Las luces de Raúl Paz

Las luces de Raúl Paz
Fecha de publicación: 
8 Abril 2016
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Por eso prefiere que lo identifiquen como músico y no como actor, aún cuando fue en este medio donde primero se conoció en Cuba.

 

Raúl Paz fue del pequeño pueblo de San Luis, en Pinar del Río, donde están sus orígenes, a convertirse en protagonista de espectáculos musicales en varios rincones del mundo y aún así es parte de esta Isla incondicionalmente, pues- como dice en sus composiciones-, cubano siempre se quedará.

 

Su estancia en países como Uruguay, Argentina, Brasil y la más larga de todas, en Francia, ha incorporado diferentes elementos a sus temas.

 

“Me encanta vivir aquí, que me identifiquen como cubano, pero es innegable que tengo una influencia directa del territorio galo, después de haber vivido casi 20 años en esa nación.

 

“Allí estudié música clásica. Fue el primer lugar donde se divulgó lo que hacía, donde, por necesitarlo para subsistir, retomé mi vocación de compositor que venía desde que era niño, y todo eso marcó mi carrera y es lo que le da una particularidad.”

 

Aunque ya son ocho los álbumes que integran su discografía, confiesa que hacer música constituye realmente complicado en cualquier lugar, por todo lo que implica.

 

“La música resulta un vehículo social, comunica algo, siempre busca transmitir una idea, al menos lo veo así, y es una interrelación total con quien te escucha.”

 

Por tal motivo no hace distinción a la hora de escribir, lo hace para cualquier persona.

 

“No creo que tenga un público que me siga, eso es muy variable, porque depende de circunstancias, de intereses y todos siempre estamos en constante evolución.

 

alt“Canto para todo el mundo y trato de no inventarme personajes sino de acercarme lo más posible a la honestidad, a quien soy realmente.

 

“Intento lograr un equilibrio y creo que es perjudicial el elitismo dentro de la música, no hay por qué darle el apellido de inteligente o menospreciar, lo más importante apunta al mensaje que se quiere dar a entender.

 

“Aunque a veces crear está relacionado con eso que llaman la musa de la inspiración, también es un oficio. En ocasiones lo hago por encargo y han salido también de allí buenas composiciones.

 

“Ese proceso es un poco inexplicable, es como tener otro yo, algo bien parecido a la locura y muchas veces las ideas aparecen para sorprenderte.”

 

Paz ha tocado en bares y en sitios en los cuales cualquier intérprete desearía actuar. Ha compartido escena con figuras como Tito Puente, Diego el Cigala, Pasión Vega, Rosario Flores y Manu Chao, entre otros.

 

En Madrid, Berlín, Marruecos, Lima, Barcelona, La Habana o Ciego de Ávila, el también embajador de Buena Voluntad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) busca la empatía con sus espectadores y deja que la energía sea recíproca.

 

“He vivido muchas cosas, algunas difíciles y otras no tanto, pero mi filosofía es siempre ir adelante.

 

“Amo la vida, haber nacido en esta época, con sus problemas y todo lo que viene; busco en cada instante la felicidad, la encuentro a veces y con eso es suficiente.”

 

Quizás de esos instantes de plenitud sean en los que subido en un escenario, las luces se encienden en un encuentro casi cómplice, donde todo gira en torno a la música, como lo hace parte de su vida.

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