El Noro viaja en primera clase de la música cubana y “sin escala” (+ FOTOS)

El Noro viaja en primera clase de la música cubana y “sin escala” (+ FOTOS)
Fecha de publicación: 
23 Diciembre 2015
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Si mencionamos a Norisley Valladares Gómez muchos no sabrán de quién estamos hablando, pero basta con decir El Noro para que los amantes de la música popular cubana lo identifiquen rápidamente como el “loco en una moto” de Pupy o el cantante del Trabuco de Manolito Simonet.

 

Hace ya dos años que El Noro se lanzó con su propio proyecto y el resultado ha sido su banda Primera Clase, con la que acaba de presentar su álbum debut “Sin escala” (Abdala 2015), con todos los temas compuestos por él.

 

Más allá del juego de palabras que se crea con estos nombres los melómanos cubanos pueden confirmar que El Noro no ha perdido nada de tiempo desde que fundó su grupo. Primera Clase suena bien y aún está empezando, así que en un futuro cercano podemos esperar confiados más de la buena música cubana.

 

La timba de “Sin escala” no nos permite sentarnos durante un baile con El Noro y su orquesta. Este joven convence con la música que hace, con su voz de auténtico sonero y, si lo escuchamos hablar entonces sí que sabe defender su trabajo. El Noro no toma atajos, va directo a lo que él busca. En su verbo descubrimos un profundo compromiso con toda la tradición musical de la que él mismo se ha nutrido.

 

“Sin escala” es esencialmente un disco de timba, pero también propone temas más suaves y románticos que mantienen el balance del fonograma.

 

EL Noro y Primera Clase

 

Una de las mejores credenciales de este sencillo es la participación del gran trompetista cubano Alexander Abreu en el track “Yo lo sé”.

 

“Este era un tema que yo cantaba con Alexander desde antes de tener mi grupo y siempre lo disfrutábamos mucho. En mi opinión aquí Alexander hace uno de sus mejores solos”, cuenta El Noro.

 

“Sin escala” es un álbum para no para de bailar, dice su autor, pero las canciones no abandonan el mensaje. Como compositor le interesa reflejar la cotidianeidad, el día a día de la gente, la crónica social.

 

El décimo track “La Miki” es un ejemplo:

 

No encuentro nada que la haga cambiar, ella prefiere lo material.
Ella es miki.  
Ella nunca va al cine, no le gustan los ramos de flores.
No te mira si no andas en una viola” (se refiere a un auto).

 

“Aunque en Cuba muchos piensan que los artistas vivimos apartados de la realidad de los demás, eso no es cierto, nosotros pasamos por lo mismo que todas las personas, tenemos buenos momentos como también podemos sufrir el mal servicio en un restaurante, por ejemplo”, con comenta el cantante.

 

La formación artística del Noro es empírica, pero fue premiado en la vida con el mejor instrumento, su don está en su capacidad vocal. Él estudiaba Diseño Gráfico en la Universidad y decidió abandonarlo por la música en 2003.

 

“Me busqué tremendo problema con mi familia en aquel momento, pero tenía que decidirme por un solo camino y creo que no he fracasado”, confiesa El Noro.

 

De hecho, en menos de dos meses de insertado en las plataformas digitales “Sin escala” es ahora mismo el álbum más vendido de Producciones Abdala, según informó la disquera.

 

“Mi objetivo es rescatar el interés de las nuevas generaciones por la música popular cubana. Creo que en los últimos años esto se ha perdido por parte del público que quizás cree que nuestra música ha envejecido. Agrupaciones jóvenes como El Niño y la Verdad, mi banda, y otras que ya llevan unos años como Alexander Abreu o Maykel Blanco están defendiendo de una manera fresca la música cubana.

 

El tema 8, con Alexander Abreu es una suerte de declaración de principios del Noro y Primera Clase:

 

Tengo un propósito en el mundo, una visión,
Llevar música cubana de la buena a toda mi generación…”

 

¿La estrategia?

 

Mezclar simpatía con talento,
Pensar siempre en el bailador…”

 

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Aunque mucho de lo que El Noro hace hoy con su banda viene de la experiencia que tuvo durante 10 años en grandes orquestas cubanas, él se ha propuesto tener un sonido que lo diferencie.

 

“Los seres humanos hablamos porque escuchamos a los demás. La imitación es la base del aprendizaje. Le doy gracias a la vida por haber tenido la oportunidad de trabajar con esas orquestas con músicos talentosísimos, ha sido una experiencia única. Creo que ha habido una mezcla de todo, un poco de talento, suerte y trabajo”, afirma.

 

“Prácticamente todo ya está inventado- continúa El Noro-, resulta difícil, pero con mi orquesta he tratado de separarme de la sonoridad de las otras por las que transité. Creo que en cierta medida lo he logrado. Algo que me diferencia de ellos es la estructura de los temas y el empleo de un lenguaje más asequible a la juventud. Le doy protagonismo a los instrumentos como la guitarra eléctrica, no se trata simplemente de rellenar”.

 

“Yo he alterado un poco el orden de las cosas, trato de explotar los disímiles timbres en el teclado. Prefiero usar sintetizadores que la gente pueda percibir más, aunque son recursos que se llevan más en géneros urbanos. Quiero que la gente se quede cantando el tema”.

 

Sin embargo, no sería justo acuñar que la música del Noro se dirija exclusivamente a los jóvenes, aunque sí está muy cerca de ellos.

 

“El producto está dirigido a todas las edades, comenta el músico. De hecho en mi peña de los martes en la Casa de la Música de Galiano tengo mucho público de la tercera edad”.

 

“Hago énfasis en la juventud porque, si no sembramos, en un tiempo no recogeremos nada. Creo que estamos en el momento clave para salvar la música popular en las jóvenes generaciones”, sentenció.

 

“Antes yo era muy crítico con este fenómeno - se refiere a que de alguna manera se ha relegado la música popular-. He aprendido a vivir con ello, pero no me deja de doler el corazón. Hay que buscar la manera para que la juventud cubana concientice el consumo de nuestra música”.

 

El Noro aclara que todos los géneros tienen cabida, en el mundo entero funciona todo. “Hay artistas millonarios de todos los géneros, pero quizá los cubanos aplicamos el maratón, la tomamos con una cosa y no la soltamos hasta el final. En realidad la diversidad es fundamental. Si una música tiene calidad, con una buena promoción puede funcionar perfectamente en la juventud, no se precisa de la corriente de moda”, señala.

 

Aunque no discrimina géneros musicales, El Noro quiere defender a toda costa nuestra música popular bailable. “Esto de los featuring con invitados de otros géneros está muy de moda, pero yo no quiero tener como vehículo el éxito de otra persona, no quiero calzarme en algo para buscar mis siete minutos de fama”, comenta.

 

“Tengo mi carrera visualizada de otra manera. No me interesa ser famoso ni popular por tres días. Quiero hacer una carrera larga. Lo que me propongo es ser parte de un capítulo de la música cubana e incluirme en el acervo cultural de los cubanos”.

 

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