Encontrará, eso sí, un estilo de altísimo  vuelo, que se desborda en expresiones ingeniosas,  en giros inesperados, en imágenes sencillas pero  sumamente efectivas…

Poderosa la técnica de Sergio  Pitol, tan poderosa que pasa inadvertida. Al final  uno cree que le han estado haciendo —en un  tono hasta cierto punto confidencial— el resumen  pintoresco de una aventura.  

Nada aquí delata al escritor presuntuoso, sino  al viajero interesado y muy observador, que no duda  incluso en meter las narices donde no se supone que  las meta.  

El viaje forma parte de ese grupo de textos en  los que Sergio Pitol ha volcado las impresiones de  tantos itinerarios —vitales, literarios, oníricos—,  libros en los que la realidad aparece siempre velada  por un caudal de fascinantes distorsiones.

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