Elecciones en Siria: Venciendo la adversidad

Elecciones en Siria: Venciendo la adversidad
Fecha de publicación: 
18 Abril 2016
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 Puede ser que provocara dudas y escepticismo convocar y celebrar elecciones legislativas en una nación aun agredida, que durante más de cinco años ha perdido unos 270 000 de sus hijos y gran parte de su infraestructura, que incluye patrimonios de la humanidad.

Pero lo cierto es que la ofensiva del ejército, con el solidario y legal apoyo de Rusia, ha logrado liberar 11 de sus 14 provincias, donde la actividad terrorista ha desaparecido por completo, al ser anulada la presencia de un Estado Islámico (EI) surgido de las inteligencias enemigas del Imperio, que luego se deshizo en lamentaciones, al volverse en parte en su contra, haciéndole víctima de las maldades destinadas a sus enemigos.

Ahora Estados Unidos, Alemania y otros conspicuos integrantes de la Organización del Tratado del Atlántico Norte llaman a rebato para que se desconozcan los resultados de unos comicios solo ausentes de tres provincias ubicadas cerca de Turquía, donde Siria y Rusia se han comprometido a eliminar a los invasores mercenarios y fundamentalistas que aún gozan del apoyo de Ankara, que todavía lamenta haber perdido el espléndido negocio de la venta de petróleo birlado por el EI al pueblo sirio.

Llama la atención el desatino de algunos medios desinformativos que se dicen objetivos, pero bailan al compás del Imperio, descollando los españoles El Mundo y El País, cuando repiten una y otra vez la “ilegitimidad” de  las elecciones en una nación en guerra, pero callan que las organizaciones contrarias al gobierno de Bashar al Assad  aceptaron previamente su participación,  con el fin de aspirar a estar representadas entre los 250 legisladores que serían electos de un total de más de 3 000 aspirantes.

LEGÍTIMO E ILEGÍTIMO

El propio Estados Unidos y Rusia se habían puesto de acuerdo en noviembre pasado en la necesidad de celebrar elecciones cuando fueran posibles, lo cual el propio EE.UU. demoró con sus amañados bombardeos al EI, con una coalición que demostró tal inefectividad que hace dudar de sus intenciones.

Es decir, hicieron un “paripé”, pretendiendo atacar al EI durante año y medio, pero no obstaculizaron -como sí hizo la aviación rusa-, permitiendo la ya comentada financiación mediante la venta del petróleo a la familia del presidente Erdogan, de Turquía, un aliado en la zona, dejando a esta que invadiera territorio sirio y masacrara a los kurdos, quienes sí habían combatido consecuentemente a los terroristas.

Incluso, en más de una ocasión, el presidente Barack Obama y el secretario de Estado, John Kerry, calificaron de “oposición moderada” a los integrantes de la entidad terrorista Al Qaeda.

Y es porque EE.UU. en aras de su hegemonismo y avidez de riquezas ajenas, le da trabajo estar de acuerdo en algo que beneficie al maltratado pueblo sirio, cuando muchos de sus hijos ya han regresado al país y ayudan a su reconstrucción, incluso en labores de sumo cuidado junto a especialistas de Naciones Unidas en la ciudad patrimonial de Palmira, virtualmente destruida por los vándalos del EI.

Para unos necesarios comicios que ayuden a emprender el camino de la recuperación, la participación fue alta, exenta de hechos delictivos y terroristas, con respeto de las más de 40 organizaciones participantes, con una democracia en la que no fue necesario el predominio del dinero, ni el abarrote propagandístico sobre “caucus” y primarias que adornan el show preparatorio de las elecciones norteamericanas.

El obispo Lucas Khouri, Asociado del Patriarcado Ortodoxo Griego en Siria, subrayó que hubo una amplia participación de los sirios en las elecciones, lo que refleja la fuerte voluntad del pueblo sirio y su determinación en confirmar la soberanía de su país y rechazar cualquier interferencia en sus asuntos, como pretenden el Imperio y sus acólitos.

Las elecciones legislativas ocurren en medio de un proceso nacional de reconciliación y están deslindadas de las negociaciones por la pacificación del país que continuarán a finales de abril en Ginebra, Suiza.

E, independientemente de sus resultados -que serán dados a conocer en los próximos días-,  lo más importante, reitero, es este gesto decidido de un pueblo que ama a su nación, dispuesto a estrechar los lazos fraternales que siempre les ha unido, no obstante las diversas tendencias.

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