Remembranzas y criterios

Remembranzas y criterios
Fecha de publicación: 
14 Marzo 2016
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Resultaron jornadas inolvidables para millones de cubanos y estadounidenses amantes del béisbol las acontecidas el 28 de marzo y el 3 de abril de 1999.

En la primera, en el habanero estadio Latinoamericano, los Orioles de Baltimore superaron 3-2 carreras en 11 entradas a una selección cubana que poco después fue mejor 12-6 en el mismísimo Camden Yard de Baltimore, Estados Unidos.

Conocido el simbolismo que genera el béisbol desde ambos países, que le tienen como su deporte nacional y lo disfrutan como uno de sus espectáculos preferidos, se vio rivalidad de la buena y confraternizaron entre atletas de talla mundial.

Transcurridos 17 años de aquellos desafíos similares pasiones son parte de la cotidianidad de la isla de cara al encuentro pactado contra el equipo Tampa Bay Rays el próximo día 22 en el Coloso del Cerro, sometido a un amplio movimiento de remozamiento general.

Considerado el mejor pelotero cubano de la última media centuria Omar Linares es de los que estuvo en ambos compromisos, por lo que se convierte en referencia obligada para repasar aquellas jornadas.

Cortésmente accedió a dialogar con los lectores de JIT acerca de esos momentos históricos.

Una foto dio la vuelta al planeta en 1999, cuando te encontraste con Cal Ripken Jr. ¿Qué sentiste en el estrechón de manos del torpedero icónico de los Orioles de Baltimore?

Él no jugó, pues pasaba por un problema personal, pero tuvo a bien acompañar al equipo, incluso llegó un día después y en los minutos que hablé con él me dio la imagen del atleta entregado que era. Una gran persona que como deportista respetaba mucho a sus similares cubanos.

(A Ripken se le denominó el Hombre de Hierro, pues jugó 2 mil 632 encuentros consecutivos, desde el 30 de mayo de 1982 hasta que voluntariamente decidió sentarse el 20 de septiembre de 1998.

Batió el récord anterior, en poder del “Caballo de Hierro” Lou Gehrig, de 2 130, y lo hizo desde una de las posiciones más difíciles del béisbol: el campo corto).

¿Qué te dejaron esos dos juegos?

Muchas cosas. Me confirmaron que teníamos para enfrentar esa calidad, que todo o casi todo lo hacen bien dentro del terreno. Que el pueblo estaba ávido de ver ese tipo de pelota y que hay muchos seguidores de ella aquí. Nos preparamos para ganarle y lo hicimos en su propio estadio. Nos sirvió incluso para después jugar en los panamericanos de Canadá contra equipos integrados por vez primera por profesionales.

¿Que otros detalles recuerdas de esos días?

Todavía tengo en mente, previo a los juegos, la atención que casi a diario nos prestaba el Comandante en Jefe Fidel Castro. El ánimo que nos daba, la experiencia que nos trasmitía. Fueron jornadas de duros entrenamientos, seguimiento e interés de la gente. Los amigos y la familia nos llenaban de preguntas, pues querían saber del oponente, de las estrategias para enfrentarlo, etc. Querían conocer sobre lo que apenas podíamos hablar, y no porque constituyera secreto, sino porque, al menos nosotros, nunca habíamos chocado con un equipo de profesionales de ese calibre.

Para este partido está invitado otro torpedero, también retirado e icónico, pero con el equipo de los Yankees de Nueva York, Dereck Meter. ¿Cómo ves la presencia de los Tampa Bay Rays en La Habana?

Muy buena. Queremos topar con equipos de nivel y esta es una oportunidad ideal, aunque detuvimos la serie, algo que nadie quiere. Estoy entre los veteranos que trabajamos con la preselección, lo mismo en el “Changa” que en el estadio de San José, y hay para conformar un buen equipo.

Lo importante es confraternizar, disfrutar del momento histórico que representará para cubanos y estadounidenses y para el mundo ese martes 22 de marzo.

Si tuvieras que hacer una alineación para el partido, ¿a quiénes no dejaría afuera?

Como todo seguidor del béisbol cubano, como pelotero, como metodólogo de la Dirección Nacional, es claro que tengo en mente un equipo, pero esa pregunta es para el mánager. Lo que sí te puedo adelantar es que el que salga a jugar en la tarde del martes 22 al terreno del Latinoamericano lo hará dignamente.

Los muchachos están bien mentalizados en que la preparación puede darle el triunfo que todo atleta desea, pues para eso se compite.

¿Te gustaría que ese juego se repitiera?

Me gustaría que pudiéramos enfrentar con frecuencia béisbol de calidad, que nuestros peloteros vean y choquen con equipos de nivel alto, sean de Estados Unidos, Canadá, Japón, Corea del Sur o de cualquier parte. No importa de dónde procedan, lo que vale es chocar con los mejores. Nuestra generación tuvo esa oportunidad y por ello aprendimos.

Ojalá que en los peróodos “muertos”, que hay pocos en la pelota cubana, tuviéramos por contrarias a esas novenas. Jugar, jugar y jugar es lo que nos da las habilidades que se necesitan y si es al más alto nivel, mucho mejor.

¿Te “verás” en el diamante?

Sabes que llevo años retirado, pero nunca me ha abandonado ese sentimiento de estar en la tercera base o en el cajón de bateo. Con eso se muere el pelotero. Estás viendo a un muchacho tirar a primera y valoras desde la potencia del brazo y la efectividad del tiro, y en tu mente tratas de corregirlo, si no tienes la oportunidad de hablarlo con él, pues te estás viendo, viendo tu pelota. En él están también tus deseos de jugar.

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