Combo beisbolero: Tampa Bay, historia, Latino y Víctor Mesa

Combo beisbolero: Tampa Bay, historia, Latino y Víctor Mesa
Fecha de publicación: 
18 Marzo 2016
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Un hervidero de personas en las más disímiles funciones, ir y venir, silencio, indicaciones, varios hombres orquestando, como si se tratase de una obra colosal.

La imagen al pie del terreno, o para ser más exactos, desde que nos acercábamos por la calle Pedro Pérez, era bien diferente. Fachadas pintadas, calles reparadas, lucecitas montadas para una escena trascendental como la que será el partido de béisbol entre el equipo Cuba y el Tampa Bay Rays, de la Major League Baseball (MLB).

Las obras

Un impulso supersónico, que incluyó la sustitución y puesta a punto del césped del diamante, las áreas traseras del home y los laterales en 58 días, con los saberes conjuntos de especialistas de la Estación Experimental de Pastos y Forrajes de Indio Hatuey, Matanzas, con Luis Alberto Hernández, jefe del Programa de Investigación y Producción de Césped a la cabeza, y de cinco ingenieros estadounidenses, bajo el mando de Murray Cook, presidente de Brickman Sports Turf, una división de la compañía Brickman Group, Ltd, encargada de certificar la calidad de los parques de la MLB.

 

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El pedigrí de 32 años de experiencia avala a Cook, quien colabora con la Gran Carpa desde 1989 en calidad de consultante de terrenos en partidos de exhibición en el extranjero, además de brindar apoyo de acondicionamiento en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, Atenas 2004 y Beijing 2008.

Lo cierto es que casi todos los objetos de obra estarán listos para la entrega del parque Latinoamericano el próximo domingo.

«Quedan algunos detalles, especialmente imprimirle mayor intensidad en esta recta final de trabajo a la zona de seguridad y los bullpen, que se han remodelado completamente. Estamos satisfechos con el proceso de crecimiento del césped. El resultado ha sido positivo, nivelamos el terreno, le pasamos cilindro y las altas temperaturas y riego garantizado contribuyeron a la aceleración del proceso. Ahora resta aplicar un biofertilizante para homogeneizar el color verde en todas las partes del campo», aseguró Hernández.

Además, valoró de muy positivo el intercambio con los especialistas de la MLB: «todo el tiempo nos hemos mantenido laborando en constante comunicación, tienen valoraciones positivas de lo logrado en un período tan breve de tiempo. El objetivo de materializar un choque histórico en un terreno con la mayor calidad posible es común, como también las experiencias y sugerencias recibidas en este tiempo de intercambio», ahondó.

Asimismo Phil Bradley, asistente especial de la Asociación de Jugadores de MLB, también se encuentra en La Habana y manifestó en intercambio con la prensa: «el terreno estará listo el martes venidero, amén de que todos los escenarios internacionales, fuera de Estados Unidos, necesariamente no van a tener el mismo nivel cualitativo que los terrenos de MLB.

«En este caso, podrán competir en un estadio muy bonito; los peloteros están muy emocionados por la oportunidad de venir a Cuba, verla y conocer sobre el país y su béisbol. Para ellos es muy positivo salir de la dinámica de los entrenamientos de primavera en la Florida y probar su forma en otro ambiente».

Además, las obras incluyen la instalación de lámparas de tecnología LED y fabricación china en las torres de iluminación, remozamiento de las butacas, pintura, la instalación de una jaula de bateo provisional para los visitantes, entre otros objetivos.

En lo deportivo

Por estos días de revuelo también ha habido remembranzas. Muchos recuerdan los dos partidos celebrados por nuestro team Cuba y los Orioles de Baltimore en 1999: primero el revés sufrido 2-3 en el propio Latino por nuestras huestes en 11 innings, y luego el desquite con sonrisa de 12-6 en el Candem Yard de Baltimore.

 

Cuba-Orioles

De vuelta al Tampa Bay, nació como franquicia de la MLB el 31 de marzo de 1998, con el Tropicana Field como cuartel general de siempre.

Insertados en la división Este de la Liga Americana, indiscutiblemente la más fuerte, pues militan además poderosas selecciones, todas ganadoras de Series Mundiales: Yan­kees de Nueva York, Medias Rojas de Boston, Orioles de Baltimore y Azulejos de Toronto.

No fue hasta el año 2008 cuando por primera vez finalizaron punteros, al ganar 97 juegos. Luego derrotaron a los Medias Rojas en la serie de campeonato, 4-3, antes de llegar a la Serie Mundial y caer ante los Filis de Filadelfia, 1-4.

En total, durante 18 temporadas, el Tampa Bay logró incluirse cuatro veces en los play off. Promedia 464 con 2 914 juegos, de ellos 1 352 victorias y 1 562 derrotas, rendimiento positivo tomando en cuenta su juventud y el bajo presupuesto salarial, en comparación con otros, lo cual obliga a cambiar constantemente la plantilla.

En La Habana desembocarán con 34 jugadores, entre los que sobresalen las estrellas Chris Archer, Evan Longoria y Kevin Kiermaier.

El grupo se compone de la mayoría de los titulares y solo convocaron a un jugador no incluido en el roster de 40, el camagüeyano Dayron Varona, invitado a los entrenamientos primaverales del elenco floridano.

El mentor Kevin Cash confirmó como abridor al zurdo Matt Moore, natural de Fort Walton Beach, Florida, quien viene de una temporada de transición, después de su cirugía Tommy John para reparar daños en el ligamento del codo en el brazo izquierdo. Moore se perdió casi todo el 2014 y la mitad del 2015 como parte del proceso de recuperación.

Receptores: Curt Casali, Hank Conger y Rene Rivera. Jugadores de cuadro: Tim Beckham, Logan Forsythe, Nick Franklin, James Loney, Longoria, Brad Miller, Logan Morrison, Taylor Motter, Steve Pearce y Richie Shaffer. Jardineros: Corey Dickerson, Brandon Guyer, Desmond Jennings, Kevin Kiermaier, Mikie Mahtook, Steven Souza Jr. y Dayron Varona. Lanzadores: Chris Archer, Matt Andriese, Andrew Bellatti, Brad Boxberger, Xavier Cedeño, Alex Cobb (lesionado), Alex Colome, Danny Farquhar, Steve Geltz, Moore, Enny Romero, Drew Smyly, Ryan Webb y Chase Whitley (lesionado).

Cartas antillanas

No importa si hablan bien o mal de mí, lo importante es que hablen… Ahora mismo no hay una frase que se ajuste más a Víctor Mesa que la de Walt Whitman. Nuevamente «el show», como fue bautizado en sus tiempos de pelotero en activo, acapara cintillos, tras su designación como mánager del elenco que se probará ante el Tampa Bay.

En lo personal, considero que Víctor es uno de los mentores más conocedores de nuestra pelota, exprime a sus jugadores, está pendiente del más mínimo detalle. Solo que en reiteradas ocasiones su temperamento y exabruptos le han jugado malas pasadas.

Ahora dispondrá de 41 peloteros que, bajo su mando, entrenan en el Nelson Fernández de San José de las Lajas, seleccionados sobre la base de rendimiento en la 55 Serie Nacional, que entrará en su instancia semifinalista el próximo sábado 26. De ahí se puede inferir que muchos de esos hombres se encuentran en plenitud de forma deportiva.

Pasaje memorable

Justamente en el propio 1999, el 18 de noviembre, se produjo un juego entre «veteranos» del béisbol cubano y venezolano. Fidel dirigía el equipo de Cuba, y Chávez era el lanzador por Venezuela ante 45 000 espectadores.

 

Fidel-y-Hugo-juego-de-béisbol

Otro pasaje memorable acogido por el Latino, que trascendió el plano netamente deportivo e igualmente constituyó un puente de acercamiento entre dos naciones, como el que se avecina el próximo martes 22, otro paso de avance en la flexibilización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos expresado en materia deportiva, como la visita del club de fútbol Cosmos de Nueva York, la clínica impartida por otrora estrellas de la NBA, y la que dieron estrellas de la MLB en diciembre último.

…Desde que salieron ambas novenas al terreno, y tras la ovación inicial, el público empezó el cuchicheo, todos tratábamos de identificar a nuestras glorias del béisbol y no dábamos pie con bola. Lógicamente, unos barrigones, algunos extrañamente barbudos…, pero irreconocibles. Crecía el murmullo ante el desconcierto: ¿cómo era que la fanaticada no podía identificar a sus viejos ídolos? Muy pronto comenzaron jugadas poco creíbles, fildeos que requerían reflejos y una movilidad no apta para veteranos; aquellos gordos le partían a los batazos con mucha agilidad y daban batazos como de peloteros en plena forma. Comenzaron las sospechas y las risas en el público, alguien creía reconocer a peloteros del team Cuba en activo, pero muchos no nos atrevíamos a creer un montaje teatral semejante. Creo que fue Chávez, cuando le sonaron un lineazo que fue hasta primera, quien reconoció a Orestes Kindelán. Muchos no entendíamos qué pasaba, Chávez hacía gestos, se reía, protestaba, le hacía señas a los árbitros… algunos empezaban a percatarse, pero era difícil aceptar la idea de que Fidel hubiese armado todo aquel espectáculo. Y sí, había reunido en secreto a estrellas de nuestra pelota, buscó maquillistas profesionales que caracterizaron a los Pacheco, Kindelán, Germán… con barrigas, barbas y hasta arrugas postizas, y los presentó como veteranos… (tomado de El diablo ilustrado)

 

«Él me había dicho: “Mira, Chávez, te recomiendo que hagan carreras en los primeros innings”. Eso yo lo analizaba y le daba la vuelta: ¿Qué me querrá decir este con eso? ¡Claro! Tenía la emboscada preparada en el cuarto inning», contó Chávez.

Ha sido, sin dudas, una de las bromas más grandes que un jefe de Estado le ha preparado a otro.

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